Neil Hannon: ¡°La m¨²sica pop se ha vuelto demasiado egoc¨¦ntrica¡±
El l¨ªder de The Divine Comedy celebra los 30 a?os de la banda con un nuevo ¨¢lbum de grandes ¨¦xitos y una gira por Espa?a
Neil Hannon (Derry, Irlanda del Norte, 51 a?os) sabe que no es un tiempo id¨®neo para las celebraciones. ¡°Es como si nos estuvieran poniendo todos los obst¨¢culos posibles, pero llegaremos al final, lo quiera Putin o no¡±, afirma el l¨ªder de The Divine Comedy, inmerso en una gira europea ideada pensada para festejar los 30 a?os de existencia de su grupo, que lo llevar¨¢ a actuar esta semana en Madrid, Barcelona y Logro?o. Sobre el escenario, Hannon privilegiar¨¢ los temas alegres. ¡°Nuestro deber, ahora mismo, consiste en animar a las tropas, en hacer que todo el mundo mantenga la moral alta¡±, a?ade desde su habitaci¨®n de hotel en el barrio londinense de King¡¯s Cross, donde ensaya un espect¨¢culo de dos horas ¡ª¡±si mis viejas cuerdas vocales lo resisten¡±, puntualiza¡ª que llega acompa?ado de un nuevo ¨¢lbum de grandes ¨¦xitos, Charmed Life (Pias), en el que recorre sus tres d¨¦cadas de trayectoria.
The Divine Comedy surgieron en plena conquista mundial del britpop, aunque siempre ocuparan un flanco lateral, algo as¨ª como un nicho voluntario. Su pop barroco y orquestal, marcado por una sofisticaci¨®n l¨ªrica y mel¨®dica infrecuente, tuvo poco que ver con el de los grupos de mayor ¨¦xito. ¡°Es m¨¢s No?l Coward que Noel Gallagher¡±, escribi¨® una vez The Guardian. Tal vez por eso, cuando el movimiento cay¨® en desgracia, all¨¢ por el cambio de milenio, Hannon logr¨® sobrevivir. ¡°Eso es lo que me gusta pensar ahora, aunque tampoco fue tan f¨¢cil. Me acuerdo de las malas cr¨ªticas del disco Regeneration en 2001. La prensa dijo que pertenec¨ªamos a la d¨¦cada anterior, que ya no ¨¦ramos cool. Quer¨ªan vernos muertos¡±, recuerda. Hannon conoci¨® su primer fracaso con ese ¨¢lbum, producido por Nigel Godrich, el hacedor de reyes que se disputaban Radiohead o Beck. Decidi¨® entonces despedir a su banda, dejarse de experimentos con guitarras ruidosas y dar un golpe de tim¨®n para regresar a aguas conocidas, a aquellas canciones llenas de vientos y cuerdas con las que sobresali¨® en sus inicios, pensadas para una inmensa minor¨ªa de j¨®venes melanc¨®licos, de ni?os viejos como lo fue ¨¦l.
¡°No entiendo todo ese ¡®autotune¡¯, todas esas letras sobre champ¨¢n, limusinas y modelos. Echo de menos m¨¢s canciones sobre las vidas ajenas¡±
Queda algo en su rostro del seductor enclenque de los tiempos de Casanova (1996), del dandi exageradamente atildado que triunfaba en la patria de Serge Gainsbourg, aunque cada vez se parezca menos a Alfie y m¨¢s a un padre de familia norirland¨¦s que colg¨® los h¨¢bitos a?os atr¨¢s. Hoy ya no parece interpretar un personaje ni tomarse tan en serio como en otros tiempos, como revela la risilla autopar¨®dica que acompa?a cada uno de sus puntuales delirios de grandeza. Con todo, sabe que no es una proeza menor haber perdurado en un mundo dominado por el hip hop, el trap y el resto de sonidos urbanos, mientras tantas otras bandas veteranas se perd¨ªan por el camino. ¡°Tal vez haya sido precisamente por eso, porque nadie hace lo que nosotros hacemos. Conseguimos una base de seguidores que se mantuvieron fieles porque no pod¨ªan encontrar canciones como las nuestras en ning¨²n otro lugar¡±, asegura. Y ah¨ª llega la risilla.
Su mirada sobre el pop contempor¨¢neo no es benevolente. ¡°No entiendo todo ese autotune, todas esas letras sobre champ¨¢n, limusinas y modelos. Echo de menos m¨¢s canciones sobre las vidas ajenas. Es algo importante en toda forma de arte: ponerse a uno mismo en la piel de otras personas. Y no veo mucho de eso en el pop actual, que se ha vuelto demasiado egoc¨¦ntrico¡±, responde. Es una cr¨ªtica curiosa, viniendo de un tipo que nunca dud¨® en escribir sobre sus amor¨ªos. ¡°S¨ª, pero quise hacerlo desde un punto de visto moral, desde una cierta culpabilidad. Intent¨¦ poner mis sentimientos en un contexto, en lugar de limitarme a decir que estaba cachondo. Y, entre usted y yo, lo estaba mucho¡±. De los compositores actuales, salva de su juicio a algunos de sus coet¨¢neos: ¡°Me gustan Rufus Wainwright y Stuart Murdoch, de Belle and Sebastian. Y Arcade Fire, que siempre me han encantado. El pop m¨¢s mainstream lo controlo menos. Me parece divertido, pero no lo escucho. Adele, por ejemplo, creo que lo est¨¢ pasando muy mal. Me gustar¨ªa que alg¨²n d¨ªa escribiera una canci¨®n feliz sobre un tema que no sea su vida sentimental. Hay muchos otros asuntos en el mundo. No s¨¦ por qu¨¦ un cantante decide encasillarse as¨ª¡±.
