Las geometr¨ªas de Anni y Josef Albers cambiaron nuestra forma de mirar
Las tesis de los alemanes sobre el arte y el dise?o no han perdido vigencia. Una exposici¨®n en el IVAM de Valencia compara las obras del matrimonio y observa la influencia de sus composiciones en la actualidad
La influencia de Anni y Josef Albers en la creaci¨®n contempor¨¢nea no ha perdido vigencia. Es m¨¢s, resulta dif¨ªcil sobrevalorar el continuo efecto de sus ense?anzas, que nacen de una idea b¨¢sica: las formas simples contienen su propia complejidad. La manera en que los materiales crean la estructura y su propia estructura fundamental son la clave en la concepci¨®n de la forma. ¡°Tengo la impresi¨®n de que crecen como plantas¡±, confes¨® Anni Albers al estudioso del arte Gene Baro. Conviene tener esta idea in mente a la hora de abordar el conjunto de sus trabajos: m¨®dulos sencillos, como un tri¨¢ngulo equil¨¢tero, dan lugar a figuras en las ciencias y las artes. Las obras de arte, al igual que las leyes f¨ªsicas, son elementos subjetivos y, aunque en ocasiones est¨¦n ocultas, son simples y regulares en sus estructuras. ?Significa eso que la obra de un gran maestro puede ser reducida a matem¨¢tica pura? As¨ª es, y no tanto porque un ordenador pueda crear un nuevo Tiziano, como ya ocurre, sino porque esas formas son m¨¢s tipol¨®gicas que geom¨¦tricas. Tomemos el cuadro del pintor renacentista que muestra el desollamiento de Marsias por Apolo. La pintura nos sobrecoge no solo por el tema, sino por la potente simetr¨ªa en forma de tr¨ªgono, que acent¨²a el dramatismo de la escena.
Si las figuras en forma de tri¨¢ngulo son el elemento omnipresente en los dise?os y graf¨ªas de Anni Albers, el cuadrado define los de su compa?ero, Josef. El IVAM ofrece la oportunidad de comprender su valiosa e inclasificable herencia en nuestra forma de ¡°mirar¡± el mundo, incluso en lo que no vemos y est¨¢ ah¨ª, desde los ¨¢tomos de carbono de un diamante hasta las estrellas. Concebida con el Museo de Arte Moderno de Par¨ªs, donde se exhibi¨® en un formato m¨¢s amplio, la muestra valenciana es discreta y, sin embargo, no oculta la exuberancia de las m¨²ltiples ideas que destilan las tem¨¢ticas que aborda, no por otro motivo lleva el t¨ªtulo de El arte y la vida.
La comisaria Julia Garimorth ha ideado el recorrido por la fruct¨ªfera obra de Anni (nacida como Anneliese Fleischmann) y Josef Albers. Son 350 obras en perpetuo di¨¢logo, entre pinturas, grabados, piezas de vidrio, textiles, joyas, pel¨ªculas, mobiliario y material documental. Un mundo pl¨¢stico y pedag¨®gico (¡°la ense?anza no debe ir de arriba abajo, sino de abajo arriba¡±), muchas veces concebido en series, una manera de ¡°representar¡± universalmente asequible. Los alemanes Anni y Josef Albers se conocieron en 1922 en la Bauhaus y se casaron tres a?os despu¨¦s. En 1933 emigraron a Estados Unidos, invitados como docentes en el Black Mountain College (Carolina del Norte), donde profundizaron en sus investigaciones sobre el color (Albers) y las t¨¦cnicas de tejedur¨ªa (Anni), estimul¨¢ndose y retroaliment¨¢ndose, generosos con sus alumnos, humildes con la historia, pues ellos mismos reconocieron haberse dejado colonizar por los objetos etnol¨®gicos de las culturas precolombinas y de los indios navajos. En sus clases, ya fuera en el taller de vidrio de la Bauhaus, ya en la Black Mountain o en las aulas de Yale (donde Josef fue profesor em¨¦rito), dec¨ªan que aspiraban a ¡°hacer ver¡± a sus alumnos, a hacerles ¡°pensar con los ojos¡±. Robert Rauschenberg dijo de Josef que hab¨ªa sido ¡°el profesor con m¨¢s influencia en mi vida, pero tambi¨¦n una persona imposible¡±.
En sus clases, ya fuera en la Bauhaus o en Yale, aspiraron a ¡°hacer ver¡± a sus alumnos, a que ¡°pensaran con los ojos¡±
Inspir¨® el llamado arte ¨®ptico (¡°para educar la vista, antes tenemos que enga?arla¡±). En Homenaje al cuadrado (2.000 pinturas realizadas entre 1949 y 1976), entend¨ªa el elemento geom¨¦trico como objeto pict¨®rico y el color como sujeto. Tambi¨¦n influy¨® en el minimalismo de Donald Judd, y ¨¦ste calific¨® la obra de Albers de ¡°iridiscente¡±. Particip¨® en la primera Documenta de ?Kassel y fue el primer artista en activo que se benefici¨® de una exposici¨®n en el ?MoMA. Tambi¨¦n en el museo neoyorquino, en 1949, Anni Albers fue la primera artista que firm¨® creaciones textiles con un valor est¨¦tico primigenio. En el IVAM se puede ver colgado en una peque?a capilla el encargo de los tapices Six Prayers (1965) para el Jewish Museum de Nueva York, en memoria de los seis millones de jud¨ªos asesinados por los nazis.
Como curiosidad, destacan los dise?os de Josef de cinco fundas de discos para Command Records (1959-1962) y las composiciones fotogr¨¢ficas de la plaza de toros de San Sebasti¨¢n. Adem¨¢s, fueron constantes sus viajes en coche por las tierras latinoamericanas. Les encantaba conducir. En Cuba, M¨¦xico y Per¨² encontraron la tierra prometida del arte abstracto. ¡°Buscaba algo que conquistar, las circunstancias me llevaron a esas telas y ellas me han conquistado a m¨ª¡±, dijo Anni. Inseparables, murieron a destiempo: ¨¦l, en 1976; ella, en 1994. Para sus l¨¢pidas escogieron un emplazamiento al lado de la puerta del cementerio de Orange (Connecticut) para que uno pudiera visitar al otro tras su muerte ¡°sin tener que bajar del coche¡±.
¡®Anni y Josef Albers. El arte y la vida¡¯. IVAM. Valencia. Hasta el 19 de junio.
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