Rutas del GPS que cuestan vidas en R¨ªo de Janeiro: el drama de recibir un tiro al entrar por error en zona peligrosa
Una turista muri¨® en diciembre y otro sigue grav¨ªsimo tras ser baleados en sendos incidentes tras llegar por equivocaci¨®n a favelas dominadas por el narcotr¨¢fico
Perderse con el coche siguiendo las indicaciones del GPS puede tener un coste muy alto cuando parte de la ciudad est¨¢ controlada por el crimen organizado. En R¨ªo de Janeiro, los casos de conductores de Uber o turistas que entran por error en una favela dominada por el narcotr¨¢fico y son recibidos a balazos no son una rareza. A mediados de diciembre, el turista argentino Gast¨®n Fernando Burl¨®n, de 51 a?os, se dirig¨ªa con su familia en coche hacia uno de los puntos m¨¢s visitados de la ciudad, el Cristo del Corcovado. Se perdi¨® en las inmediaciones del tur¨ªstico barrio de Santa Teresa, a los pies de la favela del Morro dos Prazeres. Unos j¨®venes armados le mandaron parar, pero asustado, aceler¨® para escapar. Fue entonces cuando recibi¨® un balazo fatal en la cabeza. Desde entonces est¨¢ hospitalizado en estado grav¨ªsimo. Dos semanas despu¨¦s, la brasile?a Diely da Silva Maia, de 34 a?os, tuvo un final m¨¢s tr¨¢gico. Hab¨ªa llegado a R¨ªo como turista para pasar unos d¨ªas de vacaciones con unas amigas. La noche de un s¨¢bado se dirig¨ªan en Uber a una fiesta cuando el conductor, siguiendo el GPS, lleg¨® por error a la favela de Fontela. Fueron recibidos con disparos. El conductor result¨® herido. La turista muri¨® en el acto.
Las v¨ªctimas suelen seguir dos perfiles: turistas o conductores de Uber que no conocen la ciudad y conf¨ªan en el GPS. Entre los taxistas, mejores conocedores del callejero, estos errores fatales no son tan comunes. No es un problema nuevo, ni tampoco exclusivo de R¨ªo, pero las autoridades admiten que ha aumentado en los ¨²ltimos meses. El secretario de Seguridad del Estado de R¨ªo, Victor do Santos, lo atribuye al aumento de disputas por el territorio entre facciones rivales. ¡°Cuando un coche entra de repente, el delincuente imagina que es un adversario que quiere entrar a conquistar su favela, por eso la reacci¨®n es mayor. Hay una relaci¨®n directa con esos incidentes, acaban efectuando disparos por no seguir las orientaciones¡±, explica por tel¨¦fono. ?Qui¨¦n? Conducir despacio, bajar las ventanillas e iluminar el interior del veh¨ªculo son gestos que pueden ayudar a prevenir peligrosas confusiones. Las propias autoridades de R¨ªo piden a las empresas que orienten a sus conductores sobre estos protocolos.
Dado que es una realidad que no va a cambiar a corto ni medio plazo, en 2019 el Ayuntamiento de R¨ªo aprob¨® una ley que obliga a las aplicaciones de navegaci¨®n (como Google Maps o Waze) a alertar cuando se entra en una zona de riesgo, pero su cumplimiento depende del voluntarismo de cada empresa. Los mapas que usa Uber, por ejemplo, llegan a bloquear regiones enteras consideradas extremadamente peligrosas, aunque se trata de casos muy puntuales y moment¨¢neos. Otras aplicaciones, como 99, alertan al usuario, pero dejan que ¨¦l decida si ir o no.
El sistema de alertas abri¨® varios debates: por un lado, ?qu¨¦ es un ¨¢rea de riesgo? La ley no define los criterios y las empresas no explican qu¨¦ baremo siguen. Adem¨¢s, estas alertas dificultan a¨²n m¨¢s el ya precario acceso a transporte de los vecinos de las favelas, que tambi¨¦n lamentan el estigma social que supone marcar su barrio en rojo en el mapa.
No hay una soluci¨®n f¨¢cil. Desde la Asociaci¨®n Brasile?a de Movilidad y Tecnolog¨ªa (Amobitec), que re¨²ne a empresas como Uber, 99 y IFood, afirman que est¨¢n en di¨¢logo constante con el poder p¨²blico y que, en algunos estados, como en R¨ªo de Janeiro, la propia aplicaci¨®n est¨¢ integrada con el sistema de emergencias para que el conductor pueda notificar r¨¢pidamente a la Polic¨ªa Militar sin necesidad de una llamada.
Los especialistas en seguridad p¨²blica, no obstante, creen que el foco debe ponerse en el Estado, no tanto en las empresas privadas. Para el coordinador del Centro de Estudios de Seguridad y Ciudadan¨ªa (Cesec) Pablo Nunes, las plataformas de transporte podr¨ªan estudiar c¨®mo explotar el potencial de herramientas que surgieron de la sociedad civil en los ¨²ltimos a?os, como la aplicaci¨®n Fogo Cruzado, que avisa en tiempo real de d¨®nde hay tiroteos, o las p¨¢ginas de barrio en las redes sociales, que tambi¨¦n suelen ser muy efectivas a la hora de avisar de incidentes violentos. No obstante, Nunes insiste en no externalizar responsabilidades: ¡°Cuando tenemos sectores de la sociedad civil, de empresas privadas, teniendo que crear mecanismos para lidiar con una cuesti¨®n que deber¨ªa ser p¨²blica, tenemos un problema¡±
Santos, en tanto que m¨¢ximo responsable de la seguridad en el estado de R¨ªo de Janeiro, admite que en muchos casos los narcos extendieron su ¨¢rea de control unos metros m¨¢s all¨¢ del n¨²cleo central de la favela, llegando a sus accesos, las calles adyacentes de la ciudad formal; lo que coloquialmente en Brasil se conoce como ¡°el asfalto¡±. Para blindarse de polic¨ªas y bandas rivales en la entrada del territorio que controlan, en muchas ocasiones construyen barricadas en plena calle. El a?o pasado, la polic¨ªa retir¨® 7.000 toneladas de esos obst¨¢culos. A veces, incluso usan autobuses.
Para el secretario de seguridad, este dominio y sentimiento de impunidad ocurre por decisiones judiciales que en los ¨²ltimos a?os han limitado las operaciones policiales en favelas. A pesar de la alarma social que causan las muertes en los encuentros fortuitos entre conductores y delincuentes, el estado de R¨ªo no est¨¢ entre los m¨¢s peligrosos de Brasil y el n¨²mero de muertes violentas ha ca¨ªdo constantemente en los ¨²ltimos a?os. Entre enero y noviembre del a?o pasado hubo 2.626 v¨ªctimas mortales, un 13% menos que en 2023. Es el n¨²mero m¨¢s bajo desde 1991.
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