La ¨®pera espa?ola siempre llama tres veces
La nueva temporada musical cl¨¢sica arranca con un ins¨®lito protagonismo de obras l¨ªricas nacionales de nuevo cu?o que atestiguan la pujanza del g¨¦nero
La posibilidad, la vigencia o, incluso, la existencia misma de la ¨®pera espa?ola ¡ªcomo ¨¢rbol frondoso y de hoja perenne, no como flor de un d¨ªa¡ª es una encrucijada que viene de lejos y que ha dado casi lugar a m¨¢s debates y pol¨¦micas que a partituras representables propiamente dichas. El Teatro Real, la Fundaci¨®n Juan March y el ...
La posibilidad, la vigencia o, incluso, la existencia misma de la ¨®pera espa?ola ¡ªcomo ¨¢rbol frondoso y de hoja perenne, no como flor de un d¨ªa¡ª es una encrucijada que viene de lejos y que ha dado casi lugar a m¨¢s debates y pol¨¦micas que a partituras representables propiamente dichas. El Teatro Real, la Fundaci¨®n Juan March y el Teatro de la Zarzuela apuestan con fuerza este oto?o, tras el par¨®n veraniego, por, cuando menos, su pervivencia, convocando a sus p¨²blicos a los estrenos de tres nuevas creaciones de Marisa Manchado, Jorge Fern¨¢ndez Guerra y Arturo D¨ªez Boscovich. Sobre el papel, todo apunta a que ser¨¢n muy diferentes entre s¨ª: por sus fuentes literarias, por los medios puestos a su disposici¨®n, por la trayectoria musical de sus autores y por su esencia ¨²ltima.
La primera aproximaci¨®n de Marisa Manchado a la ¨®pera se produjo en el marco de aquella hist¨®rica serie de encargos que se estrenaron en la Sala Olimpia de Madrid: El cristal de agua fr¨ªa, con libreto de Rosa Montero, se dio a conocer en 1994, cerrando un c¨ªrculo que hab¨ªa empezado a trazar precisamente Jorge Fern¨¢ndez Guerra siete a?os antes con su propia opera prima, Sin demonio no hay fortuna, a partir de un argumento f¨¢ustico (o mefistof¨¦lico) ideado por Leopoldo Alas. Y el sino ¡ªla fortuna, vaya¡ª ha querido que los nombres de ambos compositores vuelvan a unirse tres d¨¦cadas despu¨¦s, esta vez con una sincron¨ªa mucho mayor, en la reapertura de los teatros tras el descanso estival. Para rizar el rizo de las coincidencias, Manchado retoma el g¨¦nero con una ¨®pera basada nada menos que en La Regenta, el opus magnum del bisabuelo de quien hab¨ªa sido el libretista de su compa?ero de generaci¨®n.
¡®La Regenta¡¯ ¡°tiene tanta fuerza que en cierta manera ha impuesto su propia sonoridad, ha exigido un tipo de discurso musical espec¨ªfico al servicio del drama¡±, asegura Marisa Manchado
La iniciativa de la ¨®pera parti¨® de Amelia Valc¨¢rcel, que fue quien, sin encargo previo, eligi¨® a Manchado para poner m¨²sica a su adaptaci¨®n cantable de la novela de Clar¨ªn. Lo que se ver¨¢ a finales de octubre en las Naves del Espa?ol en Matadero, en connivencia con el Teatro Real, es una versi¨®n reducida ¡ªen duraci¨®n y recursos¡ª que su autora ve como la secuela natural de sus dos incursiones oper¨ªsticas anteriores (la citada El cristal de agua fr¨ªa y Escenas de la vida cotidiana), desligada incluso de sus referentes naturales en este ¨¢mbito (Mauricio Kagel, Georges Aperghis y Heiner Goebbels), ¡°porque el drama tiene tanta fuerza que en cierta manera ha impuesto su propia sonoridad, ha exigido un tipo de discurso musical espec¨ªfico al servicio del drama, subsidiario incluso, dir¨ªa yo, una m¨²sica al servicio de un drama de ambientes, donde los personajes est¨¢n al servicio de estos, que para m¨ª son universales y atemporales, van m¨¢s all¨¢ de una localizaci¨®n espec¨ªfica y de una historia concreta, aunque ya s¨¦ que, en el imaginario colectivo espa?ol, La Regenta es Vetusta y Ana Ozores y el Magistral¡±.
