Un crimen a plena luz del d¨ªa en el aeropuerto de S?o Paulo revela la infiltraci¨®n del PCC en la polic¨ªa de Brasil
La reciente detenci¨®n de un agente por asesinar a un delator a plena luz del d¨ªa en el mayor aeropuerto del pa¨ªs y a otros 15 por escoltarlo irregularmente apuntan el grado de infiltraci¨®n
Uno de los mayores aeropuertos internacionales de Am¨¦rica Latina, el de Guarulhos, en S?o Paulo, fue escenario del asesinato m¨¢s impactante de los ¨²ltimos tiempos en Brasil. Ocurri¨® el 8 de noviembre a plena luz del d¨ªa, una de esas tardes de viernes cuando est¨¢ realmente atestado. El empresario Antonio Vinicius Gritzbach, que tras a?os de blanquear dinero para el crimen organizado hab¨ªa decidido delatar a sus c¨®mplices y a polic¨ªas que aceptan sobornos, fue fulminado a tiros en la terminal de salidas de vuelos nacionales, nada m¨¢s pisar la calle, mientras le rodeaban decenas de viajeros. Hace unos d¨ªas, el departamento de asuntos internos detuvo en S?o Paulo a un cabo de la polic¨ªa militar acusado de apretar el gatillo y a una quincena de agentes m¨¢s por trabajar en sus horas libres como guardaespaldas de la v¨ªctima.
Las c¨¢maras de seguridad aeroportuarias captaron c¨®mo Gritzbach ca¨ªa acribillado en un tiroteo que tambi¨¦n seg¨® la vida de un conductor de Uber que circulaba por all¨ª. En segundos, un coche recogi¨® a los asesinos y desaparecieron. A los investigadores inmediatamente les llam¨® la atenci¨®n la destreza de los dos tiradores. Profesionales.
La jefa de homicidios de S?o Paulo sospecha que el asesinato fue encargado y pagado por los antiguos jefes de Gritzbach en el Primer Comando de la Capital (el PCC). El asesinato ha revelado hasta qu¨¦ punto la polic¨ªa est¨¢ infiltrada por la banda m¨¢s poderosa del crimen organizado brasile?o. Al hilo de esta ejecuci¨®n, el diario O Globo ha contabilizado 111 agentes de la Polic¨ªa Militar condenados o procesados por relaciones con el PCC en varios estados de Brasil.
El atrevimiento de perpetrar un atentado en un lugar p¨²blico tan vigilado impact¨® a las autoridades y vecinos de S?o Paulo, una de las ciudades m¨¢s seguras de Brasil con una tasa de homicidios tres veces menor que la media nacional, seg¨²n el Forum Brasileiro de Seguran?a P¨²blica. Aquello era una ejecuci¨®n y, simult¨¢neamente, un mensaje a cualquier otro sopl¨®n que sopesara delatar al PCC.
Gritzbach acababa de aterrizar en S?o Paulo. Regresaba con su novia de pasar unos d¨ªas en la playa de Alagoas. Tra¨ªan un malet¨ªn con joyas que ¨¦l hab¨ªa recibido como pago de una deuda.
Empresario inmobiliario, la polic¨ªa lo acusaba de lavado de dinero y homicidio, pero meses antes de morir cerr¨® un acuerdo con la Fiscal¨ªa para delatar a sus c¨®mplices del PCC para los que supuestamente compraba viviendas como v¨ªa de lavar el dinero del narco. Tambi¨¦n prometi¨® entregar los nombres de polic¨ªas sobornados por la banda mafiosa.
El pasado 16 de enero, el departamento de asuntos internos de la Polic¨ªa Militar de S?o Paulo --el cuerpo dedicado a mantener la seguridad p¨²blica-- detuvo a un cabo en activo al que los investigadores reconocieron por sus tatuajes como uno de los asesinos. El sospechoso ni siquiera estaba en el radar. El mismo d¨ªa fueron arrestados 15 agentes de la Polic¨ªa Civil --dedicada a investigar delitos-- por trabajar para el delator asesinado. Varios de ellos estaban el d¨ªa de la ejecuci¨®n en el aeropuerto, esperando al empresario, al que iban a escoltar como guardaespaldas. Su presencia en las inmediaciones no sirvi¨® para evitar el crimen.
Ya en aquellas primeras horas se supo de la presencia de agentes de polic¨ªa en la escena del crimen, pero pasaron d¨ªas hasta que se aclar¨® en calidad de qu¨¦ lo estaban esperando. No era por encargo de las autoridades como testigo protegido.
El PCC, que naci¨® en la c¨¢rcel como una organizaci¨®n de presos para que los derechos humanos fueran respetados, es una especie de hermandad de criminales. Con los a?os extendi¨®, pas¨® de vender drogas al por menor en las periferias de las ciudades brasile?as a ampliar su poder mediante el control de las rutas del narcotr¨¢fico de extremo a extremo. La expansi¨®n internacional abarca otros pa¨ªses latinoamericanos donde se producen las drogas y hasta Europa y Asia como destino. Recientemente, fueron detenidos varios buzos que colocaban las cargas en los nav¨ªos en el puerto de Santos.
Ese control de la cadena de producci¨®n le ha supuesto ganar cantidades ingentes de dinero. Blanquearlo requiere una enorme estructura. Hace unos meses, la Polic¨ªa Militar de S?o Paulo descubri¨® un plan del PCC para invertir en campa?as electorales y obra p¨²blica como v¨ªa lavar las ganancias del narcotr¨¢fico.
El empresario inmobiliario y delator formaba parte de ese sistema de blanqueo hasta que se cre¨® enemistades dentro del PCC, presuntamente se qued¨® con un dinero que no era suyo y pusieron precio a su cabeza.
Los de asuntos internos buscan todav¨ªa al segundo tirador y a quien orden¨® la ejecuci¨®n a plena luz del d¨ªa.
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