Mauricio Morales: ¡°Chile no aguanta otro fracaso constitucional¡±

Hace casi dos semanas, el domingo 4 de septiembre, Chile celebr¨® el plebiscito de salida para reformar la Constituci¨®n. Los resultados fueron categ¨®ricos: un 61,8% rechaz¨® la propuesta redactada por la convenci¨®n constitucional, contra un 38,1% que aprob¨®. Fue una derrota para el presidente de izquierdas Gabriel Boric, que puso a disposici¨®n su capital pol¨ªtico para apoyar el texto. Desde entonces, la pol¨ªtica chilena no se ha detenido y los partidos negocian en el Congreso c¨®mo darle continuidad a un nuevo intento constituyente. Es lo que analiza el polit¨®logo Mauricio Morales, acad¨¦mico de la Universidad de Talca, en medio de las cruciales conversaciones, con La Moneda en problemas y la derecha sacando pecho tras a?os de derrotas pol¨ªticas.

Pregunta. ?C¨®mo se han movido las fuerzas pol¨ªticas para continuar con el proceso constituyente?

Respuesta. El Gobierno quiere acelerar el avance del proceso para sacudirse lo m¨¢s pronto posible de la enorme derrota que sufri¨® en el plebiscito. Hay consenso en la coalici¨®n del presidente respecto de convocar a elecciones para escoger una nueva convenci¨®n constitucional. Ahora es la derecha, sin embargo, la que tiene el poder de veto, particularmente en el Senado, con la mitad de los representantes. Dado que cualquier reforma constitucional debe ser aprobada por 4/7 de los legisladores, los votos de la derecha son indispensables. La derecha no se dejar¨¢ presionar por el Gobierno y el proceso marchar¨¢ en los plazos y condiciones que ese sector pol¨ªtico decida.

P. ?Pero la derecha apoyar¨¢ una nueva convenci¨®n?

R. Muy probablemente apoyen la elecci¨®n de una nueva convenci¨®n, pero debemos recordar que hay dos derechas. Una derecha tradicional compuesta por RN, UDI y Ev¨®poli, y una derecha radical, el Partido Republicano, de inspiraci¨®n pinochetista y muy renuente a un cambio de Constituci¨®n. Ellos son partidarios de reformar la actual Constituci¨®n y para eso exigen un nuevo plebiscito en que la ciudadan¨ªa decida si avanzamos hacia un nuevo texto o modificamos el que ya tenemos.

P. ?Existe la posibilidad de que fracasen las conversaciones por un nuevo itinerario constitucional?

R. Chile no aguanta otro fracaso constitucional. Por eso mismo, es clave que la mesa de negociaci¨®n que organizaron los partidos siga funcionando. Ser¨ªa dram¨¢tico que esa mesa llegara a un acuerdo y que luego ¨¦ste fuese rechazado por el Congreso. Desafortunadamente, parte importante de la derecha est¨¢ haciendo una lectura algo revanchista. Estuvieron, por decirlo de alguna manera, de rodillas frente al Gobierno y la izquierda en el anterior proceso constitucional. Y ahora, con un claro poder de veto, quieren dise?ar las reglas y el mecanismo para avanzar en el nuevo itinerario. De hecho, pusieron como condici¨®n que el Gobierno fuese excluido de las negociaciones y lo lograron.

P. ?Despert¨® la derecha?

R. La derecha chilena despert¨® luego de ser derrotada en casi todas las elecciones de este ¨²ltimo ciclo electoral.

P. ?Cu¨¢les son las alternativas para redactar una nueva Constituci¨®n?

R. Primero, una nueva convenci¨®n constitucional electa por los ciudadanos y apoyada por un consejo o comit¨¦ de expertos. Por cierto, se debe discutir el tama?o de esa convenci¨®n, pero existe cierto acuerdo en que debe ser inferior a los 155 integrantes que tuvo la anterior. Segundo, un comit¨¦ de expertos nominado por el Congreso en proporci¨®n a las fuerzas pol¨ªticas que lo componen. Tercero, una convenci¨®n constitucional en que los expertos participen y compitan al igual que el resto de los candidatos. La idea es que el consejo de expertos establezca las bases inamovibles de la nueva Constituci¨®n.

P. ?Esta idea le gusta al oficialismo de Boric?

R. Esta idea genera resistencia en la izquierda, pero el gran problema para ese sector pol¨ªtico es que fue derrotado hace dos semanas. Su capacidad de negociaci¨®n es m¨ªnima.

P. Y a su parecer, ?cu¨¢l ser¨ªa el mejor mecanismo?

R. Una nueva convenci¨®n electa mediante un sistema electoral de lista cerrada y bloqueada, en que los partidos coloquen en lugares de vanguardia a sus expertos. Debe ser una convenci¨®n peque?a, probablemente de 70 miembros electos a nivel regional y en proporci¨®n al tama?o poblacional de cada regi¨®n. Es decir, combinar un sistema electoral que insta a los partidos a competir con sus marcas o etiquetas, y que lo hagan en un ambiente de desafecci¨®n.

P. ?Es posible que el 11 de septiembre de 2023, cuando se cumplan 50 a?os del golpe de Estado, ya se tenga una nueva Constituci¨®n?

R. Es imposible llegar al 11 de septiembre de 2023 con una nueva Constituci¨®n. Si los partidos llegan a un acuerdo para escoger una convenci¨®n, se elegir¨¢ en abril de 2023. Con suerte la convenci¨®n entrar¨ªa en funcionamiento a mediados o fines de junio. Como m¨ªnimo, esa convenci¨®n requiere de seis a ocho meses, por lo que su trabajo reci¨¦n estar¨ªa terminando en diciembre o enero de 2023 o, quiz¨¢, en marzo o abril si el plazo es de ocho meses.

P. ?C¨®mo se explica que la participaci¨®n electoral haya sido tan alta?

R. El voto obligatorio produjo el milagro chileno. Ven¨ªamos de tasas de participaci¨®n cercanas al 50%, explotando en este plebiscito a m¨¢s del 80%. Pero esa explicaci¨®n institucional convive con una explicaci¨®n pol¨ªtica: la relevancia de la elecci¨®n. Dada la fractura de la convivencia c¨ªvica entre los chilenos, se percibi¨® este plebiscito como una elecci¨®n de vida o muerte. La gente entendi¨® que en esta elecci¨®n no estaban en juego los pr¨®ximos cuatro a?os, sino que los pr¨®ximos 30 o 40 a?os. Por lo tanto, el plebiscito oblig¨® a la gente a pensar en el largo plazo. La convenci¨®n escribi¨® un texto orientado a un grupo espec¨ªfico de la poblaci¨®n, ignorando al votante mediano. Ese error fue fatal.

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