Lo nuevo de Andr¨¦ 3000, Van Morrison, Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo, Mon Laferte y otros discos del mes
Los cr¨ªticos musicales de ¡®Babelia¡¯ seleccionan los ¨¢lbumes m¨¢s destacados de las ¨²ltimas semanas
La nueva era de Andr¨¦ 3000
Por Xavi Sancho
Andr¨¦ 3000?
Epic / Sony
Una de las peores cosas que nos dej¨® la pandemia, al margen de las muertes, fueron las reinvenciones. Reg¨¢lale al ser humano tiempo para pensar, en masa y a lo bestia, y terminar¨¢ como hemos terminado nosotros, con cientos, miles, casi millones de analistas financieros convertidos en criadores de gallinas felices, abogados que han devenido alfareros, consultores regentando hoteles rurales o empresarios entregados a la divulgaci¨®n del yoga y el bienestar. Pero cuando ya cre¨ªamos que este frenes¨ª reinventor no pod¨ªa darnos m¨¢s sorpresas, llega uno de los miembros del combo de hip hop m¨¢s importante de los ¨²ltimos 25 a?os mutado en flautista new age. De todos los instrumentos que ten¨ªa a su disposici¨®n Andr¨¦ 3000, tuvo que elegir la flauta, pero no para reencarnarse en Ian Anderson de Jethro Tull, sino para hacer exactamente la m¨²sica que imaginas que escucha un tipo que era consultor en una multinacional y que ahora hace platos y vasijas desde una masia reformada en el Baix Empord¨¤.
Como documento sociol¨®gico, New Blue Sun tiene el mismo valor que tienen El Mundo Today o The Onion como notarios de las inconsistencias del ser humano en el siglo XXI. Todo aqu¨ª es una conducci¨®n hasta el paroxismo de la cultura del bienestar, la meditaci¨®n, lo new age y la postura del bast¨®n de cuatro apoyos. Clave es la presencia casi tot¨¦mica en el disco de Carlos Ni?o, un percusionista alrededor del cual se ha amalgamado una escena basada en el ambient jazz, la improvisaci¨®n y la m¨²sica de bienestar en Los ?ngeles, y de cuyas primeras aventuras musicales junto a Andr¨¦ 3000 se gest¨® la idea del disco. Ni?o es el cham¨¢n de todo esto.
A pesar de que casi todas las teclas que toca el exl¨ªder de Outkast en este ¨¢lbum parecen material para un Pantomima Full memorable, lo cierto es que, tras repetidas escuchas, el flujo de los temas, que van del ruido de fondo a la m¨²sica de ascensor, hasta en ocasiones derivar en lo que es probable que escuchemos el d¨ªa en que explote el cosmos, termina calando en el oyente. Y sin darte apenas cuenta ya est¨¢s entrando en Amazon para ver si hay Black Friday en t¨²nicas blancas.
Discos as¨ª deben lanzarse decenas cada semana, casi tantos como libros de autoayuda se publican o nuevas versiones del yoga aparecen en TikTok. La diferencia es que ninguno de esos ¨¢lbumes lo firma un tipo con este pedigr¨ª, lo que hace doblemente complicado poner en valor este New Blue Sun, pues a lo poco intuitivo del autor se une lo poco intuitivo del sonido. Si Outkast eran geniales (y mucho), esto tambi¨¦n debe serlo. O no.
La verdad, incluso a pesar de su insondable complejidad, quien esto escribe est¨¢ seguro de que se sentir¨ªa m¨¢s c¨®modo comentando la Declaraci¨®n Balfour o Memorando de Estudio de Seguridad Nacional 200: Implicaciones del Crecimiento de la Poblaci¨®n Mundial para la Seguridad de EE UU e intereses de Ultramar, que dirigi¨® Henry Kissinger en 1974, que estos sonidos, que le resultan extremadamente ajenos y ligeramente molestos. Eso s¨ª, como aquel documento dirigido por el finado diplom¨¢tico, lo mejor de Andr¨¦ 3000 son los t¨ªtulos. Largos e ir¨®nicos, nos recuerdan que no debemos tomarnos demasiado en serio, ni lo que nos gusta, ni lo que no, ni mucho menos lo que no entendemos.
Van Morrison, sin sorpresas ni tropiezos
Por Fernando Neira
Van Morrison?
