¡®Resident Evil 4¡ä y el arte de interpretar una misma partitura (digital)
Los ¡®remakes¡¯, ¡®ports¡¯ y ¡®reboots¡¯ de videojuegos se asemejan, cada vez m¨¢s, en variaciones musicales de una misma obra
La pel¨ªcula T¨¢r, una de las m¨¢s destacadas de este comienzo de a?o, se abre con una conversaci¨®n de auditorio entre la directora de orquesta que con tanta fuerza interpreta Kate Blanchett y un periodista de The New York Times. En ella, impl¨ªcitamente, se siembran las bases de la forma de ser y los conflictos que el personaje desarrollar¨¢ a lo largo del filme. Pero, expl¨ªcitamente, de lo que hablan es de la interpretaci¨®n de una partitura.
Hablan de Mahler. De su Quinta Sinfon¨ªa. Hablan de las diferencias a la hora de interpretarla que hay entre Lydia T¨¢r y su maestro (en la ficci¨®n), el ic¨®nico Leonard Bernstein. De c¨®mo ¨¦l alargaba la obra, se recreaba en lo melanc¨®lico, mientras que ella exprime el dinamismo entusiasta que, tambi¨¦n, se puede encontrar en las mismas notas. Se incide en que la personalidad de un director de orquesta puede recrear, recontextualizar, reinterpretar y actualizar una melod¨ªa escrita hace mucho. Los videojuegos, con su infinito eclecticismo, con su actual efervescencia creativa, abarcan casi todos los rincones del arte. Tambi¨¦n esta suerte de interpretaciones divergentes de una misma partitura.
En 2005 se public¨® Resident Evil 4, y se convirti¨®, por derecho propio, en uno de los mejores juegos de siempre. Su mezcla de acci¨®n y survival horror, el perfecto equilibro de su dificultad, su dise?o de niveles y su ambientaci¨®n no dejaron indiferente a nadie (y su localizaci¨®n en la Espa?a vac¨ªa, con sus pesetas y sus aldeanos zombies que nos insultaban en mexicano, tampoco). El juego tuvo tanto ¨¦xito que a lo largo de estos a?os ha ido viviendo puestas a punto. Porque los videojuegos ¡ªla mayor parte¡ª caducan; caducan porque su apartado visual o jugable queda obsoleto, y aleja al p¨²blico actual del coraz¨®n de las obras. As¨ª que el juego fue, una y otra vez, adapt¨¢ndose a las evoluciones t¨¦cnicas. En 2007 se lanz¨® la edici¨®n para Wii, que usaba sus controles con sensor de movimiento. En 2016 apareci¨® un remaster (una mejora solo gr¨¢fica) para PlayStation 4 y Xbox One. En 2021 lleg¨® a Oculus Quest 2 la versi¨®n en realidad virtual.
Cada una de esas reinterpretaciones fue como una partitura tocada por diferentes int¨¦rpretes, como una obra interpretada por diferentes directores de orquesta. El jueves pasado lleg¨® al mercado el remake del juego para PS5 y XBox Series, que supuestamente cuadra el c¨ªrculo con todas las mejoras gr¨¢ficas, t¨¦cnicas y mec¨¢nicas imaginables.
Para quien esto firma es una peque?a decepci¨®n. Esta reconstrucci¨®n del Resident Evil IV sabe m¨¢s al Resident Evil VIII que al primer Resident Evil IV, frase que evidentemente sonar¨¢ a marciano a quien no conozca la saga pero que significa que el regusto infinitamente perdurable que dej¨® hace casi 20 a?os el original no se replica en este nuevo juego, que se conforma (como si fuera poca cosa) con ser, como el VIII, un estupendo juego de acci¨®n y terror. Las reacciones han sido, muy mayoritariamente, mucho m¨¢s entusiastas que las de este art¨ªculo.
No pasa nada. Tiene explicaci¨®n. Mucha gente, muchos jugadores y muchos cr¨ªticos llevaban m¨¢s de una d¨¦cada sin reencontrarse con la obra, mientras que quien esto escribe hab¨ªa ido jugando a la mayor parte de esas versiones que hab¨ªan ido saliendo. Y de entre todas ellas, sobre todo, a la versi¨®n en VR. No hay tantos juegos buenos, realmente buenos, en realidad virtual. Pero los que son buenos activan no solo el sentido del gusto, sino algo m¨¢s excitante y profundo: la sensaci¨®n de que se est¨¢ ante una fuerza nueva y arrolladora, ante un poder que puede transformar los gustos de la sociedad.
Resident Evil IV Remake es, sin duda, uno de los mejores juegos de este a?o. Y seguro que ser¨¢, con justicia, candidato a mejor juego del a?o en un a?o que tiene pinta de ser excepcional. Pero la versi¨®n en realidad virtual era otra cosa. Era una nueva forma de ocio, una nueva forma de relacionarse con el mundo interactivo, narrativo e incluso est¨¦tico. No son palabras en vano. Aquello que pas¨® en 2021 fue un salto evolutivo en un arte en ciernes. Y eso, claro, no es algo que pase todos los d¨ªas. A su lado, esta nueva versi¨®n es solo (?solo!) un juego excelente. Un juego, eso s¨ª, que todos deber¨ªan disfrutar.
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