Anne Boyer: ¡°El mundo entero est¨¢ catastr¨®ficamente enfermo¡±
Ganadora del Premio Pulitzer por su libro ¡®Desmorir¡¯, que llega a las librer¨ªas el 22 de febrero, la poeta y profesora construy¨® una historia cultural y personal del c¨¢ncer a partir de su experiencia
Cuando empez¨® a recibir felicitaciones en su m¨®vil cuenta que pens¨® que era un error. Estaba impartiendo su clase de filosof¨ªa, literatura y escritura a los alumnos de Kansas City Art Institute, y r¨ªe al recordar su preocupaci¨®n por c¨®mo tendr¨ªa que aclarar el malentendido y contestar que ¡°se hab¨ªan confundido de Anne¡±. Pero no, result¨® que era ella Anne Boyer (Topeka, Kansas, 46 a?os) quien se alz¨® con el Pulitzer de no ficci¨®n la pasada primavera. A esta poeta y ensayista le hab¨ªa ido la vida, en m¨¢s de un sentido, con ese libro premiado, Desmorir (Sexto Piso), un ensayo en el que abord¨® el agresivo c¨¢ncer de mama que padeci¨®. En esas p¨¢ginas construy¨® una historia literaria, cultural y social de la enfermedad, resistiendo con conmovedora fuerza ¡°el miedo a convertir el dolor en un producto¡±.
Hace cinco a?os y medio que Boyer termin¨® el tratamiento, pero hoy ve c¨®mo el mundo entero en plena pandemia est¨¢ pasando por algo que guarda ciertas similitudes con lo que ella pas¨®. ¡°Todos padecen de ese miedo, ansiedad, negaci¨®n, y esos periodos de demencia, en los que intentas enfocarte en cualquier otra realidad que no sea la que tienes que afrontar. Han empezado a vivir como nosotros, los pacientes de c¨¢ncer; como si el mundo entero estuviera catastr¨®ficamente enfermo¡±, dice desde Kansas City donde est¨¢ de sab¨¢tico.
Mientras estuvo enferma nunca dej¨® de trabajar, de pagar facturas de criar a su hija, pero dice que cuando todo pas¨® result¨® dif¨ªcil readaptarse. ¡°Cuando tienes c¨¢ncer todo est¨¢ en alta definici¨®n y vives con intensidad la lucha por cada d¨ªa. Cuando todo no es a vida o muerte, aunque tengas secuelas del tratamiento no es nada ¨¦pico, solo te sientes cansada. Hab¨ªa algo especial en todo lo que rodeaba la enfermedad que se termina al volver a la vida¡±.
El libro empez¨® cuando le dieron el diagn¨®stico porque ella anota desde siempre todo en sus diarios. ¡°Luego reunirlo parec¨ªa interminable e imposible, poco inspirador. Los problemas cr¨®nicos de salud que desarroll¨¦ y las dificultades cognitivas, la adaptaci¨®n a la nueva manera en que era vista, me hac¨ªan pensar que no iba a terminarlo¡±. Le cost¨®. ¡°Condens¨¦ y apret¨¦ las palabras y el proceso de encontrar esa forma para el libro casi hizo soportable enfrentarme al tema¡±. Dice que comprende perfectamente a quienes, ante una enfermedad grave, optan por ponerse un ch¨¢ndal, tomar un valium y colocarse frente al televisor mientras est¨¢n con el tratamiento. ¡°Es algo muy razonable, pero mi car¨¢cter me lleva a meter la cabeza en las fauces del le¨®n¡±, asegura. En la estanter¨ªa que tiene detr¨¢s hay una figura de cer¨¢mica de un tigre como si rugiera. Recuerdo de una almoneda.
En las primeras p¨¢ginas de Desmorir hace un repaso por una serie de escritoras que han tratado el c¨¢ncer: Alice James, Audre Lorde, Rachel Carson, Susan Sontag, Kathy Acker, Fanny Burney, Jacqueline Susann, Ellen Leopold, Eve Sedgwick. ¡°Tuve que aceptar que padec¨ªa una enfermedad con g¨¦nero, pero me resist¨ªa. Sin embargo, yo era esa mujer lo quisiera o no¡±, afirma. ¡°Mirar lo que estas escritoras brillantes hab¨ªan hecho era muy importante. Luego investigu¨¦ y llegu¨¦ a Elio Aristedes¡±. El sofista griego y el poeta John Donne acompa?an a Boyer, como tambi¨¦n Virginia Woolf.
