¡®Diana Tempest¡¯, soberbia hero¨ªna y en¨¦rgica cr¨ªtica social
Mary Cholmondeley figura en el canon de las grandes novelistas inglesas con una escritura elegante, cargada de sentido y de gran calidad expresiva
Al fallecer el cabeza de la ilustre familia de los Tempest, el se?or Tempest nombra ¨²nico heredero a su hijo John, de resultas de lo cual, el hermano menor del se?or Tempest, el coronel Tempest, queda excluido de la herencia y de las propiedades de la familia junto con sus dos hijos, Archie y Diana. El coronel y Archie, dos insensatos de quien el cabeza de familia desconf¨ªa con raz¨®n por despilfarradores, consideran esta decisi¨®n una injusticia, sobre todo teniendo en cuenta que se dice que John es hijo ilegitimo del se?or Tempest. El coronel, dolido y abatido y bajo los efectos nocivos del al...
Al fallecer el cabeza de la ilustre familia de los Tempest, el se?or Tempest nombra ¨²nico heredero a su hijo John, de resultas de lo cual, el hermano menor del se?or Tempest, el coronel Tempest, queda excluido de la herencia y de las propiedades de la familia junto con sus dos hijos, Archie y Diana. El coronel y Archie, dos insensatos de quien el cabeza de familia desconf¨ªa con raz¨®n por despilfarradores, consideran esta decisi¨®n una injusticia, sobre todo teniendo en cuenta que se dice que John es hijo ilegitimo del se?or Tempest. El coronel, dolido y abatido y bajo los efectos nocivos del alcohol, presta o¨ªdos a un rufi¨¢n que le propone un modo sutil de acceder a la herencia. Todo consiste en apostar un soberano contra diez mil libras que pagar¨¢ si alguna vez consigue acceder a la herencia de John. Si esto sucede, tendr¨¢ que pagar las diez mil libras a los tenedores de los correspondientes pagar¨¦s, lo cual es una minucia al lado de la herencia que conseguir¨¢. Ofuscado por el alcohol, firma la apuesta y s¨®lo cuando comienza una serie de accidentes contra la vida de John Tempest comprende que ha firmado la condena a muerte de su sobrino.
Este comienzo es digno del mejor creador ingl¨¦s de tramas del siglo XIX: Wilkie Collins, y por ah¨ª se desarrolla la intriga de la novela. La autora, Mary Cholmondeley, se vale de esta intriga, pero est¨¢ m¨¢s bien interesada en el accidentado desarrollo de los amores de la pareja protagonista. De hecho, esto hace que centre su atenci¨®n en Diana Tempest, que se convierte en el verdadero eje de la narraci¨®n. Si buscamos antecedentes entre las estupendas escritoras inglesas de la ¨¦poca, surgen los nombres de Jane Austen, de las Bront?, de George Eliot o Elizabeth Gaskell. Diana podr¨ªa ser perfectamente una de las grandes mujeres de Austen si no fuera porque es una mujer exigente e independiente y esta novela sucede un siglo despu¨¦s, y porque la de Mary Cholmondeley contiene una en¨¦rgica cr¨ªtica social bien distinta de la que sugieren sus ilustres antecesoras.
Su descripci¨®n de ambientes, lugares y personajes es magn¨ªfica
La escritura de Cholmondeley es magn¨ªfica, elegante, precisa, cargada de sentido y de gran calidad expresiva (v¨¦ase: ¡°No se daba cuenta de que, en determinadas circunstancias, una absoluta falta de imaginaci¨®n tiene la apariencia de la fortaleza m¨¢s estoica¡±). De hecho, como escribe desde dentro de un orden conformista con las tradiciones, est¨¢ llena de consideraciones morales, a cu¨¢l m¨¢s sugerente, que acompa?an el desarrollo de la trama sin empa?ar la intriga. Su descripci¨®n de ambientes, lugares y personajes es magn¨ªfica, afectada s¨®lo al inicio por una traducci¨®n trufada de asperezas que, afortunadamente, pronto fluye con soltura, como si el traductor hubiera empezado demasiado pegado al idioma de partida. La autora se apoya en el soberbio protagonismo de Diana (con los personajes que la rodean; los buenos: John Temple en cabeza, la abuela, Lord Hermsworth, Mitty; los malos como Swaney o los incapaces como el coronel Tempest y Archie, que son el s¨®lido suelo de la historia). Mi ¨²nico reproche a la autora es que teniendo tan extraordinarias cualidades creativas optase, a partir de una fant¨¢stica fiesta que se celebra en el lago helado del castillo de los Tempest, por dejar la soluci¨®n de la trama en manos de la Providencia en vez de en las suyas, para lo que le sobraba talento. Con ello, la novela incurre en el melodrama.
Dicho lo cual, homenajeemos con su lectura a las grandes novelistas inglesas del XIX y primeros del XX, un canon del que Mary Cholmondeley forma parte por derecho propio y que le vali¨® la amistad del mismo Henry James y la admiraci¨®n de Virginia Woolf.
Diana Tempest
Traducci¨®n de Ricardo Garc¨ªa P¨¦rez
Nocturna, 2022
480 p¨¢ginas. 21 euros
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