La democracia es como un buen matrimonio

Aunque algo fuera de onda, el s¨ªmil es poderoso. As¨ª comienza Democracia y globalizaci¨®n. Ira, miedo y esperanza, el exhaustivo ensayo que el polit¨®logo y economista Josep M. Colomer ha escrito junto a la experta en pol¨ªticas p¨²blicas Ashley L. Beale. La democracia ser¨ªa un matrimonio porque todo el mundo dice que la quiere ¡ªincluso hay evidencia emp¨ªrica de que es la preferencia en los pa¨ªses totalitarios¡ª, aunque muchos de quienes la tienen acaben por estropearla. Al leerlo, me fue inevitable pensar en el arranque de Iris Marion Young en Inclusion and Democracy: ¡°Democracy is hard to love¡±, dec¨ªa en el a?o 2000. Y es que 20 a?os son tiempo suficiente para que la famosa lechuza de Minerva haya vuelto la mirada sobre las democracias mientras parecen apagarse, para ayudarnos a entenderlo.

La fragilidad de la democracia es, sin duda, el tema de nuestro tiempo, y quiz¨¢s sea cierto que es como un buen matrimonio, pues democracia y crisis empiezan a parecer una pareja estable. La valoramos ahora, cuando parece producirse el apag¨®n, cuando a principios de siglo nuestra relaci¨®n con ella era la de las expectativas frustradas. Por eso Colomer y Beale llevan raz¨®n: nos gusta, aunque no sepamos apreciarla, pero se nos puede marchitar entre las manos si no le dedicamos la atenci¨®n precisa.

A ese cuidado se dedica la primera parte del libro, de t¨ªtulo ¡®La gran disrupci¨®n: ira y miedo¡¯. En ella, los autores hablan de los fen¨®menos que han provocado su desgaste y de por qu¨¦ vivimos un momento global de ¡°recesi¨®n democr¨¢tica¡± (utilizando la famosa expresi¨®n de Larry Diamond). Y no es solo porque se haya producido la pr¨¢ctica congelaci¨®n en el n¨²mero de democracias nuevas y la vuelta de bastantes de ellas a sistemas autoritarios, sino por el grado de deterioro que han sufrido, incluso en pa¨ªses occidentales donde su estabilidad y calidad se daban por sentadas.

Adem¨¢s de a la ira de los gobernados, provocada por el miedo o la frustraci¨®n que infunden algunos gobernantes, los autores apuntan a la quiebra de las clases medias como principal causa de esta merma democr¨¢tica. Es lo que Branko Milanovic ya se?alaba en su magistral libro Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization, all¨¢ por 2016, y lo que el mism¨ªsimo Arist¨®teles formulara al hablar de la importancia de que exista una amplia capa entre los pocos ricos y los muchos pobres para mantener un r¨¦gimen de libertad: un gobierno mixto. La escisi¨®n de la clase media define una nueva geograf¨ªa social donde la desigualdad ha producido un vaciamiento del centro mientras se desestabilizan nuestros sistemas pol¨ªticos. Es como aquellos versos de W. B. Yeats: ¡°Todo se desmorona; el centro cede¡±.

Se est¨¢ produciendo la quiebra del contrato social del a?o 1945 que reconciliaba capitalismo con paz social y democracia

Lo que se est¨¢ produciendo es la quiebra de aquel contrato social del a?o 1945 que reconciliaba capitalismo con paz social y democracia. Hoy, sabemos ya que desarticular a la clase media tiene un impacto directo sobre la estabilidad de las democracias y sus instituciones.

Porque la democracia es siempre una cuesti¨®n de grado. Percibimos su deterioro, pero es dif¨ªcil dilucidar cu¨¢ndo atraviesa la l¨ªnea roja: hay pa¨ªses con libertades limitadas y elecciones restrictivas que no podr¨ªan calificarse de dictaduras. Por eso el libro apuesta en su segunda parte, titulada ¡®El futuro global: Esperanza¡¯, por reformas graduales que la vayan adaptando a la globalizaci¨®n. La f¨®rmula se concreta en una suerte de uniones multinivel como la del club europeo: ¡°Las decisiones sobre pol¨ªticas p¨²blicas deber¨ªan ser tomadas y los bienes p¨²blicos deber¨ªan ser provistos por m¨²ltiples gobiernos en una gama de escalas territoriales¡±, afirman sus autores. Se ofrece, as¨ª, no solo un enfoque que prime la eficiencia a trav¨¦s de la reasignaci¨®n de poderes desde lo local a lo global, sino una perspectiva ciertamente realista: ¡°La soberan¨ªa nacional ya no existe¡±, leemos, y en una gobernanza multinivel como la de la Uni¨®n Europea, ¡°ya nadie es soberano¡±. Porque estos cambios ya est¨¢n ocurriendo, y la clave est¨¢ en que puedan orientarse en la direcci¨®n adecuada, aquella que evite la divisi¨®n y la polarizaci¨®n.

El libro merece leerse por su rigor y porque es propositivo, y porque no solo vuelve a recordarnos, como otros autores de esta ¨²ltima d¨¦cada, que las emociones importan en pol¨ªtica, sino tambi¨¦n que la distribuci¨®n de los recursos es esencial para explicar el conflicto social y pol¨ªtico. Con Maquiavelo, aprendimos que la pol¨ªtica es conflicto de intereses, pero fue Marx quien nos ense?¨® que ese conflicto lo conforman tambi¨¦n los intereses econ¨®micos. Lo olvidamos con el neoliberalismo, con el fin de la historia y aquella ficci¨®n de que las democracias se extender¨ªan sin freno tras la ca¨ªda del muro. Hoy, no solo comprobamos que no ha sido as¨ª, sino que est¨¢n en claro retroceso. Y en ese sentido, es interesante que los autores mencionen que las democracias solo conseguir¨¢n salvarse si son eficaces. Porque, a pesar de parecer un argumento convincente, hay algo que no acaba de encajar en esa hip¨®tesis, sobre todo porque la legitimidad de las democracias reside en su dimensi¨®n normativa. La realidad es que China ha provocado esforzadamente una quiebra en nuestro imaginario de la democracia: si sus virtudes no dependen del r¨¦gimen de libertades que la hacen digna de tal nombre, ?por qu¨¦ la preferir¨ªamos sobre otros reg¨ªmenes que no las comparten, pero que s¨ª son eficaces? Aunque, parad¨®jicamente, el libro sea un tratado expl¨ªcito en defensa de la democracia y su cuidado, algo en esa explicaci¨®n huele a derrota.

Democracia y globalizaci¨®n. Ira, miedo y esperanza?

Autores: Josep M. Colomer y Ashley L. Beale.

Editorial: Anagrama, 2021.

Formato: tapa blanda (288 p¨¢ginas, 19,90 euros) y e-book (9,99 euros).

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