¡®La palabra ambigua¡¯: maneras de ser intelectual en Espa?a
David Jim¨¦nez Torres presenta una investigaci¨®n sobre c¨®mo el t¨¦rmino se ha redefinido a lo largo de m¨¢s de 130 a?os: de la generaci¨®n del 98 a la toma de posici¨®n respecto a ETA
Lo f¨¢cil son los intelectuales de trayectoria recta. Lo dif¨ªcil es la peripecia de quienes zigzaguearon en los m¨¢rgenes del discurso central de la modernidad. David Jim¨¦nez Torres emprendi¨® el camino dif¨ªcil: dedic¨® su tesis a la trayectoria de Ramiro de Maeztu, el prosista que transit¨® del anarquismo nietzscheano hasta desembocar en un nacionalismo exaltado y refundador de la tradici¨®n reaccionaria hispana. Su brillante monograf¨ªa Nuestro hombre en Londres, centrada el papel de Maetzu como mediador entre las culturas espa?ola y brit¨¢nica a lo largo de la Edad de Plata, acababa con un gui?o al presente. Si la crisis del 2008 hab¨ªa sido la activadora principal de la aparici¨®n de movimientos populistas cuya pretensi¨®n era ¡°redefinir la geograf¨ªa pol¨ªtica establecida¡±, Maetzu era ejemplar como caso de estudio para comprender c¨®mo se producen esas mutaciones ideol¨®gicas en profundidad. De alguna manera aquel regeneracionista transformado en antimoderno era un prototipo para descubrir el modo en el que un ide¨®logo participa del debate p¨²blico y redefine la cultura pol¨ªtica gracias a su influencia. Ser¨ªa uno de los modelos m¨¢s perfectos de intelectual.
Tras El mal dormir, Jim¨¦nez vuelve a su tema de investigaci¨®n: los intelectuales espa?oles. No presenta exactamente una historia de los intelectuales, sino una investigaci¨®n de matriz filol¨®gica sobre c¨®mo la palabra se ha redefinido en Espa?a a lo largo de m¨¢s de 130 a?os. Porque aqu¨ª se descubre que de la figura del intelectual ya se hablaba antes de su bautismo oficial con la publicaci¨®n del J¡¯accuse de ?mile Zola a principios de 1898. Fue a finales de la d¨¦cada de 1880, como ocurri¨® con otras lenguas, cuando empez¨® a normalizarse el uso de la palabra. Y casi de inmediato lo hizo con una de las constantes que ir¨¢n pr¨¢cticamente asociadas a su constante aparici¨®n impresa: el discurso contra los intelectuales. Nadie parec¨ªa estar c¨®modo con la denominaci¨®n. ¡°?Intelectual yo?¡± se preguntaba Unamuno. Azor¨ªn tuvo el honor de ser el primero sobre quien se proyect¨® la idea del ¡°intelectual traidor¡±. En grandes novelas de Baroja, si el protagonista ten¨ªa rasgos de intelectual, eran j¨®venes varones con d¨¦ficits de virilidad. Y en 1916 Ortega ¡ªel intelectual que ha definido el modelo¡ª sentenciaba que ¡°en esta fecha en la que escribo, s¨¦panlo los investigadores del a?o 2000, la palabra m¨¢s desprestigiada de cuantas suenan en la Pen¨ªnsula es la palabra ¡®intelectual¡±. Pero, a pesar de ello, a pesar de sentenciar su muerte en diversas ocasiones, el intelectual ha sido omnipresente en nuestra conversaci¨®n p¨²blica.
No hay forma de evidenciar cu¨¢nto influye el discurso intelectual en la redefinici¨®n de la geograf¨ªa pol¨ªtica, pero si fuesen irrelevantes no generar¨ªan tanta aversi¨®n. La del dictador Primo de Rivera tuvo continuidad con el discurso de los publicistas que legitimaron la insurrecci¨®n militar antirrepublicana atacando a los intelectuales de la tradici¨®n liberal. Hasta la Transici¨®n seguramente ese fue el gran tema de nuestro tiempo en relaci¨®n con los intelectuales en Espa?a y el significado de la palabra: si el molde a partir del cual esa figura se defin¨ªa o se impugnaba o se pretend¨ªa substituir era la de una tradici¨®n institucionista opuesta a la de una tradici¨®n reaccionaria con dificultades para dotarse de un discurso intelectual potente. Lo formul¨® Santos Juli¨¢ en el cl¨¢sico Historia de las dos Espa?as. La querella reaparece en La palabra ambigua ampliando la cronolog¨ªa e incorporando asuntos claves de nuestra democracia: la relaci¨®n de los intelectuales con la televisi¨®n y el Estado cultural institucionalizado por el PSOE, el posicionamiento en relaci¨®n con ETA (lo de Alfonso Sastre es grotesco) y, por fin, la consideraci¨®n de las mujeres intelectuales. Es una discusi¨®n apasionante, infinita, abierta como la definici¨®n de la palabra.
La palabra ambigua. Los intelectuales en Espa?a (1889-2019)
Autor: David Jim¨¦nez Torres.
Editorial: Taurus, 2023.
Formato: tapa blanda (288 p¨¢ginas, 18,91 euros) y e-book (8,54 euros).
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