El infiltrado
La mirada de Cristian Segura ser¨¢, para muchos, la de un desertor, porque cuando el patriotismo de la identidad y las esencias arrecia necesita traidores y desertores casi m¨¢s todav¨ªa que enemigos
Un libro reci¨¦n publicado se le puede quedar a uno lejos muy pronto. Tal vez entre la escritura y la publicaci¨®n ha pasado ya un cierto tiempo. Un libro es, mientras se planea o no se planea y se escribe, un estado de esp¨ªritu, una manera particular de encontrarse en el mundo, un ¨¢ngulo peculiar de observaci¨®n. Lo chocante es que ese estado de m¨¢xima y duradera intensidad pueda disiparse tan r¨¢pido. Tener ya el libro impreso en las manos da sobre todo una sensaci¨®n de extra?eza. La carcoma de la insatisfacci¨®n ya ha empezado su tarea secreta y eficiente. El libro es la foto de un momento ya rebasado en una vida en marcha. Sus errores, sus deficiencias, son de pronto tan visibles como esas erratas que no acert¨® a detectar ni el corrector m¨¢s alerta. Hay quien utiliza la vanidad o la soberbia para aliviar el inevitable des¨¢nimo. Lo m¨¢s pr¨¢ctico quiz¨¢ sea no dar muchas vueltas al asunto y ponerse a otra tarea. Yo creo que mi propensi¨®n al desapego tiene algo que ver con el h¨¢bito de tantos a?os de dedicarme en cuerpo y alma a un libro durante una cierta temporada y dejarlo luego atr¨¢s, cortando radicalmente con todo lo que hab¨ªa en ¨¦l, como esas personas de profesiones errantes que cambian cada cierto tiempo de casa, de ciudad y de pa¨ªs. Contar algo por escrito es quit¨¢rselo de encima. Por eso dec¨ªa Nabokov que despu¨¦s de escribir sobre un cierto periodo de su vida se olvidaba por completo de ¨¦l. Se cultiva la memoria para desprenderse de ella. Lo que ya est¨¢ en las p¨¢ginas impresas no tiene por qu¨¦ seguir pesando en la conciencia.
Hace solo unos meses, en enero, Cristian Segura public¨® un libro, Gente de orden, que seg¨²n explica ¨¦l mismo escribi¨® entre 2016 y 2018. Las fechas son relevantes porque corresponden a la ¨¦poca de m¨¢xima tensi¨®n de lo que ha dado en llamarse ¡°el proc¨¦s¡±, la escalada de temeridades, insensateces y frivolidades que en las mentes de sus instigadores deb¨ªan culminar ¨¦picamente con la independencia de Catalu?a, y termin¨®, o por lo menos se disgreg¨® temporalmente, en una especie de rosario de la aurora que m¨¢s pronto o m¨¢s tarde revivir¨¢ sin duda con nuevos episodios. Gente de orden es en parte una cr¨®nica certera y sarc¨¢stica de esos a?os y en parte una memoria personal, una indagaci¨®n en la propia vida y en la memoria familiar entrelazada con el devenir hist¨®rico del ¨²ltimo siglo en Catalu?a, o m¨¢s exactamente en Barcelona, la Barcelona burguesa que Segura conoci¨® de ni?o y cuya desaparici¨®n atestigua con abierta nostalgia. Nacido en 1978, Cristian Segura tiene la perspectiva temporal suficiente para recordar el triunfalismo de los fastos ol¨ªmpicos y los a?os de gloria y cleptocracia del nacionalismo pujolista, y para haber vivido la transformaci¨®n de la ciudad de su infancia a manos del turismo de masas y de la crecida del independentismo. Su mirada es m¨¢s aguda porque es la de ese testigo que est¨¢ a la vez dentro y fuera: conoce ¨ªntimamente el mundo del que escribe, porque se ha criado en ¨¦l, pero tambi¨¦n lo observa desde un cierto margen; viene de una ¡°buena familia¡±, pero el negocio pr¨®spero de perfumer¨ªa que dur¨® varias generaciones se arruin¨® antes de que la suya pudiera heredarlo; el castellano y el catal¨¢n le son igualmente suyos; fue a los mismos colegios que los hijos de la ¨¦lite pol¨ªtica y econ¨®mica de Catalu?a, pero a diferencia de ellos no hered¨® dinero ni poder, ni esa seguridad tranquila de tener derecho a todo y a no responder de nada que es el patrimonio moral de quienes se saben en la cima de una sociedad de castas.
