Ernesto Cabral, el reportero que destap¨® el ¡®Rolexgate¡¯: ¡°Boluarte es una Mar¨ªa Antonieta interesada en ella m¨¢s que en el Per¨²¡±
Ernesto Cabral, periodista del podcast La Encerrona, acaba de lanzar un libro donde cuenta el detr¨¢s de escena de la colecci¨®n de relojes de alta gama de la presidenta
Ernesto Cabral, el periodista que destap¨® el Rolexgate, nunca ha usado relojes. Antes de la investigaci¨®n que hizo tambalear a la presidenta Dina Boluarte, Cabral no sab¨ªa que este objeto de lujo puede llegar a ser m¨¢s caro que un auto, tampoco que posee un n¨²mero de serie ¨²nico para cada reloj y que para conseguirlo es preciso entrenar la paciencia e integrar una lista de espera que puede tardar a?os. Como dice con sorna, antes del destape, no sab¨ªa distinguir entre un Casio y un Rolex.
A mediados de febrero, Marco Sifuentes, el director de La Encerrona, un noticiero digital que naci¨® para combatir las noticias falsas de la pandemia, le escribi¨® desde Madrid. Dos fuentes cercanas a Palacio le hab¨ªan comentado que Dina Boluarte usaba un Rolex y que deb¨ªan prestarle atenci¨®n a sus mu?ecas. No hab¨ªa m¨¢s pistas. Cabral asumi¨® el encargo por curiosidad, aunque sin una ruta tan clara. Era el elegido: es el ¨²nico del equipo de La Encerrona que no trabaja sometido por la coyuntura y tiene la posibilidad de meter las narices en un solo tema durante semanas.
¡°El Rolexgate nos revela que Dina Boluarte es una suerte de Mar¨ªa Antonieta peruana. Una presidenta que est¨¢ m¨¢s interesada en c¨®mo se ve que en atender los problemas m¨¢s urgentes de la gente. Una presidente totalmente disociada de la ciudadan¨ªa. Por eso el Rolexgate se ha convertido en un s¨ªmbolo del descontento popular. No es casual que en las protestas se diga: hay joyas, hay Rolex, pero el pueblo sigue pobre¡±, reflexiona, en la sala de su casa, el autor del Rolexgate. La historia detr¨¢s de los relojes, las joyas y los waykis (Planeta). Un libro escrito contra el tiempo, que lo ha obligado a vencer su timidez y a defenderlo en p¨²blico.
La investigaci¨®n a Dina Boluarte por el delito de enriquecimiento il¨ªcito, en la modalidad de cohecho pasivo impropio, sigue su curso y podr¨ªa tener novedades en el 2025. Por estos d¨ªas la mandataria permanece en una nueva cura de silencio para no responder sobre la fuga de su hermano Nicanor.
Lo primero que hizo el periodista Cabral fue buscar evidencia. No tard¨® mucho en darse cuenta de que la jefa de Estado hab¨ªa dejado innumerables rastros. Boluarte hab¨ªa seguido al pie de la letra aquella frase de que a las joyas hay que lucirlas. En cada inauguraci¨®n de una obra, en cada visita a alguna provincia, en cada acto protocolar con una autoridad de alto rango, sus mu?ecas brillaban. Lo complejo del asunto era determinar cu¨¢l era un Rolex, exactamente qu¨¦ modelo y qu¨¦ tan costosos eran en general todos sus relojes.
Para identificarlos, Cabral puso a prueba su vista: ingres¨® al Flickr de la Presidencia, un servicio con m¨¢s de 137.000 fotograf¨ªas en alta resoluci¨®n que desde el 2011 sube todas las actividades oficiales de los mandatarios de turno ¡ªsiete en los ¨²ltimos 13 a?os¡ª, y comenz¨® a descargar y mirar. Una tras otra. No solo desde el 7 de diciembre de 2022, cuando Dina Boluarte asumi¨® la presidencia tras el golpe fallido de Pedro Castillo, sino cuando la abogada fue ministra de Inclusi¨®n Social.
Luego de acumular alrededor de 10.000 fotograf¨ªas en su disco duro, crear carpetas para agrupar relojes por sus similitudes, y armar una cronolog¨ªa surgi¨® la primera conclusi¨®n: como ministra, Boluarte luci¨® cuatro relojes distintos, pero como presidenta su colecci¨®n aument¨® en diez m¨¢s. Lo curioso es que como titular de Inclusi¨®n Social su sueldo superaba los 8.000 d¨®lares y como jefa de Estado se redujo a la mitad. Boluarte no proviene de una familia acaudalada y antes de llegar al poder hab¨ªa sido una funcionaria de rango medio. Pero adem¨¢s, a trav¨¦s de solicitudes de acceso a la informaci¨®n, Cabral comprob¨® que desde Presidencia no se hab¨ªa destinado ning¨²n monto para sus lujos.
