¡®Cervantes¡¯, ?qui¨¦n es ese hombre?
El director de la Real Academia, Santiago Mu?oz Machado, expone al autor del ¡®Quijote¡¯ tal como fue, tras expurgar el laberinto de su bibliograf¨ªa de equ¨ªvocos y atribuciones ap¨®crifas
Siglos de olvidos, fastos, centenarios y requetecentenarios han dado para quintales de papel, que a saber d¨®nde termina, y para un buen n¨²mero de sesos devanados en el empe?o de saber qui¨¦n fue Cervantes y cu¨¢les fueron las razones de su obra. Hasta ha habido ocasi¨®n de sacar a paseo su cad¨¢ver, no sin grave amenaza para los cervantistas, porque, a decir verdad, es una ventaja notable esa de que el interesado siga muerto y no vaya a levantarse de la tumba para afear las muchas c¨¢balas y no pocos delirios que se han escrito en torno a su persona.
Un breve paseo por entre el laberinto de la bibliograf¨ªa cervantina basta para toparse con estudios que pintan a un Cervantes soldadito espa?ol ¡ªno digo m¨¢s¡ª con otros que lo hacen ecologista o antisistema, tridentino, ateo, devoto del rosario y hasta colaborador de una ONG, en vez de cautivo, en Argel. Hay incluso quien ha escrito sobre un Quijote cu¨¢ntico o quien ha convertido en budista al caballero. Les aseguro que no me aparto de la verdad un punto. Porque Cervantes ha dado para todo y para mucho m¨¢s, y son legi¨®n los que olvidan que naci¨® en 1547, por lo que ni pudo tratar a Confucio ni alcanz¨® a manifestarse en Mayo del 68.
Ante tal panorama, el prop¨®sito del Cervantes que Santiago Mu?oz Machado, director de la Real Academia Espa?ola, ha puesto sobre la mesa ha sido el de mostrar al escritor tal como fue, sin aspavientos ni anacronismos. El libro tiene el acierto de ofrecernos a la persona junto con la obra, entretejiendo peripecias vitales, libros e ideas, sin esquivar lo arduo de tal empresa. Adem¨¢s, al tiempo que nos refiere toda esa historia, va dando cuenta de c¨®mo se fueron articulando los muchos Cervantes que en el mundo han sido, en una suma de afanes intelectuales, pero tambi¨¦n de equ¨ªvocos bien o mal intencionados, cartas contrahechas, atribuciones ap¨®crifas y hasta retratos postizos, que solo han contribuido a complicar en vano la recuperaci¨®n de su vida y la lectura de su obra.
Hasta llegar a ese reconocimiento, Cervantes sufri¨® el desapego e incluso el desprecio de algunos espa?oles; y hasta hizo falta que devotos for¨¢neos, ingleses sobre todo, acudieran al rescate
Este ensayo ofrece un preciso recorrido que comienza por su azarosa existencia y por los no menos azarosos quehaceres de sus bi¨®grafos para poner en pie los datos de una vida que se ha ido reconstruyendo a golpe de archivo. Le sigue un panorama de las ediciones que, al sucederse de los siglos, vinieron a convertir el Quijote en un mito para la cultura occidental, gracias en buena medida a ilustradores, traductores y alardes de erudici¨®n. Bien es verdad que, hasta llegar a ese reconocimiento, Cervantes sufri¨® el desapego e incluso el desprecio de algunos espa?oles; y hasta hizo falta que devotos for¨¢neos, ingleses sobre todo, acudieran al rescate.
A partir de ah¨ª fueron sum¨¢ndose lecturas, interpretaciones y pol¨¦micas desde el siglo XVIII hasta el XX, que Mu?oz Machado analiza sin eludir algunos excesos y esoterismos, pero atendiendo sobre todo a figuras destacadas en la historia del cervantismo hispano, como han sido don Juan Valera, los dos Men¨¦ndez ¡ªdon Marcelino y don Ram¨®n¡ª, Unamuno, Ortega o Am¨¦rico Castro. Se analizan luego las fuentes librescas de las que pudo servirse y, a su lado, la honda impronta que dej¨® en sus escritos la cultura popular por medio de dichos, refranes y resabios carnavalescos.
El autor del Quijote mir¨® ese mundo con iron¨ªa, pero con conciencia cr¨ªtica, dej¨¢ndonos aqu¨ª y all¨¢ sus opiniones sobre los nobles o los marginados de la ¨¦poca, ya fueran pobres, moriscos, jud¨ªos o gitanos
De enorme trascendencia son las p¨¢ginas consagradas a indagar la huella con que la pol¨ªtica, las creencias y la sociedad de su tiempo marcaron la obra cervantina. Solo as¨ª cabe leer ¡ª?de manera cabal, al menos¡ª los libros antiguos, desde el contexto mismo en el que se escribieron. En este caso, estamos ante un mundo en proceso de cambio desde una vieja armaz¨®n medieval hacia un orden marcado por el dinero y una nueva pol¨ªtica. Cervantes mir¨® ese mundo con iron¨ªa, pero con conciencia cr¨ªtica, dej¨¢ndonos aqu¨ª y all¨¢ sus opiniones sobre los nobles o los marginados de la ¨¦poca, ya fueran pobres, moriscos, jud¨ªos o gitanos. Otro tanto hizo con el matrimonio, asunto entonces candente y que le preocup¨® sobremanera, o con la justicia y el poder. Ah¨ª est¨¢ el gobierno de la ¨ªnsula Barataria como contraste visible con unos duques ajenos a las responsabilidades de su rango, pero tan afanados en mortificar a Don Quijote y Sancho que, como deja caer el narrador, estaban ¡°dos dedos de parecer tontos, pues tanto ah¨ªnco pon¨ªan en burlarse de dos tontos¡±.
Este muy valioso Cervantes significa un repaso sensato y mesurado por el mundo mental, social y pol¨ªtico en el que vivi¨® el autor y del que surgi¨® su Quijote. El ingente esfuerzo de informaci¨®n que encierra viene envuelto en una escritura sencilla y accesible no solo para interesados en el negocio, sino para curiosos de toda ¨ªndole y pelaje. Y todo ello partiendo, claro est¨¢, de un hecho que se obvia con frecuencia, y es que Cervantes no fue fil¨®sofo, pol¨ªtico ni erudito, sino simplemente un escritor ¡ªpor lo dem¨¢s extraordinario¡ª que supo convertir la compleja ambig¨¹edad de la existencia humana en materia para su literatura. Eso es precisamente lo que le mantiene vivo entre los lectores del siglo XXI.
Cervantes?
Autor: Santiago Mu?oz Machado.
Editorial: Cr¨ªtica, 2022.
Formato: tapa dura (1.038 p¨¢ginas, 32,90 euros) y e-book (11,99 euros).
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