El Cristo ¡®blasfemo¡¯ de Le¨®n Ferrari censurado por el cardenal Bergoglio vuelve a Buenos Aires
El Museo Nacional de Bellas Artes celebra el centenario del artista m¨¢s irreverente del canon argentino, cuya censura lo lanz¨® a la fama mundial
El cardenal de Buenos Aires estaba furioso. A finales de 2004, un Jesucristo de yeso crucificado en un avi¨®n de guerra estadounidense hab¨ªa convocado a decenas de miles de personas en un peque?o museo p¨²blico de la ciudad. ¡°Frente a esta blasfemia que averg¨¹enza a nuestra ciudad, todos unidos hagamos un acto de reparaci¨®n y petici¨®n de perd¨®n¡±, escribi¨® en una carta p¨²blica Jorge Bergoglio. Un grupo de cat¨®licos irrumpi¨® en la exhibici¨®n y destroz¨® algunas piezas. La exhibici¨®n fue clausurada y reabierta por un fallo judicial tras varias protestas en la ciudad. Le¨®n Ferrari (1920-2013), el artista pl¨¢stico que dedic¨® su vida a denunciar los cr¨ªmenes del poder en connivencia con la Iglesia Cat¨®lica, salt¨® a la fama mundial. En 2007, cuando gan¨® el Le¨®n de Oro para el mejor artista de la Bienal de Venecia, agradeci¨® ¡°el favor¡± de ese cardenal. Ferrari, a quien el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires (MNBA) celebra desde esta semana con su primera gran retrospectiva en el pa¨ªs, muri¨® en julio de 2013. Dos meses antes, el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, hab¨ªa sido ungido sumo pont¨ªfice en Roma.
La civilizaci¨®n occidental y cristiana, una estatua de Cristo que Ferrari compr¨® en una santer¨ªa de Buenos Aires y crucific¨® sobre la maqueta de un avi¨®n bombardero estadounidense en 1965, fue la primera pieza que el artista pl¨¢stico autodidacta dedic¨® a la militancia que marcar¨ªa su vida: la denuncia pol¨ªtica. Escultor, pintor conceptual e investigador, Ferrari fue uno de los mayores maestros del arte argentino y quiz¨¢ su gran provocador.
Sus obras, que cuestionaron la moral sexual de la Iglesia y la complicidad del cristianismo con el autoritarismo y el imperialismo del Siglo XX, lo convirtieron en uno de los grandes enemigos de la dictadura militar argentina (1976-1983), que hizo desaparecer a uno de sus tres hijos y lo hizo huir al exilio en Brasil. Muchas de sus esculturas, collages, pinturas y el archivo de noticias de la represi¨®n militar en su pa¨ªs que reuni¨® bajo el t¨ªtulo de Nosotros no sab¨ªamos, son algunas de las 250 obras que se exhiben desde esta semana en el MNBA en la primera gran retrospectiva dedicada al artista en la ciudad desde que fuese censurado en 2004.
¡°Para este museo, tan consagratorio en Argentina, era una omisi¨®n muy grande no haberle dedicado una muestra. Quisimos subsanar eso¡±, cuenta el director de Bellas Artes de Buenos Aires, Andr¨¦s Duprat. La exhibici¨®n, titulada Recurrencias, deb¨ªa ser inaugurada en 2020 para celebrar el centenario del nacimiento del artista junto a otras exhibiciones en el Reina Sof¨ªa de Madrid, el Centro Pompidou de Par¨ªs, y el museo Van Abbe de Eindhoven. Por la pandemia, la muestra en Buenos Aires fue la ¨²ltima en inaugurarse. ¡°No llegamos al centenario, pero abrir esta muestra este a?o tambi¨¦n es significativo a 10 a?os de su muerte y mientras el pa¨ªs celebra 40 a?os del regreso de la democracia¡±, afirma Duprat.
Hijo de un arquitecto que renovaba iglesias y de una profesora de cer¨¢mica, Le¨®n Ferrari naci¨® el 3 de septiembre de 1920 en Buenos Aires. Se gradu¨® de ingeniero industrial, tuvo tres hijos y comenz¨® su carrera art¨ªstica como ceramista en Italia. La civilizaci¨®n, esa obra ic¨®nica con la que inaugur¨® su militancia desde el arte, fue concebida en 1965 ante el horror de la guerra de Vietnam. Fue rechazada ese a?o por el premio Di Tella de Buenos Aires, pero la denuncia a la complicidad entre la Iglesia Cat¨®lica y los autoritarismos marc¨® su obra desde entonces.
Ferrari se exili¨® en 1976 y vivi¨® en S?o Paulo hasta principios de los noventa, donde incursion¨® en el arte postal y la litograf¨ªa. Su obra abstracta, las esculturas e instalaciones m¨¢s pol¨ªticas y sus intervenciones art¨ªsticas sobre portadas del peri¨®dico del Vaticano o fotograf¨ªas ic¨®nicas de la dictadura militar argentina, forman los ejes principales de la retrospectiva inaugurada por el MNBA.
¡°Le¨®n siempre tuvo muy presente la realidad argentina. Intentamos reunir los temas recurrentes de su obra, como la de la violencia del poder, la intolerancia y la religi¨®n¡±, dice Cecilia Rabossi, curadora de la muestra. ¡°Mucha gente se queda con esa faceta del provocador, pero tambi¨¦n fue un investigador exhaustivo y una persona muy comprometida. Su obra se basa en la idea de trabajar con la historia del arte y la belleza puestas al servicio de exponer la crueldad¡±.
El MNBA tendr¨¢ abierta la retrospectiva de uno de los artistas m¨¢s irreverentes del canon nacional hasta agosto. A sus autoridades no les preocupa que se repitan los episodios de 2004, cuando un tribunal tuvo cerrada durante 10 d¨ªas la exhibici¨®n que celebraba 50 a?os de su obra. ¡°Creo que esa batalla cultural se gan¨®, que aprendimos mucho como sociedad. La reacci¨®n de la sociedad a favor de la libertad de expresi¨®n fue muy importante¡±, afirma Nora Hochbaum, curadora y antigua directora del Centro Cultural Recoleta cuando ese museo vivi¨® la censura. ¡°Hoy, que Argentina tiene un problema con esos sectores recalcitrantes de la ultraderecha, recordamos a Le¨®n, que fue un militante de todos los derechos. Su obra es un testimonio de sus convicciones fuertes, del compromiso del artista. Est¨¢ bueno que hoy puedan verla tantos j¨®venes¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.