Los dogmas de Milei limitan la recuperaci¨®n de Argentina
Aprovechar las ventajas potenciales del pa¨ªs requiere de pol¨ªticas p¨²blicas que aseguren una cooperaci¨®n entre el Estado y el sector privado. El presidente le da la espalda a las tendencias globales
Desde su llegada al Gobierno en diciembre de 2023, Javier Milei se ha posicionado de manera at¨ªpica para un jefe de estado, involucr¨¢ndose en disquisiciones te¨®ricas sobre la naturaleza del Estado y su intervenci¨®n en el quehacer econ¨®mico. Ya no se trata de una discusi¨®n acerca del tama?o ¨®ptimo del aparato estatal y de definir un mapa de prioridades sino de una posici¨®n extrema en la que, seg¨²n sus propias palabras, el Estado es una organizaci¨®n criminal que existe gracias al robo a los ciudadanos materializado mediante el cobro de impuestos, llegando incluso a calificar de h¨¦roes a quienes hicieron de la evasi¨®n de impuestos una pr¨¢ctica habitual. Esta mirada dogm¨¢tica tiene pretensiones refundacionales y est¨¢ presente en el riguroso ajuste fiscal -mucho m¨¢s profundo de lo necesario- que aspira a retirar completamente al Estado tanto de las empresas p¨²blicas como de la pol¨ªtica industrial y comercial, donde las regulaciones dejan de ser instrumentos a calibrar y la desregulaci¨®n pasa a ser un fin en s¨ª mismo. La realidad ha golpeado al presidente en poco tiempo cuando, tras decretar la plena desregulaci¨®n del mercado de medicina prepaga, las principales empresas aumentaron sus cuotas 165% en solo tres meses, m¨¢s del doble de la inflaci¨®n promedio, llev¨¢ndolo a tomar medidas para frenar dichas alzas.
Este tipo de abordaje caracterizado por su dogmatismo extremo hubiera sido extra?o en muchos per¨ªodos hist¨®ricos, pero es especialmente anacr¨®nico en la actualidad. No es novedoso hablar sobre el cambio de las reglas de juego globales producido con la securitizaci¨®n de los flujos comerciales, la competencia entre potencias y el intento de revertir los procesos de deslocalizaci¨®n productiva que caracterizaron las dos d¨¦cadas posteriores a la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn. El propio Mario Draghi ha se?alado recientemente la necesidad de revisar las reglas de la Uni¨®n Europea, acaso la construcci¨®n m¨¢s exitosa bajo la anterior configuraci¨®n global, pol¨ªtica y econ¨®mica. Para el presidente argentino, el pa¨ªs deber¨ªa hacer el recorrido opuesto al de todo el mundo.
Desde los procesos que permitieron, primero a Jap¨®n, luego a los tigres asi¨¢ticos y m¨¢s recientemente a China, atravesar r¨¢pidos procesos de desarrollo, la pol¨ªtica industrial (que podr¨ªamos remontar Hamilton o Bismarck), ha sido una herramienta clave empleada por los estados que buscan incrementar de manera acelerada capacidades productivas. De manera reciente, las necesidades vinculadas al desarrollo sostenible, la digitalizaci¨®n y la automatizaci¨®n se han convertido en veh¨ªculos para la adopci¨®n de pol¨ªticas industriales.
Para pa¨ªses como Argentina, el regreso de la pol¨ªtica industrial a nivel global es una oportunidad para legitimar herramientas de pol¨ªtica interna, maximizar la cooperaci¨®n econ¨®mica externa y acelerar los motores de la econom¨ªa desde sectores de baja productividad a sectores de alta productividad, transformando a los existentes o desarrollando nuevos.
Argentina tiene una estructura productiva desequilibrada. La canasta exportadora est¨¢ concentrada en un conjunto de bienes primarios o con escasa transformaci¨®n que representa cerca de dos tercios de las exportaciones. Dentro del sector de recursos naturales, y tambi¨¦n en servicios y manufacturas, conviven sectores altamente integrados a la econom¨ªa global con otros que padecen problemas de competitividad, informalidad y baja productividad. Los desequilibrios afectan incluso al complejo cient¨ªfico-tecnol¨®gico, uno de los de mayor desarrollo de la regi¨®n, pero fragmentado e insuficientemente integrado entre academia, investigaci¨®n b¨¢sica, aplicada y el mundo productivo.
Para Argentina, los cambios productivos internacionales son una oportunidad para superar las limitaciones de su estructura productiva. La creciente demanda global de alimentos al ritmo de los procesos de crecimiento en curso en Asia y, potencialmente, en ?frica, se conjuga con las exigencias de procesos sustentables. Junto a sus desarrolladas capacidades como productor agropecuario, Argentina puede ser un actor relevante en la mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, a partir de desarrollos en biotecnolog¨ªa, satelital o de certificaciones ambientales.
Las transformaciones en el transporte y la producci¨®n de energ¨ªa deber¨ªan favorecer el desarrollo de sectores primarios intensivos en capital. En miner¨ªa, se prev¨¦ que el cobre y los minerales cr¨ªticos como el litio aumenten exponencialmente la demanda. En energ¨ªa, el pa¨ªs tiene un enorme potencial en renovables, particularmente para la producci¨®n de hidr¨®geno verde, mientras en hidrocarburos, el gas natural funciona como combustible de transici¨®n para abandonar definitivamente al carb¨®n, el mayor generador de emisiones a nivel global. A partir de Vaca Muerta, Argentina puede ser un proveedor de energ¨ªa estable, seguro y confiable en un mundo asediado por el riesgo geopol¨ªtico.
El litio, las energ¨ªas renovables, y los hidrocarburos pueden convertirse en un vector para apalancar la producci¨®n industrial, ya sea para la producci¨®n de bienes finales como autos el¨¦ctricos, preservando a futuro la industria automotriz, como la producci¨®n de bienes de capital como electrolizadores o aerogeneradores o el desarrollo de proveedores industriales del mismo modo en que el sector agr¨ªcola ha sido un motor de crecimiento de actividades industriales y desarrollos tecnol¨®gicos conexos a nivel dom¨¦stico, mientras la digitalizaci¨®n deber¨ªa favorecer el crecimiento de la econom¨ªa del conocimiento, un sector donde Argentina se encuentra integrada en las cadenas de valor globales.
El pa¨ªs (como todo el Cono Sur) se beneficia adem¨¢s de una posici¨®n estructural que le permite sostener relaciones cooperativas tanto con Estados Unidos como con China y la Uni¨®n Europea, con relativa autonom¨ªa de las disputas geopol¨ªticas.
El desarrollo de los sectores satelital, nuclear o hidrocarbur¨ªfero argentinos son inconcebibles sin el aporte de empresas o agencias p¨²blicas como YPF, INVAP o la CNEA, as¨ª como lo es el sector agr¨ªcola sin INTA, o la miner¨ªa o la econom¨ªa del conocimiento sin el marco regulatorio promocional. Aprovechar las ventajas potenciales del pa¨ªs requiere, tambi¨¦n a futuro, de pol¨ªticas p¨²blicas que aseguren una cooperaci¨®n entre el Estado y el sector privado. El presidente, en su dogmatismo, le da la espalda a las tendencias globales y, acaso m¨¢s grave, a las oportunidades que tiene el pa¨ªs para aprovecharlas.
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