Tras emplear la b¨²squeda inversa en Google ¡ªuna t¨¦cnica para obtener informaci¨®n a partir de una imagen¡ª y visitar a varios relojeros, el reportero identific¨® un Datejust de acero con oro rosa. El primero de los tres Rolex de la colecci¨®n. El 14 de marzo, un mes despu¨¦s del inicio de la investigaci¨®n, la bomba fue difundida por La Encerrona. Los ministros salieron en defensa de Boluarte, alegando que era una venganza pol¨ªtica. Boluarte atin¨® a decir que era un reloj de anta?o, fruto del esfuerzo, pero el argumento se desmoron¨® r¨¢pidamente. Se desencadenaron otras versiones, algunas siniestras y otras rom¨¢nticas: se dijo que eran imitaciones, luego que fue el regalo de un exviceministro de Inclusi¨®n Social que ya hab¨ªa fallecido y, finalmente, el abogado de Boluarte se?al¨® que quiz¨¢s era el regalo de un fan enamorado.
¡°Si realmente hubiese sido una historia de amor habr¨ªa sido una interesante estrategia de salvar el caso, porque a los peruanos nos atrae mucho el drama y la far¨¢ndula. Pero ha quedado claro que se trata de presuntos actos de corrupci¨®n. Luego de cada joya ha habido una aprobaci¨®n de presupuesto adicional y a veces de manera extraordinaria al Gobierno Regional de Ayacucho¡±, se?ala Ernesto Cabral, en referencia a Wilfredo Oscorima, catalogado como el Primer wayki de la naci¨®n. La versi¨®n final de Boluarte fue que los Rolex fueron un pr¨¦stamo del gobernador regional de Ayacucho, un ¨ªntimo amigo a quien considera un wayki (hermano en quechua) y que su gran pecado fue ¡°querer representar bien al pa¨ªs¡±. Una versi¨®n bajo sospecha en la que no cree el grueso de la poblaci¨®n y que la Fiscal¨ªa sigue investigando.
Como si el destino lo hubiese elegido para destapar el esc¨¢ndalo que puso en aprietos a la presidenta, Cabral narra una an¨¦cdota con Oscorima, cuando todav¨ªa no acababa la primaria y que le sirvi¨® para terminar de armar el rompecabezas. El periodista estudi¨® en el colegio con uno de los hijos del wayki. Y durante una reuni¨®n con padres de familia a inicios de los dos mil, Oscorima le dio de propina un billete de doscientos soles (54 d¨®lares). Cabral no ten¨ªa m¨¢s de diez a?os. Sus padres devolvieron el dinero. Oscorima ya ten¨ªa por entonces una cadena de casinos y tragamonedas y era conocido por ser muy desprendido del dinero. Un par de d¨¦cadas despu¨¦s ser¨ªa acusado de regalar m¨¢s de un Rolex a magistrados del Poder Judicial para salir bien librado de un juicio.
En su libro, Cabral perfila a Boluarte como una persona desconfiada que come despu¨¦s de sus ministros y que despu¨¦s de las cinco de la tarde se dedica a ver telenovelas. Tambi¨¦n como una ¡°adolescente que est¨¢ convencida de merecer todo lo que tiene¡± y que por eso le cuesta tanto soltar el poder. Pero adem¨¢s la exhibe como una supersticiosa que se hace ba?os de florecimiento, carga con piedras para alejar las malas energ¨ªas y cuyos asesores m¨¢s cercanos son curanderos. Uno de sus hallazgos es que el d¨ªa del allanamiento a la casa de Boluarte y a Palacio, en plena Semana Santa, cuando los agentes revisaron la cartera de la presidenta hallaron un mu?eco de color negro con cintas rojas que en lugar de pies ten¨ªa peque?as cabecitas humanas. Es lo que se conoce como un mu?eco vud¨², y que se utiliza para causar da?o a los enemigos.
¡°Es una presidenta sola, sin partido pol¨ªtico ni bancada y que solo quiere sobrevivir. Boluarte es una mesa de partes de un Congreso que impulsa leyes para favorecer a sus intereses y ante lo que ella simplemente guarda silencio. Es interesante c¨®mo recurre a estas pr¨¢cticas y c¨®mo sus consejeros espirituales tienen un rol importante en su toma de decisiones. Hay que tener poderes sobrenaturales para mantenerse en el Gobierno con un 3% de aprobaci¨®n¡±, resume Ernesto Cabral, el periodista que m¨¢s le ha mirado las mu?ecas a la presidenta.
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