Adolfo P¨¦rez Esquivel: ¡°El d¨ªa que uno deja de sonre¨ªrle a la vida, es que uno ha sido vencido¡±
El Premio Nobel de la Paz recibe a EL PA?S para hablar de los 40 a?os de democracia en Argentina y lo que m¨¢s le importa al respecto: el futuro
D¨ªas antes de cumplir 92 a?os, Adolfo P¨¦rez Esquivel recibi¨® a EL PA?S en su casa al norte de Buenos Aires para hablar sobre el 40 aniversario del fin de la ¨²ltima dictadura militar en Argentina. Pintor, escultor, escritor y activista, P¨¦rez Esquivel la conoci¨® de cerca. En 1977, mientras promov¨ªa enlaces entre organizaciones sociales para defender a las v¨ªctimas de los reg¨ªmenes militares en toda Latinoam¨¦rica y lideraba la resistencia no violenta contra las dictaduras, fue tomado preso por la de Jorge Rafael Videla. Fue encarcelado y torturado durante 14 meses, y los militares argentinos se lo llevaron en uno de los vuelos de la muerte, desde donde lanzaban a los prisioneros sedados al R¨ªo de La Plata. A P¨¦rez Esquivel lo dejaron ir y lo siguieron vigilando durante m¨¢s de un a?o. En 1980, recibi¨® el Premio Nobel de la Paz por promover la defensa de los derechos humanos en un trabajo que contin¨²a hasta hoy.
P¨¦rez Esquivel es, a pesar de todo, un optimista. El pasado 22 de noviembre, cuatro d¨ªas antes de su cumplea?os, acababa de volver de un viaje a Mendoza para participar de un ciclo de conversaciones en una universidad p¨²blica y se preparaba para asistir al d¨ªa siguiente a la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, la primera despu¨¦s de que el ultraderechista Javier Milei, que hab¨ªa reivindicado la dictadura en campa?a, ganara las elecciones en el pa¨ªs. ¡°Nos tendr¨¢n en las calles¡±, afirma P¨¦rez Esquivel, que advierte al Gobierno que asumir¨¢ funciones este 10 de diciembre: ¡°Le vamos a pedir di¨¢logo y, si no estamos de acuerdo, vamos a generar la resistencia. No queda otra¡±.
Pregunta. ?Cu¨¢les han sido los logros de Argentina como sociedad en 40 a?os de democracia?
Respuesta. ?En qu¨¦ l¨ªo me meten! Cuarenta a?os de democracia son muchas luces y sombras, y una democracia no se regala, se construye. Los responsables de la construcci¨®n democr¨¢tica son los pueblos. En estos 40 a?os vivimos mucha zozobra, lo estamos viendo actualmente: hoy se quiere desconocer los alcances de la lucha contra la dictadura, la recuperaci¨®n de las instituciones y los juicios de castigo a los criminales que violaron los derechos humanos. Yo no creo en esta democracia delegativa, representativa, en la que votamos, acabamos de votar, y todo el poder pasa a un Gobierno que hace lo que quiere y no lo que debe mientras nosotros no tenemos derechos a la protesta.
P. Suena como si no hubiera habido ning¨²n logro.
R. No hay democracia perfecta. Pero toda democracia es perfectible, y eso depende de la voluntad de los pueblos y la de los gobiernos, que muchas veces suelen desconocer la voluntad de los pueblos. Hoy existen gobiernos autoritarios, que si bien se enmarcan en la estructura es democr¨¢tica, no cumplen con ella. Democracia y derechos humanos deben ser valores indivisibles. Si se pierde uno, la democracia deja de existir. Ahora, entre todas sus tragedias, Argentina tuvo una serie de logros importantes: la ense?anza libre y gratuita desde la primera hasta la universidad; la salud p¨²blica; los centros de investigaci¨®n cient¨ªfica, que no solo son una honra para el pa¨ªs, sino para el mundo. El otro es la afirmaci¨®n de las instituciones que un pa¨ªs necesita: el poder judicial, el legislativo, que estaban destrozados.