Quien recuerde la extraordinaria m¨²sica que compuso para interpretarse durante una proyecci¨®n de la pel¨ªcula La pasi¨®n de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer, en el Teatro de la Zarzuela en 2006, no habr¨¢ podido olvidar la perfecta simbiosis que supo crear entonces Manchado entre sonidos e im¨¢genes. El desaf¨ªo incluye ahora la palabra cantada, el gran leviat¨¢n al que se enfrenta todo operista. Jorge Fern¨¢ndez Guerra, cr¨ªtico musical de EL PA?S, public¨® en 2009 Cuestiones de ¨®pera contempor¨¢nea. Met¨¢foras de supervivencia, una lectura tan necesaria y esclarecedora hoy como entonces. Aparte de reflexionar como te¨®rico sobre la viabilidad del g¨¦nero, lo ha cultivado como compositor y libretista de sus propias ¨®peras: a Sin demonio no hay fortuna le siguieron Tres desechos en forma de ¨®pera, Angelus novus y Un tiempo enorme, en las que alientan, respectivamente, los esp¨ªritus de Erik Satie, Walter Benjamin y Samuel Beckett. La espoleta ha sido ahora una fotograf¨ªa de Bill Brandt del monumento f¨²nebre de un empresario catal¨¢n en el cementerio de Montju?c en Barcelona. Pero lo que le incit¨® a componer La muerte y el industrial no han sido el personaje y su ¨¦poca: ¡°Lo que me motivaba, me produc¨ªa inter¨¦s e inquietud¡±, explica, ¡°era la idea de necesitar dejar una marca memorial, de buscar de alguna manera la inmortalidad¡±, muy en consonancia con la frase de Michel Foucault: ¡°Alcanzar la inmortalidad es la m¨¢xima aspiraci¨®n del poder¡±.
La Fundaci¨®n Juan March, que la estrenar¨¢ en diciembre, ha decidido a?adir una muesca de riesgo m¨¢s en su formato Teatro musical de c¨¢mara, dando cabida por primera vez a una obra nueva de un autor vivo, con cuatro cantantes y dos instrumentistas (viol¨ªn y clarinete) como ¨²nicos mimbres para construir una propuesta cargada de referencias literarias y decidida a ¡°encontrar una relaci¨®n c¨¢lida entre canto y texto¡±. El reto mantiene las espadas en alto, claro, pero ¡°el peque?o formato ha reducido considerablemente el n¨²mero y el tama?o de la inflamaci¨®n de los abundantes chichones que pueblan las cabezas de mis colegas y de m¨ª mismo¡±, afirma el compositor madrile?o.
Mucho menos se sabe de los entresijos de la transformaci¨®n oper¨ªstica de otro gran cl¨¢sico de la literatura espa?ola, El caballero de Olmedo, confiada a Arturo D¨ªez Boscovich, m¨¢s conocido como director de orquesta de musicales tanto en la Gran V¨ªa de Madrid como en el Teatro del Soho de M¨¢laga, su ciudad natal, y que debuta en el g¨¦nero. Que la adaptaci¨®n del original de Lope de Vega y la direcci¨®n de escena corran a cargo de Llu¨ªs Pasqual atempera los miedos, al igual que lo hace un muy solvente reparto vocal. El Teatro de la Zarzuela abrir¨¢ su nueva temporada en octubre con otra posible soluci¨®n al eterno sudoku oper¨ªstico espa?ol que diferir¨¢ no poco a buen seguro ¡ªen forma y fondo¡ª de las dos anteriores.
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