La urgencia de habitar el arte
El sector atraviesa un momento decisivo para dejar atr¨¢s el desbarajuste de la pandemia y el riesgo de una precarizaci¨®n sin precedentes. La soluci¨®n pasa por sentar las bases de una nueva relaci¨®n con el p¨²blico
![Reapertura del Museo del Prado tras el confinamiento del a?o pasado, en junio de 2020.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SM6PIVGPVVFJXJTRZXBCIGXDFU.jpg?auth=eac22951d0c6be2aa20acfd656fdd7ba1070ced90932493840ecfdaa607de11c&width=414)
Hay una cita de Goethe en El div¨¢n de Oriente y Occidente que me viene a la mente estos d¨ªas. Es de 1819, pero funciona a la perfecci¨®n dos siglos despu¨¦s. Alude a la necesidad de di¨¢logo, de ese h¨¢bitat social que tanto nos agita, de la urgencia de construirlo todo entre todos, de esa imagen de comunidad que parece ser la puerta de salida a este momento. Dice algo as¨ª: ¡°Quien viene al mundo construye una casa nueva, se va y se la deja a otro, este se la arreglar¨¢ a su manera y ninguno acabar¨¢ nunca de construirla¡±. Una idea que me lleva a plantear algunas reflexiones sobre el estado actual del arte.
Lugar
Creo que no hemos pasado una pandemia, m¨¢s bien esta pandemia nos ha atravesado. No somos ya sin ella. Quiz¨¢, solo quiz¨¢, ha dibujado un horizonte com¨²n en nuestros cuerpos vulnerables, ha dibujado una igualdad que hab¨ªamos perdido en ese gusto por la diferencia que solo propone desigualdad. Nos ha hecho parar, mirar hacia los lados, volvernos hacia fuera y mirar a los dem¨¢s, pues es dif¨ªcil mirar hacia adelante en algunos momentos, y nos ha hecho mirar hacia el pasado de otra forma. ?C¨®mo pensar un lugar desde el arte, en un mundo atravesado por la pandemia? ?C¨®mo recuperar la proximidad en tiempos de virtualidad y distancia social? Quiz¨¢ habr¨ªa que invertir nuestro concepto de la utilidad de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n, no para convertir los actos, las acciones y los encuentros en virtuales, sino para pensar el museo como archivo abierto. Y, sobre todo, lo que est¨¢ por hacer, lo que est¨¢ por ser: habitar el arte, hacer de la instituci¨®n un lugar, usarlo, usarlas, nosotras, cuantas m¨¢s mejor. T¨² y yo. Habitar, que es recorrer y reconocer un espacio y hacerlo propio. Habitar, que es convivir. Habitar, que es proyectar y construir. Habitar un territorio, so?arlo y tratar de entenderlo y amarlo. Ir hacia ¨¦l y verlo venir. Pensar la noci¨®n de lugar como comunidad, como un nudo, dir¨ªa Tim Ingold, quiz¨¢ mejor un lazo, donde las personas se juntan, se mueven, se encuentran con otros. Generar tejido, coser, tejer un lugar. Hacer comunidad no como un contenedor que encierra, que constri?e, sino como convergencia, simplemente amplitud y extensi¨®n. M¨¢s que nunca, la instituci¨®n debe constituirse en un lugar. Un lugar habitado y habitable, literalmente lleno de vida, la de las historias que acoge y las que cargan las personas que la forman. El arte ha de ocupar un lugar central en la recuperaci¨®n de una vida p¨²blica y com¨²n, trabajando juntamente con las instituciones culturales, sociales, educativas, con las asociaciones ciudadanas, con los medios de comunicaci¨®n¡
Tiempo
La obsolescencia de las cosas, de los procesos, se ha acentuado. No puedo dejar de pensar en eso. Si el museo es un lugar anacr¨®nico, es posible que sea ese anacronismo el que ahora haya que acentuar. Tenemos que observar la historia y el museo a contrapelo, desvelando urgencias no previstas. Por un lado, profundizar en sus legados, en sus colecciones, y, por el otro, desarrollar una actividad p¨²blica coherente y rica. Combatir la dictadura de lo inmediato con la utop¨ªa, con la esperanza de lo inminente. Olvidar los fantasmas de un pasado que construyen las formas de dominaci¨®n presentes y las promesas, las hipotecas de un futuro que no es nuestro. Y usar otros, el pasado, lo que hubiera podido ser, o los deseos del pasado, para que lo que tenga que ser sea diferente; y el futuro inminente, presente, no aplazado. Proponer un encadenamiento diferente, una heterocron¨ªa positiva. Buscar la continuidad de un prop¨®sito postergado, sin melancol¨ªa. Traer a un presente menos urgente, menos imperativo, la memoria y la promesa. Esquivar las mitolog¨ªas de lo universal, del tiempo hist¨®rico como progreso, como evoluci¨®n, como superaci¨®n sin l¨ªmites, y buscar en el pasado la potencia cr¨ªtica y po¨¦tica, los reconocimientos postergados y no tanto las identidades. Sumergirse en la belleza subterr¨¢nea, usurpar el trono de la historia universal.