Escribe que ¡°bajo el barniz de una salud perfecta est¨¢bamos enfermos y totalmente sanos en un mundo enfermizo¡±. Las condiciones socioecon¨®micas no son ajenas al an¨¢lisis y la poes¨ªa de su libro. ¡°Ves esta distribuci¨®n de la riqueza e incluso que los que forman parte de la clase media sienten que el mundo tiembla bajo sus pies, y todo esto crea un paisaje com¨²n. Ah¨ª estamos tratando de ser felices, haciendo ejercicio compulsivo, o lo que sea, y por debajo est¨¢ este universo de cosas venenosas que compartimos¡±.
Boyer se rebela y reflexiona sobre la estigmatizaci¨®n que conlleva el c¨¢ncer. ¡°Puedes tener 7 o 70, si vas a quimioterapia los dem¨¢s solo ven eso. Otra cosa que complica la tarea de escribir sobre este asunto son las narrativas sentimentales con l¨¢grimas, madres que mueren, amantes tr¨¢gicamente separados por la enfermedad o la p¨¦rdida de la belleza. No quer¨ªa eso. Ese no era mi c¨¢ncer, pensaba en mortalidad y capitalismo y no quer¨ªa que esa sentimentalidad se impusiera¡±. Opt¨® por agrandar la perspectiva con una dimensi¨®n m¨¢s abstracta. ?Una intelectualizaci¨®n del dolor? ¡°Hay una gran bola dial¨¦ctica del cuerpo y el intelecto. Lo que intent¨¦ hacer es impedir que uno dominara sobre el otro. Quer¨ªa dar un testimonio sincero y vulnerable de lo que es tener un cuerpo, sentir dolor, pasar miedo y no quer¨ªa hacer trampa¡±, explica. Imagin¨® su libro en dos planos o ¡°rect¨¢ngulos¡±. Uno era su cama ¡°donde estaba tumbada con mis sue?os y sentimientos¡±; el otro era ¡°una pantalla¡±, es decir, la informaci¨®n m¨¦dica, libros, redes sociales, internet. ¡°El libro se mueve entre estas dos versiones del mundo: una ¨ªntima y vulnerable; y, la otra, un universo de datos¡±.
Advierte en Desmorir que el sufrimiento de las mujeres puede caer en el ¡°oportunismo literario¡±. ?Y el de los hombres? ¡°Hay algo heroico y masculino en los hombres que se sobreponen a la dificultad y sufren¡±, reflexiona. ¡°A las mujeres se les da una especie de pasividad cinem¨¢tica. Est¨¢ la manera preciosa y femenina de sufrir, y luego est¨¢ la vida real¡±.
Si ella tuviera que entrocarse con una tradici¨®n lo har¨ªa dice con la de los poetas que escriben prosa, como Donne o Lorde. ?Cu¨¢l es la principal diferencia entre la generaci¨®n actual de ensayistas y digamos, Susan Sontag? ¡°Fue una pionera que abri¨® el camino, y por eso creo que ocupaba un lugar bastante solitario y ¨²nico entre la clase intelectual. Hoy parece como si hubiera un proyecto colectivo con muchas voces¡±. Y ante esta proliferaci¨®n de ensayistas femeninas en el panorama estadounidense Boyer habla de ¡°una incre¨ªble y excitante transformaci¨®n de la literatura¡±, que se ha abierto para incluir a m¨¢s gente, no solo a mujeres. ¡°Con las nuevas voces surgen nuevas formas¡±, sopesa. ¡°Parece que este es un buen momento para escribir; hay mucho que decir¡±.
Desmorir. Anne Boyer. Traducci¨®n de Patricia Gonzalo de Jes¨²s. Sexto Piso, 2021. 250 p¨¢ginas. 21,90 euros. A la venta el 22 de febrero
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.