Los turistas son recursos humanos ociosos

?Qu¨¦ lejos quedan estas vacaciones sin salario por las que vagabundea la joven compa?¨ªa catalana Jos¨¦ y sus Hermanas de aquellos veraneos dilatados, burgueses, propicios para el devaneo, que retrataran minuciosamente Goldoni y Gorki! Entre el siglo XVIII y comienzos del XX la medida del tiempo humano era muy diferente de la que se palpa en Explore el jard¨ªn de los C¨¢rpatos, el espect¨¢culo de una hora de duraci¨®n que el quinteto barcelon¨¦s representa este fin de semana en la sala valenciana La Mutant: en aquella ¨¦poca las comedias duraban por encima de las dos horas y las vacaciones de las clases acomodadas se extend¨ªan durante varios meses. El ocio del campesinado, en cambio, se ajustaba al ritmo marcado por la siembra, la cosecha y los ciclos naturales, como muestra Brian Friel en Danza de agosto.

Las chicas de Jos¨¦ y sus Hermanas pueden darse con un canto en los dientes el a?o en el que disfrutan de quince d¨ªas de vacaciones, pagadas de su bolsillo. Alguna de las actrices alquila su habitaci¨®n mediante Airbnb para poder arrendarse a su vez un apartamento en la playa, seg¨²n relatan ellas mismas en primera persona mientras evocan an¨¦cdotas variopintas. Explore el jard¨ªn de los C¨¢rpatos habla con desenfado del deseo de veranear, y¨¦ndose por las ramas, sin entrar a la ra¨ªz del asunto, con un enfoque tan entretenido, epid¨¦rmico y vacil¨®n como pueden serlo los que proponen Locoplaya en sus videoclips Vacaciones pagadas y Los animales, o Don Patricio y Cruz Cafun¨¦ en Contando lunares, un clip visualizado 170 millones de veces. El espect¨¢culo se deja ver por la buena energ¨ªa emanada por sus art¨ªfices, que parecen interpretarse a s¨ª mismas aunque en realidad son portadoras de un relato que podr¨ªan suscribir otros muchos trabajadores aut¨®nomos j¨®venes.

El quinteto no ha querido ir m¨¢s all¨¢. Hay tres momentos en los cuales su narraci¨®n toca m¨¦dula, para volver enseguida a acariciarle la piel a su joven p¨²blico, siempre con garbo. Las autoras, directoras e int¨¦rpretes de este montaje saben que no est¨¢n poniendo el dedo en la llaga: ¡°No parece que est¨¦is sobradas de discurso¡±, dicen de s¨ª mismas, por boca de una sirena interpretada por el siempre femenil Alejandro Curiel. La puesta en escena, que evoca un rodaje en vivo en un plat¨® televisivo, y el vestuario kitsch de Patrizia Albizu, abundan en el car¨¢cter espumoso, refrescante y ef¨ªmero de lo que se nos ofrece: una revista festiva, un cabaret pol¨ªtico despolitizado, un divertimento volandero. El tono bienhumorado y exc¨¦ntrico del relato, enlaza con el de los di¨¢logos de la comedia del disparate, g¨¦nero cultivado por los autores de La Codorniz. Entre lo m¨¢s acertado, figuran los n¨²meros musicales (?por qu¨¦ no han incluido el felic¨ªsimo Jesus Trap de su v¨ªdeo promocional?). Gl¨°ria Ribera posee una voz vers¨¢til, Gemma Polo parece una tonelada de nitrotolueno en un dedal, Marta D¨ªez es una exportadora neta de desparpajo y Carolina Manero es un vibrante animal esc¨¦nico. Solo les falta algo perentorio que contar.

¡®Explore el Jard¨ªn de los C¨¢rpatos¡¯. Creaci¨®n colectiva: Jos¨¦ y sus Hermanas. Valencia. La Mutant, 4 y 5 de junio. Ribadavia, 21 de julio.

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