P. ?Qu¨¦ falta para consolidarla?
R. Hay un problema territorial con los pueblos originarios. Despu¨¦s de la reforma constitucional del a?o 94, el pa¨ªs en lugar de transformarse en uno federal y con coparticipaci¨®n, se transform¨® en un pa¨ªs feudal donde los gobernadores se apropiaron de las provincias para hacer sus negocios, vendiendo los bosques, expulsando a las comunidades ind¨ªgenas, destruyendo el medio ambiente. Eso no es democracia. Las deudas pendientes son tierra, techo y trabajo. En Argentina hay malas palabras que nunca se pronuncian por miedo: una muy temida es reforma agraria. En este pa¨ªs, la tierra est¨¢ en manos de grandes empresas. ?C¨®mo puede ser que empresarios como Carlo Benetton, de Italia, tenga casi un mill¨®n de hect¨¢reas en la Patagonia, y le quite su tierra a los mapuches? Y no es el ¨²nico: Joe Lewis, Ted Turner¡ hasta los Emiratos ?rabes est¨¢n comprando tierras en la frontera con Chile. Hablamos de 40 a?os de democracia porque no hubo golpes militares, pero hay otros golpes. La democracia en Argentina est¨¢ en terapia intensiva. Y puede estar peor.
P. Argentina es una estela para el resto de Latinoam¨¦rica en materia de derechos humanos. ?C¨®mo llega a este momento pol¨ªtico?
R. Milei es el resultado del fracaso de las representaciones pol¨ªticas. Yo nunca pertenec¨ª a un partido, tengo mis simpat¨ªas por el peronismo, pero nunca pertenec¨ª a un partido. Los pol¨ªticos y sus proyectos apuntan siempre a pol¨ªticas de coyuntura y no a la construcci¨®n a largo plazo. No hay objetivos, est¨¢n a la deriva. La coyuntura, claro, hay que atenderla, pero si no se proyecta la construcci¨®n del pa¨ªs a largo plazo, est¨¢ perdido. Milei es el resultado de las frustraciones de muchas cosas, de la situaci¨®n econ¨®mica tras la pandemia, que desarticul¨® muchas cosas. Los pol¨ªticos no hicieron un esfuerzo de construcci¨®n tras eso. Los perdi¨® la soberbia.
P. El nuevo Gobierno copia el discurso de los militares sobre los delitos de la dictadura mientras afirma que es un tema viejo, que no deber¨ªa ¡°volver a abrirse¡±. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Eso es un error. Los pueblos que olvidan vuelven a cometer los mismos errores. El negacionismo, como el que expresa la vicepresidenta Victoria Villarruel, no lleva a ninguna parte. Cuando dice que los desaparecidos no son los que son¡ A ver, no es una cuesti¨®n de n¨²meros, es una cuesti¨®n de humanidad, de reconocer las masacres masivas que se cometen contra los pueblos. A todos los represores de la dictadura se les dio el derecho de elegir sus abogados y defenderse. Nosotros no tuvimos nada de eso. Yo soy un sobreviviente y ellos no me dieron nada de eso: estuve 14 meses en prisi¨®n y ni me interrogaron, solo fueron golpes.
P. ?C¨®mo hace para seguir apostando por la paz y el di¨¢logo tras sufrir todo eso?
R. El d¨ªa que uno deja de sonre¨ªrle a la vida, es que uno ha sido vencido. No hay que dejar de sonre¨ªrle a la vida. Si a m¨ª me dicen que un militante es un amargado, no es un militante, es un amargado. Yo no creo en la guerra justa. Tampoco hay guerras santas. Lo que s¨ª creo es en las causas justas que nos movilizan.