Exile / Universal
Ni los m¨¢s acreditados devotos logran ¨²ltimamente seguirle el paso al felino norirland¨¦s, que desde Keep Me Singing (2016) ha encadenado una decena de ¨¢lbumes oficiales, muchos de ellos dobles. ?Insaciabilidad creativa, arrebato de orgullo, firme empe?o de que a sus 78 a?os no se le quede nada en el tintero o una manera de asegurarles el porvenir a las generaciones venideras? Puede que un poco de todo, qui¨¦n sabe. Estas 19 canciones representan el segundo lanzamiento de la temporada (o tercero, si anotamos la entrega de piezas instrumentales Beyond Words, que Morrison solo despacha a trav¨¦s de su web) y tienen mucho que ver con su antecesor de la primavera, Moving On Skiffle, donde tambi¨¦n reinventaba aquellas piezas cl¨¢sicas de los cincuenta con las que ¨¦l fue cimentando su pasi¨®n mel¨®mana en el turbulento Belfast de su adolescencia. Morrison manufactura este nuevo lote sin despeinarse, tirando de memoria sentimental y tan aferrado a su formaci¨®n cl¨¢sica que no hay margen ni para la sorpresa ni para el tropiezo. La novedad m¨¢s relevante, en verdad, la constituye la apelaci¨®n a la positividad, ins¨®lita en un hombre poco propenso a las cordialidades e inmerso ¨²ltimamente en negacionismos y enfurru?amientos varios. Esta vez, en cambio, su acercamiento a ¡®Red Sails in the Sunset¡¯, ¡®Problems¡¯, ¡®You Are My Sunshine¡¯, ¡®Shake Rattle and Roll¡¯ o el superlativo ¡®Shakin¡¯ All Over¡¯ es tan franco, c¨¢lido y luminoso que ¡ª?ojal¨¢ no nos equivoquemos¡ª casi le sentimos sonre¨ªr. Darle esquinazo a la iracundia le sienta bien al Le¨®n, aunque sus rugidos se hayan vuelto complacientes y previsibles. Pero sus soplidos toscos y dislocados al saxo alto o la compa?¨ªa de los amigos Chris Farlowe y el desaparecido Jeff Beck en ¡®Lonesome Train¡¯ nos reconcilian con casi todo. Eso s¨ª: lo siguiente, por favor, de cosecha propia.
Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo abre su alma
Por Ferm¨ªn Lobat¨®n
Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo?
Sony
El manifiesto que acompa?a al segundo disco de Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo es una declaraci¨®n de intenciones de la artista, que nos abre su alma como lo hace en cada uno de los temas que, con gran capacidad de seducci¨®n, plasman su prop¨®sito: una suerte de autorretrato y relato personal. A¨²n joven, en su discurso se percibe una incipiente madurez y, sobre todo, una rotunda afirmaci¨®n de su identidad frente a las muchas identidades y diversidades que nos rodean. Ella las quiere celebrar y con ellas se funde ampliando su otro discurso, el musical, que presenta poblado de nuevas influencias de car¨¢cter muy plural. Sin apenas guitarra y con un cante menos melism¨¢tico, el anclaje flamenco anterior queda diluido ante la presencia, muy diversa y elegante, de los m¨²ltiples efectos y recursos electr¨®nicos que la arropan.
El manifiesto visceral de Laura Veirs
Por Laura Fern¨¢ndez
Laura Veirs?
Raven Marching Band
He aqu¨ª un delicado y curioso experimento. Durante ocho a?os, Laura Veirs, la cantautora de Portland con 13 discos a sus espaldas, grab¨® una serie de canciones en el comedor de su casa, siempre a solas, con su tel¨¦fono m¨®vil. Tratan, dice, de amigos y amantes, de qui¨¦n era Veirs en cada momento y de c¨®mo se sent¨ªa dentro del mundo. Y no suena otra cosa que su guitarra ac¨²stica que, a veces, casi siempre, da pie a una melancol¨ªa poderosa y honesta (¡®The Archers¡¯) y otras se aligera y juega a intimar consigo misma (¡®Valentine¡¯). El resultado, en tiempos de sobreproducci¨®n e impostura, recuerda lo visceral, e ¨ªntimo, lo ya perfecto, de cada canci¨®n cuando nace. Un manifiesto con aspecto de ser mucho m¨¢s que un valioso (¡®Next One, Maybe¡¯) ¨¢lbum de demos.
Mon Laferte; pocos medios, brillantes fines
Por Javier Losilla
Mon Laferte?
Universal
La autopoiesis es la capacidad de un sistema molecular para reproducirse y mantenerse por s¨ª mismo. Mon Laferte ha adjetivado ese t¨¦rmino para titular su nuevo ¨¢lbum y, de paso, titularse a s¨ª misma. Pese a afirmar que es su disco de renacimiento, la cantante est¨¢ en transformaci¨®n constante desde su despegue como artista. La novedad reside en que es un disco armado con pocos instrumentos y mucha tecnolog¨ªa, pero la clave no est¨¢ tanto en los medios como en los fines. Y estos revisan desde el trip hop al reguet¨®n, pasando por la cumbia y el tango electr¨®nicos, el bolero y una rompedora revisi¨®n de ¡®Casta diva¡¯. Aqu¨ª hay feminismo, amores perros, erotismo, un disco brillante y mucho talento. Autopoiesis musical, vaya.
A la madre de Sofia Kourtesis
Por Beatriz G. Aranda
Sofia Kourtesis?
Ninja Tune / PIAS
La tercera canci¨®n del debut de la productora peruana asentada en Berl¨ªn Sofia Kourtesis, un alegre pasaje dance de seductora melod¨ªa y groove profundo, define la esencia de este disco. El tema se titula ¡®Vajkoczy¡¯, como el apellido del neurocirujano que se atrevi¨® a operar (con ¨¦xito) a su madre de un complicado c¨¢ncer. Sin renunciar al castellano ni a las voces cristalinas del house cl¨¢sico, empujada por una producci¨®n que hace hincapi¨¦ en los patrones progresivos y en el sampling desde una ¨®ptica pop, Kourtesis ofrece un ¨¢lbum optimista y evocador dedicado a su madre, que no renuncia a las pistas de baile. Algo as¨ª como si Axel Boman, Mat¨ªas Aguayo y Jady G se hubieran ido de rave juntos por alg¨²n bosque del hemisferio sur.
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