Miles de personas colman el cementerio donde fue enterrado Alberto Fujimori
El aut¨®crata fue inhumado a las afueras de Lima tras haber recibido todos los honores por el Gobierno de Dina Boluarte
Muri¨® a la misma edad y en la misma fecha que el cabecilla terrorista Abimael Guzm¨¢n ¡ªsu antagonista, aunque para sus opositores m¨¢s implacables ambos son caras muy similares de la violencia¡ª, y fue enterrado un 14 de septiembre, el mismo d¨ªa en que se difundi¨® el primer Vladivideo ¡ªuna serie de audiovisuales que exhibieron la descomposici¨®n del Estado y decretaron su ca¨ªda¡ª. Alberto Kenya Fujimori Inomoto fue enterrado este s¨¢bado en el cementerio Campo Fe de Huachipa, en el distrito de San Juan de Lurigancho, al este de Lima, y hay quienes debido a este c¨²mulo de coincidencias creen firmemente que la realidad peruana bien podr¨ªa ser una exitosa serie escrita por un grupo de guionistas audaces.
Son las tres de la tarde y una multitud de admiradores de Alberto Fujimori ha colmado una colina, en el sector La Esperanza, del camposanto. Ancianos, adultos, j¨®venes y ni?os vestidos con alg¨²n distintivo naranja, portando globos, pancartas y fotos del nikkei impresas en cart¨®n, corean con devoci¨®n una decena de alabanzas hacia quien consideran es el mejor presidente que ha tenido Per¨². Dos cercos policiales impiden que puedan acercarse al f¨¦retro y al per¨ªmetro donde est¨¢ la familia y el entorno m¨¢s cercano del aut¨®crata. No son pocos los que reniegan porque no alcanzan a ver el acto ni tampoco a escuchar las palabras de su hija, Keiko Fujimori. Se trata de familias, en su mayor¨ªa de condici¨®n humilde, que han hecho el esfuerzo de tomar un bus desde otras regiones tan solo para decirle adi¨®s a su Chino.
Cubierto por una bandera peruana, los restos de Alberto Fujimori han llegado al cementerio de Huachipa despu¨¦s de haber sido velados durante dos d¨ªas y medio en el Museo de la Naci¨®n y haber recibido los m¨¢s altos honores. Una infamia para millones de peruanos que no conciben c¨®mo alguien que quebr¨® el orden constitucional, se ubica entre los siete presidentes m¨¢s corruptos del mundo y fue condenado a 25 a?os de c¨¢rcel por cr¨ªmenes contra los derechos humanos haya sido despedido sobre una alfombra roja y tratado con guantes de seda. Tres d¨ªas de duelo nacional, pabellones a media asta en las instituciones p¨²blicas, escolta de las Fuerzas Armadas, homenaje en Palacio, y las condolencias de la presidenta Dina Boluarte para quien se muri¨® debi¨¦ndole al Estado 15,5 millones de d¨®lares.
¡°C¨®mo no te voy a querer si eres mi Chino querido que al terrorismo lograste vencer¡±, grita ahora la masa, parafraseando un c¨¢ntico de la selecci¨®n peruana de f¨²tbol. El dolor y el ¨¦xtasis es genuino. No hay imposturas ni rastro alguno de que hayan sido comprados. Realmente est¨¢n destruidos por la muerte a los 86 a?os de Fujimori. A sus opositores no les cabe en la cabeza tanto pesar.
El enigma de por qu¨¦ votamos como votamos. Pero cuando uno los escucha empieza a comprender. Fujimori y sus bases llegaron a los pueblos m¨¢s rec¨®nditos de Per¨² llevando zapatos, comida y cuadernos. Arregl¨® puentes, construy¨® colegios, inaugur¨® postas m¨¦dicas. Y poco importa si aquellas obras no funcionaron como deb¨ªan. Si la atenci¨®n en salud y la calidad educativa se hundieron en un pozo. Estuvo con ellos, as¨ª sea para la foto. Porque para mucha gente la ¨²nica esperanza es que alguien llamado presidente un d¨ªa aparezca en su cerro o en su chacra y les d¨¦ la mano, les sonr¨ªa, cargue a sus beb¨¦s, les diga que todo estar¨¢ bien, y que si votan por ¨¦l, el pa¨ªs estar¨¢ mejor.
¡°En medio del profundo dolor y tristeza, quiero decirte tambi¨¦n que tengo un poquito de serenidad en mi coraz¨®n; porque finalmente, papito, eres libre, eres libre del odio, venganza. Eres libre de esas personas que no te perdonaron que los rescataras del hambre y del terror¡±, dijo al borde de las l¨¢grimas Keiko Fujimori, la lideresa de Fuerza Popularheredera de su legado. Finalmente, a las 15:30 los restos del aut¨®crata descendieron a su nicho, apenas a veinte metros de su exesposa Susana Higuchi, la madre de sus hijos que denunci¨® haber sido torturada por sus hombres. ?La muerte de Fujimori acabar¨¢ con el fujimorismo? ?El pa¨ªs continuar¨¢ dividido, fracturado e irascible? ?Qu¨¦ m¨¢s se les ocurrir¨¢ a los guionistas de esta serie llamada Per¨²?
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