P. Usted suele decir que la paz no es lo contrario al conflicto.
R. Paz no es pasividad, es una din¨¢mica permanente de relaciones entre las personas y los pueblos. Yo no puedo dar nada que no tenga, no puedo compartir la paz con mi familia, con mi barrio, con mi comunidad, si no estoy dispuesto a eso. Nadie puede sembrar con los pu?os cerrados, para sembrar ten¨¦s que abrir la mano. Pero ten¨¦s que saber qu¨¦ semillas sembrar¡ ?Sab¨ªan que las semillas transg¨¦nicas no son semillas f¨¦rtiles? No se reproducen, entonces generan una cadena de dependencia con las grandes empresas, con los t¨®xicos como el glifosato, tambi¨¦n. En Am¨¦rica Latina, en lugares de Brasil como Mandirituba, se intenta fomentar el cultivo con semillas org¨¢nicas, y dos veces al a?o llegan los campesinos, los ind¨ªgenas de la zona, y trocan, intercambian sus semillas. Esas son las que hay que sembrar, esa es la resistencia cultural. La cultura no es solo pensamiento, es todo.
P. Tras conocer la victoria de Milei, llam¨® a tener capacidad de resistencia, ?qu¨¦ significa eso?
R. Primero, vamos a pedir di¨¢logo. Y despu¨¦s vamos a dar. No son decisiones personales. Son decisiones que tenemos que tomar en el conjunto de las organizaciones, y para eso se necesita estrategia. El individualismo no va, pero es lo que nos intentan meter la cabeza el individualismo. Milei, lo que intenta, es exacerbar el individualismo. Y el neoliberalismo mete el individualismo. Estados Unidos es una sociedad individualista, son pocas las organizaciones que trabajan en conjunto. Insisto, la dominaci¨®n cultural, hay que trabajar mucho en eso. Los nuevos medios de comunicaci¨®n son mortales.
P. ?C¨®mo se puede volver a formar comunidades?
R. Solo se puede trabajar en la educaci¨®n. En la educaci¨®n cr¨ªtica como pr¨¢ctica de libertad. La derrota nuestra es cultural. ?Conocen los monocultivos? Hay un monocultivo mucho m¨¢s peligroso que todos esos con agrot¨®xicos, que es el monocultivo de las mentes. Ojo con eso, es feroz. Hay chicos que viven en villas, pero toda su imaginaci¨®n est¨¢ en querer vivir en Estados Unidos. Mir¨¢ los migrantes que intentan llegar a la frontera de El Paso, que intentan llegar con todos sus medios como si fuera el man¨¢. Mucha gente piensa que esa es la vida que quiere, ?por qu¨¦? Porque no saben reconocer su lugar, su tierra. Eso es dominaci¨®n cultural.
P. ?Hay respuesta?
R. Necesitamos trabajar en un sistema m¨¢s participativo, donde los pueblos tienen herramientas para defenderse. Si nos quedamos con estos 40 a?os¡ tenemos patas cortas. No puede ser que votemos y no sepamos qu¨¦ va a pasar con las empresas nacionales, con la educaci¨®n y la salud que son de todos, ni los intereses que juegan detr¨¢s sin que lo sepamos. Ning¨²n gobierno ha tenido en coraje de frenar los capitales que se llevan del pa¨ªs. Por ahora, no se construye nada en el pa¨ªs y nos dejan el hambre, la miseria y la pobreza. Otro mundo es posible solo si tenemos el coraje de hacerlo posible. Hoy no lo tenemos. F¨ªjense: hablemos de los partidos pol¨ªticos. Ac¨¢, las llamadas izquierdas aprendieron a dividir lo dividido; de dos partidos forman tres, as¨ª no se construye nada. Despu¨¦s aparece la derecha, con su respaldo internacional, y arrasa.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le preocupa del nuevo Gobierno?
R. Todo. Si Milei quiere implementar su proyecto electoral, su ¨²nica v¨ªa es la represi¨®n. Villarruel quiere terminar con el Espacio de Memoria del antiguo centro de represi¨®n de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada, que es patrimonio de la Unesco. ?C¨®mo va a hacer? ?Y qu¨¦ vamos a hacer nosotros? Le vamos a pedir di¨¢logo, y si no estamos de acuerdo, vamos a generar la resistencia. No queda otra.
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