Un muerto habl¨® en El Salvador
Las grabaciones de conversaciones entre un exasesor de Bukele, fallecido en dudosas circunstancias, y el secretario del presidente salvadore?o revelan una oscura trama de espionaje y corrupci¨®n
La ¨²ltima vez que supimos algo de Alejandro Muyshondt fue en febrero de este a?o, cuando circularon dos fotos de su cad¨¢ver con costuras crudas de aguja serpentina uniendo torpemente dobleces de su cuero cabelludo; y otras m¨¢s recorriendo su cuello y su t¨®rax.
Dudamos. Nos preguntamos si aquella evidencia de da?os fatales, aquella torpe intervenci¨®n forense, aquel fracaso de Frankenstein era en realidad el cuerpo de Muyshondt, un hombre fornido de poco m¨¢s de 40 a?os al que cinco a?os atr¨¢s su amigo, el presidente Nayib Bukele, nombr¨® oficialmente asesor nacional de seguridad.
Su familia confirm¨® las im¨¢genes. El Instituto de Medicina Legal entreg¨® el cuerpo mal cosido con un papel que consignaba la causa de muerte: ¡°edema pulmonar¡±, la misma enfermedad que seg¨²n las autoridades salvadore?as termin¨® tambi¨¦n con la vida de decenas de reos capturados durante el r¨¦gimen de excepci¨®n, cuyos cuerpos muestran evidencias de tortura. En las c¨¢rceles de Bukele hay una epidemia de edemas pulmonares.
Muyshondt cay¨® en desgracia hace un par de a?os. Ya nadie le tomaba llamadas ni daba respuesta a sus advertencias de corrupci¨®n de algunos funcionarios. Fue detenido en agosto de 2023, acusado de filtrar a periodistas informaci¨®n clasificada. El mismo Bukele anunci¨® su captura. Fue aislado y torturado, sin que familia ni abogados pudieran verlo. Hasta que todos lo vimos muerto.
No es que su captura fuera sorpresiva. Aquel hombre hab¨ªa tentado a su suerte al denunciar p¨²blicamente la corrupci¨®n de algunos funcionarios del Gobierno. El aparato de Estado, totalmente controlado por Bukele y su grupo, no perdona la deslealtad.
Muyshondt muri¨® en febrero, pero habl¨® el fin de semana pasado con la contundencia de un vivo viv¨ªsimo y nos confirm¨® que, por razones que pronto ser¨¢n claras, el r¨¦gimen de Nayib Bukele teme m¨¢s a periodistas que a narcotraficantes.
Fue un periodista, H¨¦ctor Silva, quien le devolvi¨® la voz al muerto. Public¨® audios de conversaciones entre Muyshondt y el secretario privado de Bukele, Ernesto Castro (hoy presidente de la Asamblea Legislativa), en Casa Presidencial, que Muyshondt mismo grab¨® en secreto.
En las reuniones, sostenidas entre agosto y septiembre de 2020, Castro le pide montar una ¡°inteligencia pol¨ªtica¡± secreta, al servicio del presidente, para espiar a periodistas y a pol¨ªticos opositores. El asesor, que para entonces manejaba un equipo gubernamental de 15 diseminadores de noticias falsas en redes, le presenta un plan que incluye intervenir tel¨¦fonos y correos y hacer seguimientos f¨ªsicos.
Muyshondt aprovecha las reuniones para advertir que alguna gente en Estados Unidos pregunta por las relaciones entre el presidente Bukele y el diputado Guillermo Gallegos, investigado en Nueva York por narcotr¨¢fico. ¡°La CIA est¨¢ cuestionando el por qu¨¦ de la amistad de N (Bukele) con Gallegos, si lo ha hecho socio o lo est¨¢ encubriendo¡±. Castro admite haber recibido informes de movimientos de grandes cantidades de dinero en cuentas del diputado, pero, le previene, es alguien muy amigo de Bukele. ¡°Es bien chero (amigo) de Nayib como Herbert Saca es amigo de Nayib¡±, dice el secretario privado.
Herbert Saca, el otro amigo del presidente, fue asesor de la presidencia de Antonio Saca (hoy preso por corrupci¨®n) y un hombre perfilado por la inteligencia policial como sospechoso de narcotr¨¢fico. Ese mismo reporte policial identifica a Gallegos como narcotraficante y al director de Centros Penales, Osiris Luna, como operador de Gallegos en la distribuci¨®n de drogas.
De Osiris Luna, Muyshondt revela que ha montado una red de corrupci¨®n en las c¨¢rceles, en las que ¨¦l y su mam¨¢ se quedan con los fondos del programa de reinserci¨®n social. Tres a?os despu¨¦s ser¨¢ torturado en una de esas c¨¢rceles. El secretario privado de la presidencia reacciona: ¡°Esos malos son nuestros malos. Los que nos quieren hacer mierda son los de afuera¡±. Y ordena espiar a los de afuera: periodistas y pol¨ªticos opositores.
Muyshondt resguard¨® estas grabaciones que sobrevivieron a m¨²ltiples allanamientos a su casa y las de sus familiares, que le sobrevivieron a ¨¦l y terminaron en las manos de H¨¦ctor Silva y finalmente a disposici¨®n de todos. Su voz son¨® el fin de semana pasado y sacudi¨® la casa de Bukele. Los muertos, a veces, hablan m¨¢s que los vivos, porque ya no tienen miedo.
Castro compareci¨® brevemente ante periodistas en un pasillo del Congreso y dijo que los audios son una fabricaci¨®n de inteligencia artificial y no merecen m¨¢s credibilidad que las im¨¢genes del Papa Francisco en traje de gladiador. No fue necesario conocer la cadena de custodia de los audios para saber que aquel hombre nervioso que daba declaraciones se hab¨ªa tropezado nuevamente con su propia boca. Ni sus ej¨¦rcitos de bots han reproducido el cuento de la inteligencia artificial. Es ¨¦l quien habla en esas grabaciones y quien se merece el cr¨¦dito por el fabuloso final de la segunda conversaci¨®n: le pide al asesor que le consiga un aparato para impedir que alguien grabe en secreto conversaciones en su despacho.
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