La periodista Marit Kapla escucha en Osebol las voces del fin del mundo
Tras la estela de la literatura de Svetlana Aleksi¨¦vich, la reportera sueca narra la historia de su agonizante pueblo a trav¨¦s de los testimonios de sus 40 habitantes
El a?o 2015, Svetlana Aleksi¨¦vich gan¨® el Nobel de Literatura con lo que llevaba haciendo toda su vida. Lo que llevaba haciendo toda su vida era escuchar. Colocarse en el epicentro de aquello que quer¨ªa contar ¡ªc¨®mo era la vida en la Rusia sovi¨¦tica, o qu¨¦ recuerdan las mujeres del Ej¨¦rcito Rojo, eso hizo en El fin del Homo sovieticus y La guerra no tiene rostro de mujer¡ª, y, grabadora y cuaderno en mano, tomar nota del asunto como quien toma el pulso del mismo. La forma en que lo transformaba en Literatura, con may¨²sculas, colocaba al lector ¡ªy lo sigue haciendo cada vez que se abre uno de sus libros¡ª en aquel epicentro en el que ella estuvo una vez, escuchando esas voces, confundi¨¦ndolas, y armando por su cuenta una historia hecha de historias magistralmente dirigida por quien sosten¨ªa la batuta de la supuesta improvisada narraci¨®n: ella misma.
Sorprendentemente, el llamado periodismo de voces ¡ªo la literatura confesional colectiva, a la vez documento hist¨®rico y activismo pol¨ªtico contempor¨¢neo m¨¢s que necesario¡ª no sufri¨®, despu¨¦s del logro de Aleksi¨¦vich, ning¨²n terremoto. No surgieron infinidad de obras por el estilo que hubiesen estado esperando su momento ¡ªel momento en el que la Academia Sueca decidi¨® que tambi¨¦n eran Literatura, con may¨²sculas, alumbr¨¢ndolas con su potente foco mundial¡ª , porque tal vez no las hab¨ªa. O no las hab¨ªa de semejante tama?o. Pero, quiz¨¢, su triunfo hizo pensar a la periodista Marit Kapla (Osebol, Suecia, 53 a?os) que val¨ªa la pena intentar seguir sus pasos, y llevar la condici¨®n de libro parlante algo m¨¢s lejos, formalmente hablando. Por eso la publicaci¨®n de Osebol tiene algo de milagroso, de inesperado y curioso hallazgo.
La historia es la siguiente. Un peque?o pueblo escondido en el bosque, al norte de Suecia, agoniza. Su nombre es Osebol. La automatizaci¨®n de la industria maderera, y lo prometedor de aquello que ofrecen las ciudades, ha ido alejando a sus habitantes de tan id¨ªlico y a la vez asfixiante lugar. En el momento en el que Kapla inicia su investigaci¨®n ¡ªes decir, como Aleksi¨¦vich, se coloca en el epicentro de aquello que quiere retratar y enciende la grabadora¡ª quedan apenas unos 40 habitantes, y son sus voces las que dibujan no ¨²nicamente lo que queda del lugar, sino lo que se siente dentro de ¨¦l, y lo que se a¨²n se hace. El hecho de que la autora naciera all¨ª tiene que ver con la forma en que ha decidido que sea el propio pueblo quien se cuente a s¨ª mismo, en un alarde casi po¨¦tico de fuerza bruta, pues las l¨ªneas salpican la p¨¢gina como versos dur¨ªsimos.
Hay, en Osebol, ni?os pidi¨¦ndole al viejo ?ke Axelsson ¡ªque viaj¨® a ?frica y tuvo una madre que nunca le cont¨® por qu¨¦ se enfadaba, que a¨²n sigue pensando en su abuelo y est¨¢ con ¨¦l todos los d¨ªas, por m¨¢s que ¨¦l mismo sea un abuelo¡ª que les cuente historias, y no le dejan no hacerlo ¡ªesperan y esperan¡ª, y una mujer, Ingrid Sarnefors, que se sienta en la nieve siempre que quiere detener el tiempo, y otra Annemarie, que so?aba con poner en marcha un negocio de canoas, pesca y senderismo y tuvo que conformarse con una tienda de muebles. La suma de sue?os rotos y desv¨ªos y maneras de hacer frente al fin de un mundo ¡ªOsebol, y el mundo, como era cuando todo empez¨® para cada uno de ellos, y de nosotros¡ª de las 40 almas que pueblan el volumen se erige en majestuoso edificio monumental (y universal) sobre todo lo que se pierde, inevitablemente, con el tiempo.
Osebol
Traducci¨®n de Carmen Montes Cano
Capit¨¢n Swing, 2023
824 p¨¢ginas. 28,50 euros.
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