La obra malograda del hombre que salv¨® el tesoro art¨ªstico espa?ol
Su identificaci¨®n con el temible r¨¦gimen de la RDA explica el olvido de Josep Renau, protagonista de un nuevo documental


La obra de Josep Renau, el hombre que salv¨® el tesoro art¨ªstico espa?ol, languidece, peligra o ha desaparecido. Como director general de Bellas Artes de la Rep¨²blica, Renau encarg¨® el Guernica a Picasso y organiz¨® con ¨¦xito la puesta a salvo de las joyas del Museo del Prado, la Biblioteca Nacional, El Escorial y la catedral de Toledo en refugios alejados del frente de la Guerra Civil, como las Torres de Serrano de Valencia. Su identificaci¨®n con el temible r¨¦gimen de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana explican en gran medida el escaso reconocimiento del que ha sido objeto y el malogrado destino de sus murales, fotomontajes y otras creaciones, que transitaron entre el dada¨ªsmo alem¨¢n, el constructivismo ruso y una versi¨®n subvertida del arte pop.
Renau se labr¨® una biograf¨ªa de pel¨ªcula y pas¨® la mayor parte de sus ¨²ltimos a?os en pijama, bebiendo caf¨¦ y fumando de forma compulsiva, sin dejar de trabajar en su casa de Alemania oriental, el pa¨ªs donde muri¨® en 1982. Fue un tipo complicado. Fernando Bell¨®n, autor de una voluminosa biograf¨ªa del artista, lo resume de forma cruda: ¡°En lo pol¨ªtico era un anarcoestalinista de acero, caf¨¦, copa y puro. En lo profesional, un t¨¦cnico muy cualificado y vers¨¢til. En lo personal, era una persona seductora, pero desp¨®tica e inaguantable¡±.

Nacido en Valencia en 1907, el posicionamiento pol¨ªtico llev¨® a Renau a defender primero la Rep¨²blica y a instalarse d¨¦cadas despu¨¦s en Alemania del Este, de cuyo r¨¦gimen nunca reneg¨® pese a que la censura comunista rechaz¨® algunos de sus dise?os por no reflejar suficiente ideolog¨ªa. Aquella fidelidad ha marcado la imagen que el artista proyecta desde la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn en el pa¨ªs que lo acogi¨®. Varios de sus m¨¢s espectaculares murales, como La conquista del cosmos, realizado para la sede de la televisi¨®n de la RDA, La juventud marcha hacia el futuro, y Espa?a hacia Am¨¦rica (este pintado en M¨¦xico) han sucumbido, y otros est¨¢n en riesgo de desaparecer.
¡°Renau cay¨® con el Estado¡±, afirma Oliver Sukrow, historiador del arte especializado en Renau en El arte en peligro, un documental sobre la vida del creador espa?ol dirigido por Eva Vizcarra y producido por Endora, del que proceden los entrecomillados de este art¨ªculo. ¡°En general, en Alemania se sospecha de la mayor¨ªa de obras de este tipo¡±, agrega Philip Kurz, gerente de la fundaci¨®n cultural W¨¹sterot.

La visibilidad relativamente baja del autor de la celebrada serie American way of life es atribuible tambi¨¦n a su negativa, que dej¨® grabada a modo de testamento, a que su obra fuera expuesta en un museo. O, todav¨ªa menos, a que se abriera un museo Renau, seg¨²n explic¨® al editor Eliseu Climent y al artista Doro Balaguer en sus visitas a Valencia, que se hicieron frecuentes durante la Transici¨®n. ?l aspiraba a que sus trabajos fueran mostrados en f¨¢bricas. Y consideraba el mural la forma m¨¢s perfecta de arte. Renau entreg¨® finalmente buena parte de sus creaciones y su archivo a una fundaci¨®n ¡ªaunque la f¨®rmula tampoco le convenc¨ªa¡ª que lleva su nombre y que los deposit¨®, a su vez, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), en cuya c¨¢mara acorazada se conservan.
Tampoco ha recibido reconocimiento oficial el hombre que, seg¨²n recuerda Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes, logr¨® con ayuda de otros pocos intelectuales levantar en tiempo r¨¦cord el pabell¨®n espa?ol en la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs de 1937, involucrando para ello a los arquitectos Josep Llu¨ªs Sert y Luis Lacasa, y a pintores y escultores como Picasso, Mir¨®, Alberto S¨¢nchez, Julio Gonz¨¢lez y Alexander Calder. Ni hay menci¨®n en el Museo del Prado a su papel en la protecci¨®n de sus fondos durante la guerra, que Miguel Caba?as, jefe del departamento de Historia del Arte y Patrimonio del CSIC, califica de muy relevante.

En una entrevista con Televisi¨®n Espa?ola, ya mayor, Renau recordaba aquel episodio. ¡°Es el trabajo que m¨¢s me satisface de los que he hecho y el que menos tiene que ver con mis principios. Hubo algunas destrucciones, pero se salv¨® la parte sustancial del tesoro art¨ªstico espa?ol. Las obras del Museo del Prado est¨¢n en su sitio y pudieran no estar ah¨ª, no existir. Ese tesoro es del pueblo espa?ol, sea quien sea quien lo dirija¡±.
Carteles y mujeres desnudas

Un ejemplo de la distancia que las Administraciones han guardado con Renau puede observarse en el techo del cuarto de ba?o de una casa de la calle Caballeros, la m¨¢s noble de Valencia. El ¨²nico fresco que se conserva en Espa?a del artista, pintado en estilo art dec¨®, ha sido hasta ahora ignorado por las autoridades. Renau, hijo de un profesor de la Escuela de Bellas Artes San Carlos de Valencia, lo pint¨® en 1932 para un matrimonio burgu¨¦s, a pesar de que ya militaba en el Partido Comunista.
No fue su ¨²nico trabajo de supervivencia. Tras llegar a M¨¦xico como exiliado para pintar con el muralista Siqueiros, Renau hizo numerosos carteles de pel¨ªculas producidas en la Espa?a franquista. Y al llegar a la RDA, tuvo que dibujar caricaturas pol¨ªticas en televisi¨®n, algo que detestaba. Renau, que cobr¨® mucho dinero en Alemania oriental por su trabajo y como v¨ªctima del fascismo, dedic¨® en la recta final de su vida muchas horas a ense?ar a alumnos de forma altruista y a hacer fotomontajes de mujeres j¨®venes desnudas.
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