Massa cierra una campa?a quir¨²rgica alejado de la liturgia peronista
El candidato a la presidencia de Argentina protagoniza peque?os actos en solitario mientras la militancia toma el espacio p¨²blico para convencer a los votantes
El peronismo est¨¢ en plena mutaci¨®n en Argentina. La ¨²ltima muestra ha sido el cierre de campa?a de su candidato a la presidencia, Sergio Tom¨¢s Massa. A diferencia de sus predecesores, Massa no se ha dado este jueves un ba?o de masas en un gran estadio rodeado de referentes pol¨ªticos, sociales y sindicales. Tampoco se han desplegado a su alrededor banderas de Juan Domingo Per¨®n y Evita, ni de N¨¦stor Kirchner y Cristina Fern¨¢ndez. El candidato se ha mostrado en solitario en sus m¨¢s recientes apariciones p¨²blicas como parte de una campa?a quir¨²rgica que busca despegarlo del Gobierno del que forma parte como ministro de Econom¨ªa y presentarlo como el candidato de la Argentina que viene. Ante la falta de logros que mostrar, ha apostado por una estrategia de manual: desviar la atenci¨®n hacia su contrincante, el ultraderechista Javier Milei. Hasta esa Argentina que viene la define ¡ªal menos hasta el domingo¡ª bajo la sombra amenazante de Milei: una Argentina productiva, con v¨ªnculos comerciales externos no limitados por la ideolog¨ªa, en la que no se vender¨¢n ¨®rganos ni habr¨¢ libre portaci¨®n de armas y en la que la gratuidad de la educaci¨®n y la sanidad p¨²blicas est¨¢n garantizadas.
Con esa mirada puesta en el horizonte, el escenario elegido este jueves para su ¨²ltimo acto fue un gui?o a las nuevas generaciones, el colegio secundario Carlos Pellegrini, en Buenos Aires. Recibido al grito de ¡°?pre-si-den-te, Massa, pre-si-den-te!¡±, tuvo una charla a puerta cerrada con los alumnos, salt¨® y se sac¨® selfis con ellos y solo despu¨¦s brind¨® unas breves declaraciones a la prensa que aguardaba fuera. ¡°La mayor utop¨ªa que pueden tener es defender la igualdad de oportunidades como valor de nuestra sociedad. Es pensar que el hijo de un alba?il o de un pe¨®n rural tenga la misma oportunidad que cualquier otro de ser presidente¡±, subray¨® entre aplausos. Esta escuela p¨²blica, una de las m¨¢s renombradas de Buenos Aires, es una rara avis en el contexto actual, marcado por el gran apoyo a Milei entre los menores de 25 a?os. En el colegio Pellegrini, donde estudian 2.500 alumnos de entre 14 y 18 a?os, el apoyo al ultra es muy inferior y la mayor¨ªa critica con vehemencia los ataques de Milei a la educaci¨®n p¨²blica.
Horas antes, el candidato Massa hab¨ªa tendido un puente en la direcci¨®n opuesta: llev¨® bombones y flores a su votante m¨¢s longeva, Magdalena, de 104 a?os, una vecina de la localidad bonaerense de Berazategui. Y el d¨ªa anterior comparti¨® mate con un grupo de inquilinos que le expresaron su preocupaci¨®n por el calvario en que se ha convertido alquilar en la capital argentina, donde la oferta es m¨ªnima y est¨¢ casi toda dolarizada.
La transformaci¨®n de la imagen de Massa en la campa?a ha sido una estrategia muy estudiada. Al definir su candidatura, el primer paso fue borrar ese pasado de traidor con el que lo identificaba gran parte de la militancia por los siete a?os en los que permaneci¨® alejado de la poderosa expresidenta, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Hubo elogios p¨²blicos y actos compartidos con toda la liturgia peronista: c¨¢nticos, bombos y banderas. Pero una vez perdonado ese pecado, el hijo pr¨®digo tom¨® las riendas del destino del peronismo mientras las dem¨¢s figuras abandonaban el escenario principal.
El objetivo ha sido mostrarlo como un hombre cercano y abierto al di¨¢logo. Un candidato atento a problemas que promete resolver, aunque muchos se hayan agravado durante su gesti¨®n, como la inflaci¨®n galopante ¡ªque supera el 140% interanual¡ª, la pobreza, el deterioro de la educaci¨®n y la sanidad p¨²blica y la falta de cr¨¦dito y de vivienda, entre otros muchos problemas. Para lograrlo, la campa?a se ha centrado en una multitud de peque?os actos que despu¨¦s han sido resumidos en pastillas informativas de poco m¨¢s de un minuto y volcadas a los medios y las redes sociales.
