¡®Todo va a mejorar¡¯, de Almudena Grandes: una obra visiblemente truncada

Claro que esta no es una novela sin m¨¢s, porque fue el refugio de Almudena Grandes el ¨²ltimo a?o de su vida y porque fue un proyecto que no alcanz¨® a terminar, nacido del estupor y la rabia del confinamiento de marzo de 2020. La reclusi¨®n en las burbujas dom¨¦sticas mientras el coronavirus parec¨ªa acechar en la calle cre¨® un caldo de cultivo propicio a la desfiguraci¨®n de la verdad. La informaci¨®n, de pronto, se torn¨® sospechosa y cundi¨® el recelo ¡ªpara algunos, la certeza¡ª de que se estuvieran ocultando las razones de aquel cese abrupto de la realidad. En esa coyuntura de indefensi¨®n ciudadana, ?c¨®mo no imaginar el rendimiento pol¨ªtico que podr¨ªa obtenerse moviendo las palancas adecuadas? Bastaba con crear un movimiento populista (el Movimiento Ciudadano ?Soluciones Ya!) que, despreciando la inoperatividad de los partidos tradicionales, ofreciera soluciones (econ¨®micas, ecol¨®gicas, casi escatol¨®gicas) desde un modelo de gesti¨®n del Estado inspirado en la eficiencia empresarial y, una vez ganadas las elecciones, ejercer el poder sin remilgos; por ejemplo, desconectando el pa¨ªs de internet mediante un Gran Apag¨®n, diseminando ¡ªo desterrando¡ª a los activistas potencialmente molestos en los pueblos de la Espa?a vaciada, derogando la Constituci¨®n o disolviendo la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil para crear un Cuerpo Nacional de Vigilantes nutrido, sobre todo, por gorilas de discoteca¡­

Esa es la Espa?a pavorosa que imagin¨® Almudena Grandes, un inmenso Centro Comercial Virtual formado por una aborregada poblaci¨®n de consumidores que, bajo el eslogan de ¡°Todo va a mejorar¡±, es vigilada y aislada comunicativamente mientras se la bombardea con las mentiras y miedos fabricados desde el aparato del Estado. En la novela el villano es un empresario, el Gran Capit¨¢n, que ha ideado ese mundo feliz posdemocr¨¢tico con el auxilio de hackers y vir¨®logos (provocadores de la Tercera y Cuarta Pandemia), pero los peligros que simboliza tienen encarnaciones menos improbables y m¨¢s pr¨®ximas, como los populismos autoritarios, el control sesgado del mundo digital, los instintos b¨¢sicos del capitalismo hiperconsumista o la depauperaci¨®n de los valores y derechos humanos individuales. Estos y otros temores son los que empujan el proyecto de esta fantas¨ªa futurista con una evidente funci¨®n de alerta y admonici¨®n, como es consustancial al g¨¦nero dist¨®pico. Pero aqu¨ª la distop¨ªa est¨¢ pasada a trav¨¦s del realismo costumbrista que tenazmente defendi¨® la escritora y que, en su denotaci¨®n pormenorizada de personajes y circunstancias accesorias, puede antojarse contraproducente para ese prop¨®sito.

Si en ¡®Los besos en el pan¡¯ fue la crisis econ¨®mica el muelle que la empuj¨®, ahora ha sido la constataci¨®n de la vulnerabilidad de los ciudadanos ante el fraude informativo, acosados por un enjambre de falsedades y tergiversaciones

La armaz¨®n de la trama, con todo, es s¨®lida, pese a que la presentaci¨®n prolija de h¨¦roes (quienes constituir¨¢n un n¨²cleo de resistencia) y villanos (el ide¨®logo del MCSY y su cohorte) ocupe m¨¢s de la mitad del libro y demore el inicio de la acci¨®n. Ese lento desfile de criaturas que se disponen en el tablero del relato hace que el desenlace de la f¨¢bula, al carecer de un desarrollo suficiente, resulte precipitado y, con ello, debilite su verosimilitud narrativa. No me cabe duda de que, de haber tenido ocasi¨®n, la escritora hubiera estibado m¨¢s equilibradamente la estructura de una novela escrita por imperativo ¨¦tico, como hab¨ªa sucedido en 2015 con Los besos en el pan. Si en ¨¦sta fue la crisis econ¨®mica el muelle que la empuj¨®, ahora ha sido la constataci¨®n de la vulnerabilidad de los ciudadanos ante el fraude informativo, acosados por un enjambre de falsedades y tergiversaciones. Y en las dos novelas el resquicio de esperanza que se abre es el mismo: la capacidad de organizaci¨®n y resistencia de la gente sencilla, la solidaridad de quienes est¨¢n habituados a perder, pero tambi¨¦n a incorporar el impulso de su fe o sus demandas en el vivir cotidiano, donde coexiste con las benditas trivialidades, con los placeres del paladar (como las rosquillas de In¨¦s y la alegr¨ªa o, aqu¨ª, los pasteles de Enrique Duarte) o de la exultaci¨®n er¨®tica, tan frecuentes ambos en el realismo integralista ¡ªesto es, que integra lo alto y lo bajo, lo sublime y lo primario¡ª de Grandes.

Aunque Todo va a mejorar no cuenta entre sus mejores novelas ¡ªy el haber quedado truncada y sin la revisi¨®n final no es una causa menor¡ª, s¨ª es un ejemplo de la ¨¦pica intrahist¨®rica que la escritora practic¨® brillantemente y que supo tejer con el hero¨ªsmo en min¨²scula de gentes llamadas a desaparecer en el sumidero de la historia, pero sin los cuales la historia hubiera sido muy distinta. En el don de perseverancia de estos hombres y mujeres radica la esperanza de escapar a las realidades mendaces y ap¨®crifas con que otros los aprisionan. Ese vislumbre de optimismo ocupa el ¨²nico cap¨ªtulo que qued¨® sin redactar, ¡®Transici¨®n¡¯, y que, a petici¨®n suya y seg¨²n sus instrucciones, ha escrito con certera sobriedad Luis Garc¨ªa Montero. Es ah¨ª tambi¨¦n donde madura como traidor y h¨¦roe ¡ªa la manera borgiana¡ª un personaje, Rodrigo Sosa, al que conviene estar atentos. Lo ha estado y mucho Garc¨ªa Montero, porque de un pasaje estremecedor en el que Sosa lucha consigo mismo entre desconectar a su esposa de las m¨¢quinas que la mantienen viva o no hacerlo y as¨ª persistir en el consuelo ¡°mientas ¨¦l pudiera lavarla, peinarla, acariciarla¡±, el poeta ha tomado la cita que abre su poemario Un a?o y tres meses. Y mediante ese gesto ha entra?ado para siempre en sus versos de duelo las p¨¢ginas de Todo va a mejorar.

Todo va a mejorar?

Autora: Almudena Grandes.

Editorial: Tusquets, 2022.

Formato: tapa blanda (504 p¨¢ginas. 21,90 euros), tapa dura con sobrecubierta (23,90 euros), y e-book (10,99 euros).

?

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.