El ant¨ªdoto natural
Duelo, divorcio o depresi¨®n est¨¢n en el origen de algunos de los mejores libros de literatura sobre la naturaleza publicados recientemente. Los bosques y los animales ayudaron a sus autores
Cuando el noruego Torbjorn Ekelund supo que era epil¨¦ptico, tambi¨¦n le comunicaron que no volver¨ªa a conducir. ¡°He o¨ªdo hablar de gente que vive el hecho de no poder usar el coche como una carga mayor que la enfermedad en s¨ª. ?C¨®mo me afectar¨ªa a m¨ª?¡±, se pregunt¨® Ekelund. A las pocas semanas percibi¨® una sensaci¨®n ¡°liberadora¡±. ¡°Modifiqu¨¦ mis rutinas y no echaba nada en falta. El ritmo aminor¨®, el pulso descendi¨® y el mundo se revel¨® ante m¨ª de una forma que no hab¨ªa hecho desde que era ni?o¡±. Entonces, retom¨® un h¨¢bito de infancia: caminar. Una caminata llev¨® a otra y acab¨® escribiendo Senderos, donde mezcla sus experiencias andariegas con los peri¨®dicos desplazamientos de seres humanos y animales mientras reflexiona sobre el hecho de moverse siguiendo rutas trazadas por otros.
La editorial de Senderos, Volcano, tambi¨¦n ha publicado este curso Diario de un joven naturalista, de Dara McAnulty, el chico con autismo que narra c¨®mo fue el a?o en que tuvo que mudarse de una a otra punta de Irlanda del Norte, entre los 14 y los 15 a?os, abandonando su querido bosque Big Dog pero manteniendo el v¨ªnculo con esa naturaleza que le conecta a algo mucho m¨¢s grande que las personas. ¡°Tumbado bajo el roble siento una oleada de poder surgir bajo el suelo¡±, escribe, ¡°las ra¨ªces enroll¨¢ndose a mi alrededor, una energ¨ªa incansable que me alimenta con su fuerza¡±. Una energ¨ªa que tambi¨¦n le anima a escribir. A comunicarse mejor.
La naturaleza como sanadora infalible y detonante de la creatividad tiene un hito en Annie Dillard. Mediando la veintena, Dillard se instal¨® en los Apalaches para afrontar una neumon¨ªa. La enfermedad y la calma le permitieron atender de otro modo a las muchas criaturas feas o extra?as ¡ªpero claves en el ecosistema¡ª que la rodeaban y terminaron protagonizando Una temporada en Tinker Creek (Errata Naturae), considerado uno de los mejores ?ensayos? ¡ªla encasillaron ah¨ª¡ª estadounidenses del siglo XX. El libro arranca con una chinche gigante succionando a una rana. Dillard presenta un universo de posibilidades inasequible a lo urbano, y encuentra en lo alternativo e incluso ¡°h¨®rrido¡± las condiciones para literalmente respirar mejor¡ apoy¨¢ndose adem¨¢s en una constelaci¨®n de artistas afines a su ideario, de ah¨ª esta cita de Van Gogh: ¡°El caso es que somos artistas de la vida real y lo importante es respirar tan fuerte como podamos¡±. Arte y naturaleza despejaron los pulmones de Dillard, que tres a?os despu¨¦s de su llegada a los bosques, en 1974, con ?29 a?os!, firmaba esta obra maestra.
El veneno, entre otras cosas, ayud¨® a que Sue Hubbell superara la traum¨¢tica separaci¨®n de su pareja. La ruptura se produjo poco despu¨¦s de abandonar la ciudad para instalarse juntos en las monta?as ?Ozarks de Misuri. El t¨¢ndem no funcion¨® y Hubbell apost¨® por la apicultura. Como cuenta en Un a?o en los bosques (Errata Naturae), aprendi¨® a inocular veneno de abeja para reforzar el sistema inmunitario mientras alimentaba ranas con moscas escuchando a H?ndel, Mozart o Albinoni. Y revivi¨® tan a gusto que desde entonces escribir¨ªa varios libros sobre aquella cotidianidad.
