Una mujer entre las tropas de Carlos IV
La novela ¡®Hija del mar¡¯ reconstruye la vida de Ana Mar¨ªa de Soto, infante de Marina que durante cinco a?os se hizo pasar por hombre y a quien el rey premi¨® por su ¡°heroicidad y acrisolada conducta¡±
La idea surgi¨® cuando Alicia Vallina, directora t¨¦cnica del Museo Naval de San Fernando, descubri¨® una peque?a caja que se guardaba sobre un anaquel de los dep¨®sitos de estas dependencias militares de C¨¢diz. Cubierta de polvo y no abierta posiblemente en los ¨²ltimos 200 a?os, la cajita de madera resguardaba en su interior un viejo libro encuadernado en carton¨¦ que, a su vez, preservaba una sorprendente historia, escrita en lenguaje administrativo de finales del siglo XVIII. Vallina (Pola de Siero, 44 a?os) devor¨® con detenimiento los p¨¢rrafos trazados a mano y decidi¨® convertirlos en un ameno libro: Hija del mar (Plaza y Jan¨¦s, 2021).
Esta doctora en Arte y Estudios del Mundo Antiguo ha dejado volar, quiz¨¢s demasiado, su imaginaci¨®n a la hora de escribir esta novela hist¨®rica. El lector lo descubre en las ¨²ltimas p¨¢ginas, cuando la autora le ofrece la transcripci¨®n de los documentos que hall¨® en el interior de la caja y en los que se ha basado para relatar la compleja vida de Ana Mar¨ªa de Soto y Alhama. Esta se hizo pasar por Antonio de Sotomayor, infante de Marina. Carlos IV, en atenci¨®n a ¡°la heroicidad demostrada y a su acrisolada conducta¡±, le concedi¨® el 24 de julio de 1798 sueldo y grado de sargento, permiti¨¦ndole emplear los colores de la Marina y las divisas de su grado en sus ropas de mujer a pesar del enga?o.
Ana Mar¨ªa de Soto naci¨® el 1 de agosto de 1775 en Aguilar de la Frontera (C¨®rdoba). A los 18 a?os se alist¨® como soldado granadero en la sexta compa?¨ªa del und¨¦cimo batall¨®n de Infanter¨ªa de Marina, bajo el nombre de Antonio Mar¨ªa de Soto (o Sotomayor) y Alhama. Su filiaci¨®n aparece por primera vez registrada en un cuaderno de la fragata Nuestra Se?ora de las Mercedes, en 1793. De esta nave pas¨® a la Santa Dorotea y, posteriormente, a la Matilde. Particip¨® en los ataques de Banuyls (Francia), en la defensa de Rosas, en la batalla del cabo de San Vicente, en la defensa de C¨¢diz¡ Una vida militar prometedora que acab¨® bruscamente el 7 de julio de 1798 al desvelarse su verdadera identidad.
Coincidiendo con la pandemia de covid, se est¨¢ produciendo un aut¨¦ntico bum de la novela hist¨®rica en Espa?a. Con mayor o menor acierto, se intentan recomponer hechos o vidas partiendo de documentos m¨¢s o menos fidedignos. En el caso de Hija del mar, la autora se adentra en una reconstrucci¨®n que ¨Dsin dejar de ser posible, aunque bastante improbable¨D no cuadra del todo con lo que atesoraba la caja que hall¨® en el museo. De Soto, en contra del relato novelado de Vallina, no termin¨® sus d¨ªas viendo crecer al hijo que tuvo fruto de la relaci¨®n con un bello y valiente soldado, sino dejando sus propiedades a su ¡°heredera universal¡±, Antonia P¨¦rez Luque, la mujer con la que comparti¨® su vida tras ser expulsada de la Armada.
Se equivoca la autora cuando cambia la vida real de la hero¨ªna para adaptarla a un relato de princesas y caballeros andantes. No son menos novelescas, pero a la vez reales, las experiencias de Elena de C¨¦spedes, militar y cirujano, que se automutil¨® porque se sent¨ªa hombre, o de Catalina de Erauso / Francisco de Loyola, la conocida como monja-alf¨¦rez, capitana vencedora de la batalla de Valdivia (Chile), a la que Felipe IV le concedi¨® una pensi¨®n vitalicia, a pesar de conocer su travestismo, Inquisici¨®n mediante. O Mar¨ªa La bailaora, que luch¨® en Lepanto en 1571 como arcabucera siguiendo a su amado y a quien Juan de Austria tambi¨¦n recompens¨® con un sueldo de por vida.
Aun as¨ª, la novela recrea con fidelidad la Espa?a de finales del siglo XVIII, una naci¨®n acosada en los mares por ingleses y franceses, donde los barcos de guerra se mostraban como ¨²ltima barrera para detener el desmoronamiento del imperio, y cuyas bodegas iban cargadas con los sue?os de miles de j¨®venes de una ¨¦poca. Un pa¨ªs de sucias tabernas levantadas junto a caminos polvorientos, pero donde la potencia de fuego de sus naves hac¨ªa temblar a los enemigos, que se ve¨ªan obligados a atacar sin previo aviso a las desprevenidas fragatas espa?olas en tiempos de paz para poder hundirlas, como ocurri¨® con la Mercedes, el primero de los barcos en los que De Soto cruz¨® el mar buscando pelea y fortuna.
¡°Mando que se redoble con las campanas de convento de San Francisco, las de la ermita de Nuestra Se?ora de la Rosa y dos medianas de la parroquia, pagando por ello las limosnas de costumbre, mando que digan por mi alma 25 misas¡¡±, dej¨® escrito en su testamento la mujer que ocult¨® su sexo durante m¨¢s de cinco a?os en la Armada.
A Carlos IV, como antes a Felipe II y a Felipe IV, no le import¨® el sexo de sus guerreros. Incluso concedi¨® a De Soto en 1799 permiso para un abrir un estanco en Montilla (C¨®rdoba), que mantuvo hasta 1820, cuando sorprendentemente, en la etapa conocida como Trienio Liberal, se le retir¨® la autorizaci¨®n ¡°para vender tabacos¡±. En 1833, a los 58 a?os, falleci¨®. ¡°Los personajes, aventuras y situaciones ocurridas en esta novela son ficticios¡±, admite la autora. ¡°Sin embargo, el personaje de Ana Mar¨ªa de Soto y Alhama, primera mujer que disfrazada de hombre se alist¨® en la Infanter¨ªa de Marina espa?ola en 1793, es absolutamente real¡±.
En el Museo Naval de San Fernando existe hoy un peque?o espacio dedicado a la figura de esta mujer, ¡°vestida con uniforme de granadero¡±, y donde se exhiben los facs¨ªmiles de su partida de nacimiento y de su testamento. Y aunque los datos de estos documentos ¨DVallina solo lo admite al final de su libro¨D no coinciden con los del relato novelado de la vida de la protagonista, tampoco es demasiado importante, si se tiene en cuenta que el libro es una novela entretenida, que reconstruye un mundo apasionante repleto de batallas heroicas cuando todav¨ªa los marinos luchaban viendo la cara del enemigo sobre cubierta, aunque no distinguiesen que uno de ellos era mujer. La misma que dej¨® escrito en sus ¨²ltimas voluntades con orgullo castrense: ¡°Mando que mi cad¨¢ver sea amortajado con el h¨¢bito de Nuestra Se?ora de los Dolores¡±, la patrona de los granaderos.
Hija del mar
Autor: Alicia Vallina.
Editorial: Plaza y Jan¨¦s Editores (2021).
Formato: 368 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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