El medio ambiente, el gran olvidado de las elecciones municipales en un Brasil en plena crisis clim¨¢tica

Los miles de candidatos que luchar¨¢n por un asiento como concejales o alcaldes en las elecciones municipales que Brasil celebra el domingo 6 de octubre han tenido que hacer campa?a en la calle en medio de olas de calor hasta hace poco improbables en esta ¨¦poca del a?o y con un aire irrespirable por los incendios forestales. Aun as¨ª, en general, parece que la crisis clim¨¢tica no va con ellos. Las propuestas en materia de medio ambiente apenas tienen hueco en los numerosos debates y programas electorales, y cuando las hay, son gen¨¦ricas y hasta de ¡®copia y pega¡¯.

En las principales capitales de Brasil, el porcentaje de residentes que considera que el cambio clim¨¢tico ya supone ¡°un riesgo inmediato¡± para la poblaci¨®n ronda el 60%. En Belo Horizonte, la ciudad m¨¢s concienciada, el porcentaje llega al 76%, seg¨²n un sondeo de Datafolha. La ciudad es una de las m¨¢s afectadas de Brasil por la sequ¨ªa, y muchos barrios ya afrontan restricciones de agua. Sin embargo, su candidata a la alcald¨ªa con un programa m¨¢s ecologista, la diputada Duda Salabert, aparece en cuarto lugar en las encuestas, sin apenas opciones. Es algo que se repite en miles de ciudades, donde la creciente preocupaci¨®n de la poblaci¨®n no necesariamente se traduce en votos a candidatos con una agenda abiertamente en defensa del medio ambiente.

¡°En Brasil tenemos desaf¨ªos enormes. Estamos luchando contra eventos clim¨¢ticos extremos desde hace tiempo, pero los gestores p¨²blicos no los colocan como prioridad en sus acciones. Y en estas elecciones apenas se habla de eso, no hemos visto propuestas¡±, lamenta por tel¨¦fono Zuleica Goulart, coordinadora del Instituto Ciudades Sostenibles. Las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de efecto invernadero en el mundo y consumen el 78% de la energ¨ªa mundial, seg¨²n datos de ONU Habitat. Pero tambi¨¦n pueden ser una fuente de soluciones: de los alcaldes depende la gesti¨®n de los residuos, el aumento de las zonas verdes o las pol¨ªticas para reducir el tr¨¢fico rodado y adaptarse a inundaciones, por ejemplo. Son debates que apenas se escuchan en la campa?a electoral.

Una t¨ªmida excepci¨®n est¨¢ la ciudad de Porto Alegre. En mayo, unas lluvias hist¨®ricas inundaron el Estado de Rio Grande do Sul dejando 183 muertos y decenas de miles de desplazados. En su capital, barrios enteros estuvieron bajo el agua durante semanas. Las propuestas de los candidatos a la alcald¨ªa tratan sobre todo de c¨®mo reforzar el sistema de diques y bombas hidr¨¢ulicas de la ciudad para evitar que la tragedia se repita. Los especialistas saludan las ideas para adaptarse a un futuro muy incierto, pero echan de menos medidas en el otro pilar de la estrategia clim¨¢tica: la mitigaci¨®n; es decir, la reducci¨®n de emisiones. El actual alcalde, Sebasti?o Melo, apoyado por el expresidente Jair Bolsonaro, fue acusado por sus adversarios de no invertir lo suficiente en prevenci¨®n contra inundaciones en a?os anteriores. Las encuestas le sit¨²an como favorito para revalidar mandato.

En Brasil, las listas son abiertas, por lo que los electores no votan a un partido; escogen directamente a su candidato a alcalde y a concejal, as¨ª que tienen que elegir entre cientos de opciones, en la mayor¨ªa de casos aut¨¦nticos desconocidos. Hay algunas iniciativas para orientar al elector hacia candidatos m¨¢s sensibles hacia el futuro del planeta La plataforma online Vote pelo clima funciona como una herramienta did¨¢ctica que ayuda a buscar candidato. La bancada do clima, apoyada por la ministra de Medio Ambiente Marina Silva, va en la misma l¨ªnea y busca llenar los ayuntamientos de aliados contra el calentamiento global (sin importar el partido pol¨ªtico). Pero a finales de septiembre su base de datos contaba con menos de 200 candidatos. Es una gota en el oc¨¦ano, teniendo en cuenta que en estas elecciones se postulan 463.000 en todo Brasil, entre aspirantes a alcaldes, vicealcaldes y concejales. El Instituto Ciudades Sostenibles tambi¨¦n impuls¨® una carta para que los candidatos a las alcald¨ªas se comprometieran p¨²blicamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y con la Agenda 2030. De momento s¨®lo tiene una firma, la del PDT, un partido de centro-izquierda.

Estas y otras iniciativas similares de escaso ¨¦xito reman a contracorriente en todo Brasil, pero el panorama es especialmente hostil en los territorios m¨¢s sensibles, como los grandes feudos ruralistas o la Amazonia, con realidades muy diferentes a las de los centros urbanos del sur de Brasil, donde hist¨®ricamente el discurso ecologista est¨¢ un poco m¨¢s afianzado. En la selva, el n¨²mero de candidatos ligados a la miner¨ªa (en la mayor¨ªa de ocasiones ilegal) llega a 101, el mayor en 14 a?os, seg¨²n datos recopilados por el diario O Globo. En Novo Progresso, una de las ciudades epicentro del garimpo (la miner¨ªa ilegal). su alcalde, Gelson Dill, busca la reelecci¨®n a sabiendas de que las multas que le pusieron hace a?os por deforestar unas tierras juegan a su favor: ¡°Aqu¨ª, si llega alguien diciendo ¡®el alcalde es un deforestador¡¯ le da votos. ?La polic¨ªa ambiental te puso una multa? Ya ganas votos¡±, dec¨ªa sin tapujos al citado diario.