El protagonismo de Massa contrasta con las ausencias del presidente, Alberto Fern¨¢ndez, y su vicepresidenta, Fern¨¢ndez de Kirchner. La imagen negativa de ambos entre la ciudadan¨ªa es un lastre para la recta final de una campa?a dirigida a ese 10% de indecisos que revelan las encuestas. De sus votos depende el resultado del domingo, en el que se celebra una de las elecciones m¨¢s re?idas de la democracia argentina. Los sondeos apuntan a un empate t¨¦cnico. ¡°Votar a Massa no te convierte en peronista¡±, dicen mensajes viralizados en las redes sociales que intentan saltar la grieta entre peronistas y antiperonistas que divide al pa¨ªs desde hace d¨¦cadas. ¡°Fue una campa?a pensada por etapas: fidelizar el voto peronista, ampliar confrontando con Milei y ahora buscar el voto de centro¡±, resume un dirigente peronista.
Campa?a del miedo
Sin medallas que exhibir, el peronismo recurre a un arma eficaz: el miedo. ¡°Massa act¨²a permanentemente en espejo a Milei¡±, dice Carolina Barry, coordinadora acad¨¦mica del programa de Historia del Peronismo en la Universidad Tres de Febrero (Untref). ¡°La econom¨ªa es un desastre y la situaci¨®n social tampoco tiene grandes logros que puedan ser gritados y vitoreados en un estadio donde las masas aclamen ampliamente al candidato. Mucha gente est¨¢ votando a Massa m¨¢s por espanto que por amor y eso implica cambiar la campa?a y centrarla en las debilidades de Milei, en sus posturas extremas¡±, agrega Barry.
Massa es la cara visible de una campa?a capilar, que se extiende lejos de las c¨¢maras por todo el territorio argentino. All¨ª, las ¨®rdenes parten de gobernadores provinciales, alcaldes y dirigentes de organizaciones sociales que llevan un par de meses recorriendo barrio a barrio, puerta a puerta, para ganar votos. Toda la maquinaria peronista al servicio del candidato.
Las propuestas de recortes de derechos de Milei ¡ª¡±porque alguien los tiene que pagar¡±¨D, sumadas a sus insultos y mensajes violentos y los ataques al sistema electoral argentino ¡ªal que acusa de fraudulento¡ª y al consenso contra la dictadura, han generado tal p¨¢nico en parte de la ciudadan¨ªa, en especial entre las viejas generaciones, que algunos se han sumado de forma espont¨¢nea a la militancia por Massa.
Mi abuelo, 79 a?os, 56 como m¨¦dico egresado de la UBA y una vida dedicada al hospital p¨²blico y la docencia. Hoy defendi¨® por la ciudad el valor y el derecho de la salud y educaci¨®n p¨²blicas.
— manuela (@ManuuG__) November 14, 2023
Por su historia, porque defiendo la democracia y porque estudio en la UBA#MileiNo pic.twitter.com/yCLAUrdQRx
Entre ellos est¨¢ Ana Fern¨¢ndez, nieta de una de las tres Madres de Plaza de Mayo que fueron secuestradas en 1977 por el r¨¦gimen militar y arrojadas vivas desde un vuelo de la muerte al mar. Fern¨¢ndez decidi¨® difundir en el subterr¨¢neo la historia de su vida para convencer a los pasajeros de que no voten a la ultraderecha que encabeza Milei. ¡°Mi mam¨¢ ten¨ªa 16 a?os cuando la secuestraron embarazada de m¨ª. Fue a un campo de concentraci¨®n donde la despojaron de todo, incluso del nombre¡±, se la ve narrar a los pasajeros en un v¨ªdeo que se ha viralizado. Tambi¨¦n se anim¨® a repetir esa estrategia Ricardo Gen¨¦, un m¨¦dico de 79 a?os que explic¨® la importancia de tener una sanidad p¨²blica y gratuita de calidad.
La campa?a oficial de Massa termin¨® este jueves, tal y como marca la ley electoral argentina, pero la de la militancia se mantendr¨¢ hasta el mismo domingo. ¡°A la Argentina la salvamos entre todos porque si se hunde nos hundimos todos¡±, resume un militante peronista que lleva un par de meses sin descansar.
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