Las gentes de orden con yates y mansiones ahora se sienten heroicas votando a partidos de extrema izquierda
La mirada de Cristian Segura es la de un infiltrado; tambi¨¦n, para muchos, ser¨¢ la de un desertor, porque cuando el patriotismo de la identidad y las esencias arrecia necesita traidores y desertores casi m¨¢s todav¨ªa que enemigos. El enemigo desata la elocuencia ¨¦pica y los aspavientos victimistas; el traidor, el desertor, alimenta la necesidad de purificaci¨®n interna, seg¨²n ha explicado hace unas semanas con sa?a y claridad Vlad¨ªmir Putin. La cr¨®nica de los desatinos pol¨ªticos cobra encarnadura y sutileza literaria al concentrarse en los retratos cercanos de unos personajes a los que el autor conoce ¡°de toda la vida¡±, como sol¨ªa decirse en esos ambientes: es esa perspectiva, ese conocimiento tan pr¨®ximo, lo que le permite calibrar la escala y la rapidez de las conversiones fervorosas al independentismo, as¨ª como la irresponsabilidad inaudita de una clase social que hace compatible la defensa imp¨²dica de sus extraordinarios privilegios con una deriva insurreccional y una gesticulaci¨®n revolucionaria que se parece sobre todo a un gamberrismo de ricos. Las gentes de orden con yates y mansiones ahora se sienten heroicas votando a partidos de extrema izquierda. Una casta empresarial, funcionarial y pol¨ªtica que tiene la vida m¨¢s regalada de gran parte de Europa se siente ennoblecida por el sufrimiento bajo la opresi¨®n y el hero¨ªsmo de la resistencia. El extremismo, como escribi¨® Saul Bellow, puede ser el lujo supremo, the ultimate luxury, dice ¨¦l, de los privilegiados.
La denuncia de Cristian Segura es m¨¢s eficaz porque est¨¢ templada por su mesura esc¨¦ptica de observador y su humorismo; tambi¨¦n por esa nostalgia de lo que ya no es, lo malbaratado y perdido, una vida social y familiar no atravesada por fracturas abiertas a prop¨®sito y cada vez m¨¢s incurables, una vida p¨²blica marcada por la visceralidad y el delirio.
Ahora leo las cr¨®nicas que manda Segura desde Polonia y Ucrania y no puedo dejar de preguntarme c¨®mo se le habr¨¢ quedado de lejos ese libro que llev¨® consigo tanto tiempo y public¨® hace solo un par de meses, todav¨ªa en esa ¨¦poca que pronto llamaremos ¡°antes de la guerra¡±. En su propia tierra ha asistido durante a?os a una costosa y muy bien subvencionada fantas¨ªa de victimismo patri¨®tico, de fantasmales opresores espa?oles y no menos fantasmales multitudes dispuestas a la sublevaci¨®n y en, caso necesario, al sacrificio, todo ello acompa?ado de las mayores comodidades. Ahora ve cada d¨ªa con sus ojos, con peligro de su propia vida, la realidad obscena de la opresi¨®n y la barbarie, el dolor de la di¨¢spora, el hero¨ªsmo militar de los soldados y el hero¨ªsmo civil de hombres y mujeres que asisten a los fugitivos y dan amparo bajo los bombardeos a los enfermos y a los d¨¦biles. Uno termina un libro y para curarse de ¨¦l ha de ponerse a escribir otro. El pr¨®ximo libro de Cristian Segura ya estar¨¢ escribi¨¦ndose.
¡®Gente de orden¡¯. Cristian Segura. Galaxia Gutenberg, 2021. 304 p¨¢ginas. 19,50 euros.
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