Nabokov ante la mayor de las oscuridades
Las sue?os del autor de ¡®Lolita¡¯ constituyen espl¨¦ndidos relatos pero son poco relevantes en comparaci¨®n con los de sus personajes, siempre completamente l¨²cidos
Existen decenas de maneras de irritar a los lectores, y a Henry James (que invent¨® algunas de ellas) se le atribuye la constataci¨®n de que ¡°narras un sue?o y pierdes un lector¡±. No muchos parecen estar de acuerdo, sin embargo: la literatura de los ¨²ltimos 100 a?os cuenta con protocolos on¨ªricos a cargo de, entre otros, Georges Perec, William S. Burroughs, Graham Greene, Franz Kafka, Theodor W. Adorno, Jack Kerouac, Carl Gustav Jung, Francisco Ferrer Ler¨ªn, Michel Leiris y Rodolfo Enrique Fogwill.
Vladimir Nabokov tambi¨¦n narr¨® sus sue?os, pero lo hizo con una voluntad experimental que lo distingue de otros autores; inspirado por los famosos ¡°experimentos con el tiempo¡± de John W. Dunne, el autor de Lolita se propuso comprobar si sus sue?os eran anticipatorios: es decir, si constitu¨ªan ¡°recuerdos¡± de acontecimientos por suceder. A lo largo de 80 d¨ªas (de octubre de 1964 a enero de 1965) tom¨® nota de ellos y permaneci¨® atento. Como escribe Gennady Barabtarlo, traductor al ruso de la obra de Nabokov y editor de Sue?os de un insomne, ¡°su teor¨ªa on¨ªrica est¨¢ situada en alg¨²n punto entre dos posiciones contempor¨¢neas extremas: rechaza el planteamiento de Freud (¡) de que los sue?os son un reflejo del propio yo que provoca acciones e im¨¢genes inconscientes, si bien no alcanza el ¨¢mbito espiritual de la visi¨®n de Florenski, para la cual los sue?os son la zona de contacto de dos mundos¡±. Barabtarlo habla aqu¨ª de Dunne, pero tambi¨¦n de la manera en que Nabokov conceb¨ªa la producci¨®n on¨ªrica, la suya tanto como la de sus personajes: para todos ellos, dormir fue siempre refutar las convicciones nunca suficientemente justificadas de la direccionalidad del tiempo y la unidad del sujeto.
El escritor se cuid¨® mucho de ser expl¨ªcito sobre si la protagonista de ¡®Lolita¡¯ es realmente una v¨ªctima
S?ren Kierkegaard afirm¨® que ¡°la vida solo puede ser comprendida mirando hacia atr¨¢s, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante¡±; el problema de lo que Nabokov llam¨®, siguiendo a Dunne, ¡°el principio de la ¡®memoria inversa¡± radica precisamente en ello, como el escritor ruso parece haber comprendido a poco de comenzar su experimento: sus sue?os no daban cuenta de acontecimientos a producirse, sino que esos acontecimientos le recordaban a sus sue?os; que so?ara que com¨ªa muestras de suelos y tres d¨ªas despu¨¦s viese en la televisi¨®n francesa un documental sobre la ciencia que los estudia (que le record¨® el sue?o que hab¨ªa tenido) no ratifica el car¨¢cter anticipatorio de su actividad on¨ªrica, sino m¨¢s bien el entusiasmo y el inter¨¦s con que se volc¨® en su proyecto, as¨ª como la enorme inventiva de los productores televisivos franceses de la ¨¦poca. La idea de que el tiempo ser¨ªa reversible interes¨® a Nabokov a lo largo de toda su vida y ocupa un papel destacado en su autobiograf¨ªa, al igual que en ?Mira los arlequines!, su ¨²ltima novela; pero sus sue?os de 1964 no sirvieron para ratificarla y el autor de Ada o el ardor acab¨® perdiendo el inter¨¦s en todo el asunto: algunos de ellos son espl¨¦ndidos relatos nabokovianos poblados por mujeres misteriosas y padres, y repletos de impedimentos; pero son poco relevantes en comparaci¨®n con los de sus personajes, siempre completamente l¨²cidos incluso aunque se encuentren en la mayor de las oscuridades.
Tambi¨¦n Humbert Humbert es asediado por sue?os, que expresan una culpabilidad silenciada durante el d¨ªa. Lolita es una novela acerca de la cual todos parecen tener una opini¨®n, incluso, o en mayor medida, si no la han le¨ªdo. La novela (¡°extraordinaria, terror¨ªfica, insuperable¡±, en palabras de Paul B. Preciado) regresa a las librer¨ªas como parte de la celebraci¨®n del medio siglo de existencia de la editorial espa?ola Anagrama y lo hace en la traducci¨®n de Francesc Roca y con una portada de la artista surcoreana Henn Kim; en ella, la ¡°n¨ªnfula¡± se refugia en una posici¨®n fetal al tiempo que es atravesada por un objeto met¨¢lico. A pesar de ello, ?es Lolita realmente una v¨ªctima, como su portada parece pretender que creamos? Nabokov se cuid¨® mucho de ser expl¨ªcito al respecto, y en su narrador, como se sabe, no se puede confiar; pero parece evidente que buena parte del influjo disruptivo y provocador que su novela sigue ejerciendo en el lector se basa en una ambig¨¹edad que la nueva edici¨®n traiciona desde su portada. ?Vivimos en un momento en el que todo debe ser explicado y la ambig¨¹edad tiene que ser evitada? ?Necesitamos juzgar a los personajes de la literatura con la moralidad con la que juzgamos actos similares realizados por las personas fuera de ella y atribuir la moralidad de los personajes a su autor?
Muy posiblemente Nabokov hubiese arrojado una mirada esc¨¦ptica sobre estas cuestiones, al igual que sobre Un rev¨®lver para salir de noche, la nueva novela de la escritora y traductora checa Monika Zgustova, en la que ¨¦sta narra la historia de la relaci¨®n de Nabokov con su esposa y colaboradora para poner de manifiesto que Vera Nabokov fue mucho m¨¢s que una musa, en ocasiones en su perjuicio; lo hace correctamente, pero tambi¨¦n con una falta de sofisticaci¨®n narrativa que hace a?orar la del autor de P¨¢lido fuego: la mayor de las oscuridades es la supuesta lucidez de nuestro presente.
Sue?os de un insomne. Vladimir Nabokov. Traducci¨®n de Valerie Miles y Aurelio Major. WunderKammer, 2019. 216 p¨¢ginas. 18,75 euros.
Lolita. Vladimir Nabokov. Traducci¨®n de Francesc Roca. Anagrama, 2019. 392 p¨¢ginas. 11,90 euros.
Un rev¨®lver para salir de noche. Monika Zgustova. Galaxia Gutenberg, 2019. 152 p¨¢ginas. 16,90 euros
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