Am¨¦rica Latina, la pandemia y el desaf¨ªo de construir mejor en lugar de volver atr¨¢s
Un informe del Banco Mundial proyecta para la regi¨®n una contracci¨®n del PIB del 7,2% en 2020
Con esfuerzo y esperanza todo se alcanza, sostiene el dicho. Conviene recordarlo ahora m¨¢s que nunca porque ambas cosas van a ser necesarias para superar el enorme desaf¨ªo que la pandemia de la covid-19 le plantea a los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe. En t¨¦rminos econ¨®micos, esta es la regi¨®n m¨¢s golpeada del planeta. El informe del Banco Mundial sobre las Perspectivas Econ¨®micas Globales difundido esta semana proyecta para la regi¨®n una contracci¨®n del PIB del 7,2% en 2020, contra una ca¨ªda para el conjunto de los mercados emergentes y econom¨ªas en desarrollo del 2,5%.
Para Am¨¦rica Latina, nuestros economistas han comparado estos datos con la serie hist¨®rica de crecimiento del PIB de la regi¨®n, y lo cierto es que este es el peor desempe?o desde 1901, el primer a?o en el que tenemos datos de crecimiento para la regi¨®n m¨¢s o menos fiables. Ni la gripe espa?ola de 1913 (-5,1%), ni la Gran Depresi¨®n (-5,2% en 1931), ni la segunda crisis del petr¨®leo (-2,4% en 1982), ni la Gran Recesi¨®n de 2009 (-1,9%) tuvieron una contracci¨®n como la actual.
Estas no son meras estad¨ªsticas. Una contracci¨®n de esta magnitud implica menos riqueza, y lo que es m¨¢s grave para las clases m¨¢s vulnerables, la destrucci¨®n de millones de puestos de trabajo, lo que lleva a una mayor pobreza. Los c¨¢lculos del Banco sugieren que este a?o se pueden destruir en torno a 20 millones de empleos en la regi¨®n, la mitad aproximadamente formales.
Uno se puede preguntar si el hecho de que Am¨¦rica Latina sea la regi¨®n m¨¢s afectada econ¨®micamente es debido a que se han hecho las cosas mal. Sin embargo, no me caben dudas de que uno de los factores que est¨¢ determinando el impacto en la regi¨®n es el ¨ªndice de urbanizaci¨®n en Latinoam¨¦rica, el m¨¢s alto del planeta, de 81% contra un promedio global de 55%, seg¨²n los indicadores de desarrollo del Banco Mundial. Esto ha hecho que la pandemia haya afectado m¨¢s a Am¨¦rica Latina que a otras regiones.
De acuerdo con los ¨²ltimos datos hay ya m¨¢s de un mill¨®n de casos en la regi¨®n. El n¨²mero se duplica cada dos semanas, con una tasa de mortalidad del 5% (unos 50.000 muertos hasta ahora). No sorprende que los pa¨ªses se hayan visto obligados a imponer medidas de distanciamiento social, lo cual a su vez ha generado el colapso econ¨®mico observado.
En su respuesta a la pandemia, el Banco Mundial est¨¢ trabajando para ayudar a los pa¨ªses a contener la propagaci¨®n del coronavirus, reforzar las capacidades de los sistemas de salud, proteger a las clases m¨¢s vulnerables y apoyar al tejido productivo y el empleo. Con estos objetivos prioritarios, se volcaron 4.300 millones de d¨®lares en asistencia, bajo distintas modalidades. Dieciocho pa¨ªses de la regi¨®n se han beneficiado hasta ahora con estas ayudas, y otros se sumar¨¢n pr¨®ximamente.
Pero a medida que nos asomamos al punto m¨¢s alto en la curva de contagios, otras necesidades surgen en el horizonte latinoamericano: debemos poner en marcha las econom¨ªas de nuestros pa¨ªses, porque echar a rodar esa rueda es la mejor forma de generar trabajo y reducir la pobreza. Debemos hacerla andar sobre bases m¨¢s s¨®lidas de las que ten¨ªamos antes de la pandemia que ahora nos agobia.
Con esto quiero decir que si hacemos las cosas bien -si somos ambiciosos y construimos una regi¨®n m¨¢s moderna, menos vulnerable a los shocks y m¨¢s integrada al mundo, capaz de ofrecer oportunidades a su gente y de liberar sus energ¨ªas productivas-, podremos aspirar a un futuro mejor para todos. El anhelo no debe ser volver atr¨¢s, sino construir mejor a medida que la regi¨®n se recupera.
En ese mismo rengl¨®n podemos hacer mucho para afianzar condiciones macroecon¨®micas que hagan posible el despegue econ¨®mico. Esto significa consolidar programas fiscales sustentables, potenciar la competitividad y productividad de las empresas y los diferentes sectores productivos, y estimular la creaci¨®n de puestos de trabajo en mercados laborales inclusivos y din¨¢micos.
Todo esto es posible y las transformaciones necesarias no deben ser demoradas. La crisis actual, aunque profunda y dolorosa, ofrece la singular oportunidad de alcanzar acuerdos sociales y pol¨ªticos amplios para avanzar hacia estos objetivos. Me refiero a pol¨ªticas de Estado que cuenten con el respaldo de la dirigencia pol¨ªtica y empresarial, de los trabajadores formales e informales, de la sociedad civil y dem¨¢s organizaciones. El Banco Mundial, como aliado de largo plazo, estar¨¢ all¨ª para acompa?ar a los gobiernos que busquen recorrer ese camino de modernizaci¨®n.
Como dije al principio, har¨¢n falta esfuerzo y esperanza para devolver a Am¨¦rica Latina a la senda del crecimiento. Perm¨ªtanme agregar algo m¨¢s que ser¨¢ necesario: claridad de objetivos. La regi¨®n debe desarrollar una clara visi¨®n de futuro antes de decidir en qu¨¦ direcci¨®n avanzar.
*Humberto L¨®pez es vicepresidente interino del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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