Jos¨¦ Val del Omar y el arte de tomar partido
?Fue el director ¡°abiertamente reaccionario¡±? En realidad, su trabajo se ha deformado hasta poder integrarse sin fisuras en la izquierda o en la derecha. Una nueva generaci¨®n lo redescubre ahora bajo una luz m¨¢s compleja
En su cr¨ªtica al disco La distancia entre el barro y la electr¨®nica de Ni?o de Elche, publicada en Babelia el 30 de enero de 2021, Carlos Garc¨ªa Sim¨®n ofrece al lector un peculiar perfil del cineasta Jos¨¦ Val del Omar. Garc¨ªa Sim¨®n recalca que ¡°conviene tener siempre presente¡± que Val del Omar fue ¡°un cineasta abiertamente reaccionario, un nacionalcat¨®lico veterotestamentario¡± cuyo objetivo f...
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En su cr¨ªtica al disco La distancia entre el barro y la electr¨®nica de Ni?o de Elche, publicada en Babelia el 30 de enero de 2021, Carlos Garc¨ªa Sim¨®n ofrece al lector un peculiar perfil del cineasta Jos¨¦ Val del Omar. Garc¨ªa Sim¨®n recalca que ¡°conviene tener siempre presente¡± que Val del Omar fue ¡°un cineasta abiertamente reaccionario, un nacionalcat¨®lico veterotestamentario¡± cuyo objetivo fue el ¡°apuntalamiento de, concretamente, la religi¨®n cat¨®lica¡±. Este substrato religioso entronca, seg¨²n el cr¨ªtico, con las estrategias antirracionalistas del fascismo: los sistemas de grabaci¨®n y proyecci¨®n inventados por Val del Omar ¡°no son otra cosa que t¨¦cnicas de vocaci¨®n totalitaria, es decir, que buscan borrar sus propios l¨ªmites, que dificultan al espectador situarse en un marco exterior desde el que tratar de entender cr¨ªtica, racionalmente¡±. La interpretaci¨®n de Garc¨ªa Sim¨®n no solo se sustenta en una lectura biogr¨¢fica parcial, sino que subyace en su cr¨ªtica la idea de un franquismo monol¨ªtico, resultante de extrapolar la divisi¨®n de los bandos de la Guerra Civil a los 40 a?os de dictadura.
La carrera art¨ªstica de Val del Omar empieza a principios de los treinta con su incorporaci¨®n como proyeccionista y documentalista a las Misiones Pedag¨®gicas. Esta ambiciosa iniciativa republicana pretend¨ªa acercar a las regiones menos desarrolladas una cultura ligada a los medios de comunicaci¨®n de masas, en plena efervescencia en las ciudades. El cineasta fotografi¨® profusamente la reacci¨®n ext¨¢tica que la acci¨®n del cinemat¨®grafo o del gram¨®fono produc¨ªa en los habitantes de estos pueblos. Esta experiencia fue clave en la concepci¨®n que Val del Omar ten¨ªa del cine como un arte emancipador, aunque posteriormente criticara el paternalismo y fines propagand¨ªsticos de las Misiones. En 1939, las tropas franquistas capturan a Val del Omar, quien hab¨ªa pasado la Guerra Civil protegiendo instrumental audiovisual de la Rep¨²blica, a su entrada a la ciudad de Valencia.
Quedan a¨²n por esclarecer las condiciones bajo las cuales negoci¨® su incorporaci¨®n como t¨¦cnico audiovisual a las filas franquistas, teniendo en cuenta que muchos misioneros fueron sometidos a arduos procesos de depuraci¨®n, forzados al exilio, o incluso condenados a muerte. Es en este clima de terror y represi¨®n que el cineasta colaborar¨¢ con el Circuito Perif¨®nico de Valencia, una instalaci¨®n sonora de m¨¢s de 35 altavoces distribuidos por calles y plazas con fines publicitarios y propagand¨ªsticos. La Falange recurrir¨¢ al personal t¨¦cnico del Circuito para supervisar la instalaci¨®n sonora de la gran manifestaci¨®n del partido que tendr¨¢ lugar en la ciudad en 1940; un hecho que basta a Garc¨ªa Sim¨®n para demostrar una supuesta adscripci¨®n de Val del Omar a postulados fascistas. Esta esquizofr¨¦nica participaci¨®n en iniciativas ideol¨®gicamente opuestas marcar¨¢ la producci¨®n del cineasta partir de los cuarenta, preocupada por la delgada l¨ªnea que separa la pedagog¨ªa y la emancipaci¨®n de la propaganda y el control.
En 1942, Val del Omar empieza un largo periplo como t¨¦cnico audiovisual por diferentes instituciones oficiales como Radio Nacional de Espa?a o el Instituto de Cultura Hisp¨¢nica entre otras. A partir de la Segunda Guerra Mundial, el cineasta identificar¨¢ este ¡°mal uso de las t¨¦cnicas psicofisiol¨®gicas¡± de los medios de comunicaci¨®n con la industria de Hollywood, entonces en plena transformaci¨®n debido a la creciente popularidad de la televisi¨®n. Seg¨²n Val del Omar, el ilusionismo tridimensional de t¨¦cnicas como el Cinemascope, el Cinerama y la Estereofon¨ªa sacud¨ªa el cuerpo de los espectadores, individualiz¨¢ndolos e impidiendo su posicionamiento cr¨ªtico. A trav¨¦s de invenciones como el Sonido Diaf¨®nico, la TactilVisi¨®n o el Desbordamiento Apanor¨¢mico, el cineasta buscaba conectar con la psicolog¨ªa del espectador oblig¨¢ndolo ¡°a tomar partido¡±. Val del Omar es plenamente consciente de las fricciones pol¨ªticas que existen entre su entendimiento del cine como elemento liberador y las instituciones reaccionarias en las que encontr¨® cobijo. En la presentaci¨®n del Sonido Diaf¨®nico en la UNESCO en 1955, el cineasta asegura protagonizar ¡°la paradoja de que un pa¨ªs en dictadura oficialmente propusiera¡± una t¨¦cnica sonora que pretend¨ªa dialogar con la psicolog¨ªa del espectador, ¡°frente a la comunicaci¨®n direccional irreversible autoritaria y no diagonal¡± de los pa¨ªses democr¨¢ticos. Por todas estas razones, extra?a el convencimiento de Garc¨ªa Sim¨®n de que, en Val del Omar, ¡°desaparece la sociedad, con sus conflictos e intereses¡±.
Estos argumentos son una muestra m¨¢s de la dicotom¨ªa que ha regido durante a?os el acercamiento al arte y la cultura producidos durante el franquismo, eludiendo la heterogeneidad de experiencias y posicionamientos que conformaron m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de la historia de este pa¨ªs. Val del Omar ha sido, a menudo, v¨ªctima de esta simplificaci¨®n: su trabajo se ha deformado hasta poder integrarse sin fisuras o bien en la izquierda o en la derecha cultural. Este cineasta atrae ahora a una nueva generaci¨®n de artistas quienes ven en el despliegue multidisciplinar que hace de sus contradicciones un referente m¨¢s ¨²til que cualquier ficci¨®n heroica. En un momento en el que la actividad art¨ªstica raramente puede escapar de las garras de un neoliberalismo voraz, el trabajo de Val del Omar nos ofrece nuevas estrategias para operar en lo pol¨ªtico.
Llu¨ªs Alexandre Casanovas Blanco es arquitecto, comisario de arte e investigador.
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