En su nuevo recopilatorio figuran todos sus singles ¡ªde ¡¯Something For the Weekend¡¯ y ¡®National Express¡¯ a ¡®Come Home Billy Bird¡¯ y ¡®At the Indie Disco¡¯¡ª, un pu?ado de favoritas de los fans ¡ª como ¡®Our Mutual Friend¡¯ o ¡®Tonight We Fly¡¯, con la que cierran todos sus conciertos desde 1994¡ª, rescates de temas menos conocidos como ese ¡®Charmed Life¡¯ que da t¨ªtulo al disco, una canci¨®n nueva que suena a antigua (¡¯The Best Mistakes¡¯) o una joya como ¡®A Lady of a Certain Age¡¯, originalmente pensada para Jane Birkin (y que Hannon se termin¨® quedando ¡°para que no creyera que la estaba llamando vieja¡±). Tambi¨¦n alguna rareza como ¡®Te amo Espa?a¡¯, que compuso para una parodia televisiva de Eurovisi¨®n en 2020 (arranca as¨ª: ¡°Despacito / oye c¨®mo va / vino tinto / huevos tortilla¡±). Al escuchar sus temas en el desorden querido por Hannon, cuesta ordenarlos cronol¨®gicamente, como si ya lo hubiera tenido todo claro desde su debut. ¡°Desde el principio supe lo que quer¨ªa hacer, aunque no siempre tuviera los medios para conseguirlo¡±, confirma.
¡°Sigo traumatizado por la violencia en la Irlanda del Norte de mi infancia. No puedo ver las pel¨ªculas de Tarantino con la misma alegr¨ªa que otros¡±
Su sonido casi inalterable surgi¨® de su gusto por el pop de los ¨²ltimos ochenta (¡°R.E.M., The Smiths y Pixies¡±, enumera) y por las bandas sonoras de Nino Rota, John Barry, Ennio Morricone o Michael Nyman, sumados al descubrimiento tard¨ªo del legado de Burt Bacharach y Scott Walker. ¡°Era una esponja musical. Part¨ª de un pop de estructura cl¨¢sica, pero us¨¦ todas esas influencias para adornarlo¡±, dice Hannon. De ni?o, sol¨ªa escuchar a su padre, pastor anglicano que acab¨® siendo nombrado obispo, tocando a Debussy o Chopin al piano, lo que tambi¨¦n dej¨® su huella. Asegura que su educaci¨®n no fue ¡°especialmente religiosa¡±, pese a los dilemas con la fe que insert¨® en alguno de sus primeros discos: ¡®Don¡¯t Look Down¡¯, del ¨¢lbum Promenade (1994), terminaba con un di¨¢logo con Dios. ¡°Mi padre nos intentaba hacer rezar en el desayuno, pero al cabo de una semana nos olvid¨¢bamos. Me influy¨® m¨¢s su forma de vivir que cualquier cosa que escuchara desde el p¨²lpito¡±, asegura. Muri¨® en enero pasado, tras diez a?os enfermo de alzh¨¦imer.
Al pasar revista a sus canciones, tambi¨¦n sorprende su relativo apolitismo, habiendo crecido durante los llamados troubles, las tres d¨¦cadas de conflicto en Irlanda del Norte. ¡°Fueron tiempos malos. No siempre ten¨ªan una consecuencia directa en tu vida diaria, pero s¨ª hab¨ªa como una negrura que sobrevolaba el lugar. Hoy creo que sigo traumatizado por aquella violencia. Digamos que no logro ver las pel¨ªculas de Tarantino con la misma alegr¨ªa que otros¡±, sonr¨ªe. La hip¨®tesis parece obvia, aunque Hannon nunca se haya extendido demasiado sobre ella. ?Surge su m¨²sica, preciosista hasta lo indecible, de una voluntad de escapar del entorno de su infancia? ¡°S¨ª, hoy dir¨ªa que mis canciones fueron una manera maravillosa de huir. En ellas nunca hay asuntos de vida o muerte. Mi m¨²sica habr¨¢ transcurrido en un mundo de fantas¨ªa donde no suced¨ªan cosas terribles, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n tri¨¢ngulo amoroso¡±. Se han escrito epitafios peores.
The Divine Comedy en seis discos
'Liberation' (1993)
'Casanova' (1996)
'Fin de si¨¨cle' (1998)
'Regeneration' (2001)
'Absent Friends' (2004)
'Bang Goes the Knighthood' (2010)
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