M¨¢s extremo es el caso de Elisabeth Tova. A los treinta y pocos a?os cay¨® postrada en la cama v¨ªctima de una disfunci¨®n del sistema nervioso. No se pod¨ªa mover. Un d¨ªa, una amiga le trajo un caracol para que la acompa?ara. Empez¨® a observarlo. A escucharlo. El sonido de un caracol salvaje al comer (Capit¨¢n Swing) revela el precioso ejercicio de intimidad que puso a Tova tras la pista de los caracoles, investigando desde la biolog¨ªa gaster¨®poda a la extensa literatura que hay sobre este hermafrodita que provoc¨® a autores como Poe, Calvino o Patricia Highsmith, adem¨¢s de muchos haikus japoneses.
¡°El caracol viv¨ªa con normalidad su lentitud restringido en una peque?a ¨¢rea geogr¨¢fica (un terrario), y observarlo me ayud¨® a aceptar mis circunstancias y sentirme menos inquieta y resentida¡±, dice Tova desde su casa en Maine. Por entonces hab¨ªa escrito ensayos y cuentos cortos, pero necesit¨® m¨¢s espacio para ¡°homenajear al caracol y hablar sobre la importancia de los asuntos medioambientales adem¨¢s de compartir una at¨ªpica historia personal y, esperaba, abrir una v¨ªa para ayudar a otros pacientes¡±.
El caracol se convirti¨® en su gu¨ªa ideal, le propon¨ªa retos ¡ªa veces desaparec¨ªa¡ª y la estimulaba a saber m¨¢s sobre ¨¦l, procur¨¢ndole unos ¨¢nimos que a¨²n le sirven. Tova ya puede incorporarse de la cama, pero su enfermedad es cr¨®nica. Sin embargo, este libro, ganador de varios premios, la ha puesto en contacto con personas de todo el mundo, aport¨¢ndole ilusi¨®n.
Adiestrar a un halc¨®n fue el revulsivo ¡°natural¡± que hall¨® Helen Macdonald al desasosegante trastorno causado por la muerte de su padre. Macdonald estableci¨® una el¨¦ctrica relaci¨®n con el azor Mabel, y esa alianza la propuls¨® para escribir H de halc¨®n (?tico de los Libros), todo un cl¨¢sico ya que evidencia hasta d¨®nde puede consolar la conexi¨®n entre humanos y animales¡ salvajes.
La muerte de un ser querido tambi¨¦n est¨¢ en el origen de La dehesa iluminada, novela de Alejandro L¨®pez Andrada rescatada por Almuzara despu¨¦s de 30 a?os. El cordob¨¦s, uno de los contad¨ªsimos autores que ha mantenido la llama de la liternatura en Espa?a, se estren¨® en el g¨¦nero con esta ficci¨®n muy apegada a hechos reales en la que el narrador, angustiado por el fallecimiento de su joven amor en un accidente, se refugia en su casa del pueblo encontrando en el entorno una cicatrizante serenidad. Se trata de una significativa recuperaci¨®n editorial que, en tiempos de pandemia y colapsos, insin¨²a inminentes obras sobre naturaleza escritas en espa?ol. Que sean tan buenas como ¡°saludables¡±, est¨¢ por ver.
Lecturas
'Senderos'?
Torbjorn Ekelund ??
Traducci¨®n de Bente Teigen y M¨®nica Sainz
Volcano
'Diario de un naturalista'?
Dara McAnulty??
Traducci¨®n de Inma P¨¦rez Parra
Volcano
'Una temporada en Tinker Creek'?
Annie Dillard??
Traducci¨®n de Teresa Lanero
Errrata naturae
'Un a?o en los bosques'?
Sue Hubbell
Pr¨®logo de J. M. G. Le Cl¨¦zio??
Traducci¨®n de Miguel Ros Gonz¨¢lez
Errata naturae
'El sonido de un caracol salvaje al comer'?
Elisabeth Tova??
Traducci¨®n de Violeta Arranz
Capit¨¢n Swing
'H de halc¨®n'?
Helen Macdonald ??
Traducci¨®n de Joan Eloi Roca
?tico de los libros
'La dehesa iluminada'?
Alejandro L¨®pez Andrada ??
Almuzara
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