Menuda gracia: una historia cultural del humor
Terry Eagleton firma un estudio desigual sobre la naturaleza del humor, que describe como mecanismo de alivio, gesto de superioridad y aceptaci¨®n de la incongruencia vital
Este libro de Terry Eagleton se esperaba. Otros colegas suyos hab¨ªan escrito cosas parecidas: Simon Critchley, Sobre el humor; Slavoj ?i?ek, Mis chistes, mi filosof¨ªa, y Alenka Zupan?i?, Sobre la comedia, as¨ª que el suyo ten¨ªa que caer antes o despu¨¦s. En obras previas ya dio vueltas a la diferencia entre la comedia y la tragedia o a la relaci¨®n entre absurdo e historia, y, s¨ª, cont¨® m¨¢s de un chiste. Pa...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Este libro de Terry Eagleton se esperaba. Otros colegas suyos hab¨ªan escrito cosas parecidas: Simon Critchley, Sobre el humor; Slavoj ?i?ek, Mis chistes, mi filosof¨ªa, y Alenka Zupan?i?, Sobre la comedia, as¨ª que el suyo ten¨ªa que caer antes o despu¨¦s. En obras previas ya dio vueltas a la diferencia entre la comedia y la tragedia o a la relaci¨®n entre absurdo e historia, y, s¨ª, cont¨® m¨¢s de un chiste. Para ser un libro de un marxista, menciona a Marx una sola vez y, curiosamente, no para recordar aquello de que la historia ocurre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa. En el segundo cap¨ªtulo, Hegel, Marx y Brecht saltan a escena, pero en el conjunto del libro el esp¨ªritu marxista opera con discreci¨®n. El absurdo de Beckett, que tanto le ha interesado, tiene menos cabida de la esperada, mientras que la teor¨ªa del carnaval de Bajt¨ªn tiene m¨¢s de la deseada. Las tesis de Henri Bergson est¨¢n excelentemente explicadas, pero un poco simplificadas. La teor¨ªa del humor de Freud aparece inevitablemente y acierta al darle una interpretaci¨®n holgada, no solo sexual, a la idea de represi¨®n.
Aclaremos que Humor no es un libro sobre el humor, sino sobre ciertas teor¨ªas del humor. El lector no encontrar¨¢ ideas sobre la actual stand-up comedy, la censura y la correcci¨®n pol¨ªtica, el humor c¨ªnico en el capitalismo delirante o la gilipollez en la era Trump. Pedirle a Eagleton un an¨¢lisis de los v¨ªdeos de gatitos que nos hacen troncharnos de risa ser¨ªa como pedir a un influencer un comentario sobre las iron¨ªas de Laurence Sterne. Alude de pasada a una docena de comediantes (entre ellos, Stewart Lee y Frankie Howerd), pero no analiza sus diferentes estilos y l¨®gicas. Las referencias b¨¢sicas de este viejo izquierdista tan socarr¨®n siguen siendo la prosa, la poes¨ªa, el teatro, la filosof¨ªa y la cr¨ªtica literaria. A diferencia de ?i?ek, nunca ha hablado de cine, pero ?es posible comprender el humor de los ¨²ltimos cien a?os sin tener en cuenta ese arte de masas? S¨ª que alude a varios comediantes y sugiere que hacen re¨ªr no solo porque sus chistes sean buenos, sino porque han encarnado ¡°un estilo de vida, una forma de ver el mundo o una personalidad exc¨¦ntrica¡±. Es as¨ª, pero entonces, ?por qu¨¦ no profundizar m¨¢s en ese talante? ?Qu¨¦ piensa el autor de la tasa de suicidio entre humoristas y comediantes?
