Barcelona Gallery Weekend: sinfon¨ªa de cuerpos y ancestros
Con abundantes piezas hechas con materiales b¨¢sicos como el barro y el vidrio, las 27 muestras del Barcelona Gallery Weekend se presentan como una unidad compacta
En su introducci¨®n a La historia del arte, recientemente publicada en formato bolsillo (17? edici¨®n, Phaidon), E. H. Gombrich afirmaba, ya de primeras, que ¡°no existe el arte, tan solo hay artistas, en otros tiempos hombres que cog¨ªan tierra coloreada y dibujaban toscamente las formas de un bisonte sobre las paredes de una cueva. Hoy compran sus colores y trazan carteles para las estaciones del metro. Entre unos y otros han hecho muchas cosas los artistas¡±. As¨ª pues, arte ser¨ªa una multiplicidad de cosas, desde los ingenios de Leonardo a los bloques de sebo de Beuys, e incluir¨ªa las diferentes pr¨¢cticas para su comercializaci¨®n (Hirst, Banksy), tambi¨¦n su negaci¨®n (Duchamp).
A muchos nos gustar¨ªa ver en la realidad lo que hay en los museos: un unicornio (la utop¨ªa realizada), un colorido huerto en una cabeza de Arcimboldo o el perro filos¨®fico de Goya. Pero en verdad el arte no es algo misterioso, a pesar de esas absurdas im¨¢genes de decenas de tel¨¦fonos m¨®viles frente a una ¡°obra maestra¡±, como si se quisiera atrapar su aura, el fastidio del retrato quiz¨¢s. Los intentos de acercar el arte a la gente han dado sus frutos, pero a costa de sublimar, tambi¨¦n de pervertir, esa ¨ªntima relaci¨®n de la obra con el artista, inseparable de su entorno social, que en esencia parece no haber cambiado desde las primeras pinturas hechas por mujeres (y hombres) en las cuevas.
El Barcelona Gallery Weekend es uno de esos experimentos de la ¡°industria del arte¡± que busca fidelizar a los diferentes p¨²blicos, crear relaciones afectivas entre observador/coleccionista y obra. Esta novena edici¨®n se desarrolla en los principales circuitos galer¨ªsticos de una ciudad que ahora se ve a s¨ª misma capaz de aventajar a Madrid, como ocurri¨® hace un par de d¨¦cadas, no tanto en mercado pero s¨ª en emprendimiento e inventiva institucional.
La de este oto?o se presenta como una sinfon¨ªa notable y muy compacta en tem¨¢ticas en torno a las representaciones del cuerpo humano en su imaginer¨ªa m¨¢s arcaica, en ese linaje ancestral desde las cavernas prehist¨®ricas. La mayor¨ªa de las piezas est¨¢n hechas con materiales muy b¨¢sicos: barro, vidrio, pinturas, textiles, esparto, metales y piedra. Destacamos las mejores en una selecci¨®n hecha en bloques de cuatro movimientos, entre las 27 exposiciones de Barcelona, L¡¯Hospitalet y Vilafranca del Pened¨¨s.
Ahora Barcelona se ve capaz de aventajar a la capital en emprendimiento e inventiva institucional
Primero. La sinfon¨ªa de cuerpos de Patricia Dauder (ProjecteSD), Sandra Monterroso (Zielinsky) y Yolanda Tabanera (Artur Ramon) son representaciones de los espacios de reclusi¨®n o de la feminidad desde dentro. En el caso de Dauder, son lugares ¨ªntimos que muestran rastros de anteriores vidas en mobiliarios intangibles que parecen t¨®tems, en paredes despintadas de una sutileza extraordinaria. Las de Tabanera son m¨¢s troglod¨ªticas, el cuerpo percibido desde su interior: bocas, brotes, vaginas, ¨²teros y ojos son de un surrealismo que invita a escarbar dolorosamente en nuestra psique. Monterroso aborda el despojo cultural y territorial de la poblaci¨®n maya a trav¨¦s de hileras de lana coloreada y v¨ªdeos donde juega a romper ollas de barro.
Los dibujos hechos a tinta china de Berta C¨¢ccamo (Ana Mas Projects) son de un primitivismo esencial, pues conecta lo que parecen los flujos internos del cuerpo con una idea del cosmos. Lola Lasurt (Joan Prats) ofrece un arriesgado tour de force entre comisaria y artista que le sirve para poner en valor las cer¨¢micas de la poco conocida obra de Esther Guill¨¦n (1946), con influencias de la vanguardia anterior a la Guerra Civil. Para Oriol Vilapuig (RocioSantaCruz), el cuerpo se conforma en su movimiento y en los rastros que deja; y para Anne-Lise Coste (NoguerasBlanchard) solo existe en resistencia, descomprimido, para despu¨¦s estallar en el cuerpo social. En las obras de Alberto Peral y Luis Bisbe (Galer¨ªa Alegr¨ªa), el cuerpo es rotundo, embiste, penetra, tambi¨¦n son huecos, ruinas romanas bajo los focos en un cubo blanco destartalado.
Segundo. Adagio. Joan Fontcuberta (?ngels Barcelona) exhuma fotograf¨ªas malogradas de antiguos paisajes alpinos que encuentra en un archivo italiano y con un microscopio electr¨®nico retrata los cultivos de polvo y moho. La fotograf¨ªa es materia viva que surge de una imagen verdadera; y tambi¨¦n la imagen inversa, la serie de setas imaginarias creadas con un programa de inteligencia artificial. Devoramos im¨¢genes y tambi¨¦n somos devorados por ellas. M¨¢s minimalista, Ignasi Aball¨ª (Palmadotze) usa fotograf¨ªas sacadas de peri¨®dicos y las reduce a un solo p¨ªxel.
Tercero. Minueto. A trav¨¦s de pel¨ªculas, objetos, impresiones y textiles, ?Bouchra Khalili (ADN) indaga en las met¨¢foras benjaminianas del poder de las im¨¢genes en movimiento y la narraci¨®n como tecnolog¨ªas para invocar los fantasmas del futuro. Las cartograf¨ªas afectivas de Brasil, de Anna Bella Geiger (Marlborough), cuestionan el ir y venir del tiempo en papiros, mapas y montajes, crea un cuerpo ideologizado, pol¨ªtico pero tambi¨¦n ling¨¹¨ªstico, la gran oreja de las corporaciones-Estados que vigilan a los que ahora empiezan a estar vigilantes.
Cuarto. Allegro vivo/morto. Refinada colectiva de campos de color de algunos de los grandes pintores abstractos del siglo XX, en la galer¨ªa Marc Dom¨¨nech.
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