Acci¨®n
Pero¡ ?c¨®mo puede ser transformadora una instituci¨®n gobernada por imperativos burocr¨¢ticos? ?C¨®mo esquivar las leyes del espect¨¢culo y la rentabilidad pol¨ªtica inmediata (al margen de su profundo sentido de proyecto pol¨ªtico y social, que es innegociable)? ?C¨®mo comunicar y evitar a la vez que el mundo de la publicidad y la propaganda se convierta en un fin en s¨ª mismo? ?C¨®mo soslayar la dictadura de la hiperactividad, la hiperproducci¨®n y el ¨¦xito? ?C¨®mo producir pol¨ªticamente, de forma solidaria, colectiva y justa? Quiz¨¢ reduciendo la distancia del arte con otras pr¨¢cticas sociales. Limitando las exigencias que hacen del arte cosa aparte, que modelan una distancia social. Deconstruyendo el pensamiento, los mecanismos, las pr¨¢cticas, los discursos que separan el arte del deseo colectivo. Rompiendo su circularidad haci¨¦ndolo circular. Venciendo las arquitecturas distantes y autoritarias mediante la proximidad y el sentido del hacer colectivo. Convirtiendo a la inh¨®spita instituci¨®n en hospitalaria. Quiz¨¢ activando procesos, promoviendo m¨¢s que explicando. Recogiendo saberes de otras procedencias y renovando las fuentes. El arte como lugar adquiere una forma menos megal¨®mana, menos narcisista, m¨¢s modesta. Contra la Autoridad, el Autor (genio creador aut¨®nomo), la Obra (autosuficiente), la Ex¨¦gesis (formal o hist¨®rica) y el Significado; frente a ello, digo, un espacio y un tiempo colectivo, un contexto, con resonancia po¨¦tica y discursiva, y con la potencia (o impotencia) de lo est¨¦tico. Hay que buscar una lengua profana, un hacer m¨¢s informal, m¨¢s experimental y colaborativo. Hacer que el arte ocurra, ¡°hacer el arte operativo¡±, como quer¨ªa Renau, quiz¨¢ introduciendo la heterogeneidad, la diversidad social. Porque el arte, como dec¨ªa Bataille, ¡°no siempre quiere que se le admire¡±. Trabajar m¨¢s con procesos que con productos. Recuperar las conversaciones, trabajar en di¨¢logo, evitar el mon¨®logo institucional y acad¨¦mico. El arte como actividad y no como mera mercanc¨ªa. El arte que da forma, que materializa, que realiza, para salir del arte formalizado y acad¨¦mico, pr¨ºt-¨¤-porter, listo para el consumo. Producir arte presente, mano a mano con el artista y su vulnerabilidad, desde el encuentro y la solidaridad, desde la conciencia de su hacer imprescindible.
Nuria Enguita es historiadora del arte y directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).
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