Gloria Anzald¨²a, la escritora que fue un cruce de caminos
Escrito con fragmentos en ingl¨¦s y en espa?ol, en verso y en prosa, autobiogr¨¢fico y ensay¨ªstico a la vez, el libro de la autora chicana ¡®Borderlands / La frontera. The new mestiza¡¯ es una deslumbrante propuesta creativa y una implacable denuncia de las exclusiones de las mujeres
Vivir en la Frontera significa que t¨²/ no eres ni hispana india negra espa?ola/ ni gabacha, eres mestiza, mulata, h¨ªbrida (¡)/ Para sobrevivir en la Frontera/ debes vivir sin fronteras/ ser un cruce de caminos.
Gloria Anzald¨²a
Territorio de mezclas y disputas, de sue?os y violencias, nuestra frontera norte ¡ªesa herida en el territorio mexicano¡ª no s¨®lo es geogr¨¢fica y pol¨ªtica, sino, sobre todo, simb¨®lica. Celebrada, temida y cantada a uno y otro lado del r¨ªo Bravo a lo largo de las d¨¦cadas, encuentra en la obra de Gloria Anzald¨²a uno de sus rostros m¨¢s ricos y complejos.
Anzald¨²a naci¨® en 1942, en el valle de Texas; un territorio empobrecido, con una fuerte presencia de campesinos mexicano-americanos, marcado por la explotaci¨®n agr¨ªcola y la precariedad laboral. De familia chicana de s¨¦ptima generaci¨®n, podr¨ªa haber dicho, junto con la banda sinaloense Los Tigres del Norte, ¡°yo no cruc¨¦ la frontera, la frontera la cruz¨®¡±, ya que el Estado de Texas, junto con otros 2.300.000 kil¨®metros cuadrados, pasaron a manos de Estados Unidos en 1848, de acuerdo con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo.
Sobre su lugar de nacimiento, escribe, ¡°donde el tercer mundo, al rozarse contra el primero, sangra. Cada vez que la herida comienza a cicatrizar, la hemorragia vuelve y derrama las esencias vitales de dos mundos que, al mezclarse, dan origen a un nuevo pa¨ªs que no es ni el uno ni el otro: la cultura de la frontera¡±.
Y es tratando de entender esa cicatriz que no cierra nunca que escribe su obra m¨¢s importante, Borderlands / La frontera. The new mestiza, publicada en 1987. La ¡°nueva mestiza¡± del t¨ªtulo es ese ¡°cruce de caminos¡±, ese ¡°no lugar¡± que es todos los lugares, la no pertenencia como todas las pertenencias; no es el mestizaje tranquilizador y celebratorio creado por el discurso oficial mexicano como base de la identidad oficial, sino aquel que es sin¨®nimo de desgarramiento.
Podemos leer toda su obra como el deseo de volver ¡°productivo¡± ¨¦tica y pol¨ªticamente este desgarramiento. Su ¡°ser fronterizo sin fronteras¡±, su ser ¡°cruce de caminos¡± se volver¨¢ entonces el principal instrumento de relaci¨®n con el mundo.
El tema del mestizaje implica para ella sobre todo ruptura de lenguajes, ruptura de l¨ªmites y de formas de la producci¨®n art¨ªstica. Escrito con fragmentos en ingl¨¦s y en espa?ol, en verso y en prosa, autobiogr¨¢fico y ensay¨ªstico a la vez, el libro es una provocadora y deslumbrante propuesta creativa y una implacable denuncia de las m¨²ltiples segregaciones y exclusiones de las mujeres. Consciente del modo en que se cruzan en cada una el cuerpo, la raza, el g¨¦nero y la clase social, hace estallar esos l¨ªmites a trav¨¦s de un transitar po¨¦tico irreverente, dolido y libertario.
?Qui¨¦n fue esta poeta y activista que se neg¨® a silenciar su lengua, su cuerpo, su deseo (sexual, pol¨ªtico, creativo)? ?Qui¨¦n es hoy despu¨¦s de haber escrito una de las obras m¨¢s estimulantes y propositivas del feminismo de la segunda mitad del siglo XX? ?Qui¨¦n es hoy despu¨¦s de haber muerto en la precariedad de los que carecen de un sistema de salud que los proteja? Siempre sostuvo que su vulnerabilidad f¨ªsica se deb¨ªa a las fumigaciones que los due?os de los campos hac¨ªan desde aviones que lanzaban sustancias t¨®xicas tanto sobre el terreno como sobre los trabajadores. Enferma de diabetes, no tuvo suficiente dinero para seguir las prescripciones del m¨¦dico.
Desde muy joven se sum¨® a la lucha chicana; sin embargo, el machismo de sus compa?eros la llev¨® a pensar en la necesidad de crear un espacio pol¨ªtico y de activismo espec¨ªfico de las mujeres, a partir del cual pudieran vincularse a otras mujeres racializadas (afro, ind¨ªgenas, latinas) no reconocidas por el feminismo hegem¨®nico, blanco, heterosexual y de clase media letrada. De la conciencia de estos lazos surgi¨® el excepcional libro Esta puente, mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, que imagin¨® en conjunto con Cherr¨ªe Moraga. Su opci¨®n sexual las coloca en un sitio de a¨²n mayor exclusi¨®n y marginalidad. ¡°En este pa¨ªs el lesbianismo es una pobreza, como ser oscura, como ser mujer¡¡±.
?Qu¨¦ soy yo?, se pregunta Anzald¨²a: ¡°Una lesbiana feminista tercermundista inclinada al marxismo y al misticismo. Me fragmentar¨¢n y a cada pedazo le pondr¨¢n una etiqueta¡±.
Pero sabe que ni la geograf¨ªa, ni la lengua, ni el cuerpo conocen de divisiones r¨ªgidas. Su obra mestiza, mulata, h¨ªbrida crea as¨ª nuevos modos po¨¦ticos y pol¨ªticos para las m¨²ltiples formas de ser un cruce de caminos.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.