Javier Vasc¨®nez persigue la esencia misma de la literatura
¡®El coleccionista de sombras¡¯ se vale de un personaje que se llama Javier V¨¢sconez, un escritor que se ve metido en un laberinto peligroso, lleno de meandros donde el misterio lleva a la sangre
Javier V¨¢sconez escribe El coleccionista de sombras vali¨¦ndose de un personaje que se llama Javier V¨¢sconez. No es ¨¦l, es el otro, que dir¨ªa su admirado Jorge Luis Borges. Como V¨¢sconez, este V¨¢sconez es un escritor que se ve metido en un laberinto (Borges de nuevo) peligroso, lleno de meandros que lo conducen a habitaciones en las que el misterio lleva a la sangre. El argumento va y viene como una pesadilla c¨®smica, porque el libro indaga de manera obsesiva pero l¨²cida en la materia propia de la literatura: la irrealidad, los sue?os, el temor a que llegue el d¨ªa y todo se diluya como las l¨¢grimas en la lluvia. Se hace de noche en el libro, pero el autor persigue que el protagonista no se duerma porque ha de seguir vigilando. Esa tormenta que junta al V¨¢sconez de la ficci¨®n con el de la realidad es la que les da naturaleza a ambos. El de la realidad es un hombre en busca de la literatura, que ya le ha llevado a ficciones sobresalientes (El viajero de Praga, La otra muerte del doctor), ¡°piedras leves, pero rotundas¡± (dice Sergio Ram¨ªrez) basadas en una imaginaci¨®n que no se deja llevar por la facilidad de inventar, sino por la obligaci¨®n de contar.
La biograf¨ªa que va desvelando el escritor como propia de su criatura de ficci¨®n (d¨®nde estudi¨®, c¨®mo fue su adolescencia, c¨®mo pas¨® a la madurez, qu¨¦ le llev¨® a ese cuarto en el que se desarrolla un asunto tenebroso sobre el que la novela va distribuyendo claridades casi inapresables) parece apelar a la propia historia del autor. Pero uno y otro se desprenden de ese territorio posible para presentar una obra que es, sobre todo, una indagaci¨®n en la pasi¨®n que los persigue, al V¨¢sconez de veras y al inventado: la literatura, su gran juguete, su pasi¨®n, su delirio y su reino.
Si un d¨ªa se analizara la sangre de V¨¢sconez para saber de d¨®nde proceden sus obsesiones, y por tanto su literatura, seguro que se encuentran leucocitos id¨¦nticos a los que cruzaron las venas de Kafka o de Borges o de Onetti. Este solitario de Quito halla en esta novela el acomodo que merece tan extraordinaria manera de convertir la ficci¨®n absoluta en absoluta literatura. Esos magisterios han soltado su pluma, y es una obligaci¨®n recomendar el resultado.
El coleccionista de sombras?
Pre-Textos, 2021
224 p¨¢ginas. 15,60 euros
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