Pi¨¦nsese en esos humoristas geniales y delirantes cuya explicaci¨®n de un chiste puede ser un chiste mejor que el explicado
Pero Eagleton es brillante, claro, y el libro arranca muy bien. ¡°El humor y el an¨¢lisis del humor pueden coexistir perfectamente. Entender c¨®mo funciona un chiste no tiene por qu¨¦ arruinarlo, del mismo modo que entender c¨®mo funciona un poema no lo estropea¡±, escribe. Totalmente cierto y, si no, pi¨¦nsese en esos humoristas geniales y delirantes cuya explicaci¨®n de un chiste puede ser un chiste mejor que el explicado. La buena noticia es que Eagleton conoce muy bien un mont¨®n de teor¨ªas del humor y la mala es que les da vueltas a todas. Se desentiende de las teor¨ªas cient¨ªficas, ¡°llenas de gr¨¢ficos, tablas, diagramas, estad¨ªsticas e informes sobre experimentos¡±, y se centra en las que, dice, pueden estar plagadas de discrepancias, pero resultar muy productivas, ¡°igual que una foto borrosa de alguien puede ser m¨¢s ¨²til que no tener ninguna¡±. Por momentos, uno hasta dir¨ªa que a Eagleton no le importa resultar c¨®mico al estilo de Tristram Shandy: ¡°A causa (¡) de la necesidad de no dejar absolutamente nada sin contar (¡) en su preocupaci¨®n ¡ªpar¨®dicamente amable y sentimental¡ª por no enga?ar a sus lectores organizando su relato y edit¨¢ndolo, Tristram consigue, con un sadismo apenas disimulado, sumirlos en la m¨¢s profunda confusi¨®n¡±. Eagleton no vuelve loco al lector, pero le acaba mareando. Como ha dicho un cr¨ªtico, a veces parece atrapado por la l¨®gica de rueda de h¨¢mster del humor: argumenta en un sentido de la rueda, pero inmediatamente gira hacia el opuesto. Quiz¨¢s esa es la gracia de la dial¨¦ctica. Como Eagleton mismo tambi¨¦n recuerda, Brecht dijo que nadie sin sentido del humor podr¨ªa comprenderla.
Quien no haya le¨ªdo muchos libros sobre humor debe leer este, porque gracias a ¨¦l leer¨¢ muchos otros
Quien no haya le¨ªdo muchos libros sobre humor debe leer este, porque gracias a ¨¦l leer¨¢ muchos otros. Quien haya le¨ªdo muchos debe leer este libro porque quiz¨¢s volver¨¢ a leerlos de otra forma. El libro conecta bien distintas expresiones del fen¨®meno (risa, chiste, sarcasmo, iron¨ªa, comedia) y es m¨¢s interesante en los primeros cap¨ªtulos, donde analiza tres conocidas teor¨ªas del humor: como mecanismo de alivio o descarga, como gesto de superioridad y como aceptaci¨®n de la incongruencia. Es sumamente h¨¢bil desmontando la segunda teor¨ªa y acaba proponiendo una combinaci¨®n de la teor¨ªa de la descarga y de la incongruencia. En ese punto del libro deja claro que le gusta especialmente la perspectiva de William Hazlitt (por cierto, el segundo cap¨ªtulo, ¡®Scoffers and mockers¡¯, se traduce como ¡®Zumbones y burlones¡¯, pero no hac¨ªa falta recurrir a un t¨¦rmino tan poco utilizado y habr¨ªa valido ¡®Mofas y burlas¡¯). En el cuarto (¡®Humor e historia¡¯), Eagleton se remonta, como en La funci¨®n de la cr¨ªtica y en La est¨¦tica como ideolog¨ªa, hasta la Ilustraci¨®n, y narra la historia del buen humor y el ingenio como ingrediente de la ideolog¨ªa burguesa de la cortes¨ªa y la sociabilidad. Desfilan por su cr¨®nica Hobbes, Swift y Shaftesbury, entre otros, y se nota que le gusta Hutcheson. En el quinto, en cambio, inserta un comentario demasiado largo sobre Comedians, de Trevor Griffiths, y no lo conecta bien con la parte final dedicada a Bajt¨ªn y el carnaval, un concepto que resulta algo anticuado para entender las variedades contempor¨¢neas de s¨¢tira y parodia. La alusi¨®n final al car¨¢cter carnavalesco del cristianismo se queda corta y habr¨ªa requerido m¨¢s desarrollo, solo que ello le hubiera metido en una discusi¨®n de teolog¨ªa con ?i?ek que quiz¨¢s no le apetec¨ªa. La discusi¨®n sobre el cuerpo, lo plebeyo y lo grotesco tambi¨¦n merec¨ªa una actualizaci¨®n, pero Eagleton despide su libro dejando el asunto abierto, escondi¨¦ndose entre un seto del jard¨ªn en el que se ha metido, igual que Homer Simpson en un meme muy popular.
Humor
Autor:Terry Eagleton. Traducci¨®n de Mariano Peyrou.
Editorial: Taurus, 2021.
Formato: 216 p¨¢ginas, 17,90 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.