¡®Los bajos fondos del coraz¨®n¡¯: un misterio sin fin
Eugenio Fuentes firma un ensayo donde propone un planteamiento te¨®rico para la novela negra, que vive un momento de eclosi¨®n en el que muchos escritores han pasado de concentrarse en la denuncia social a la expresi¨®n de las emociones
Justo en la mitad de Los bajos fondo del coraz¨®n. Las emociones en la novela negra, un libro en el que Eugenio Fuentes nos ha prometido reflexionar sobre las caracter¨ªsticas pasadas y presentes del g¨¦nero de la novela negra, el autor coloca una cita de Montaigne ¡ªcreador de otro g¨¦nero literario, el ensayo¡ª, escrita hace cinco siglos y donde el humanista franc¨¦s nos advierte: ¡°Hay m¨¢s quehacer en interpretar las interpretaciones que en interpretar las cosas, y m¨¢s libros sobre los libros que sobre otro tema: no hacemos si no glosarnos unos a otros. Es un hormiguero de comentarios; de autores, hay gran escasez¡±.
Escrita, en una ¨¦poca en que, al decir del mismo Eugenio Fuentes ¡°todav¨ªa se dispon¨ªa de m¨¢s tiempo que libros, frente a la actualidad, en la que tenemos m¨¢s libros que tiempo¡±, las palabras del fil¨®sofo renacentista sorprenden con su vigencia: vivimos en un hormiguero de libros sobre libros y, ante la falta de tiempo, la mayor¨ªa de esos libros no son le¨ªdos, ni siquiera por los lectores que se dedican a escribir libros.
No pretendo jugar con las palabras ni los conceptos, apenas comenzar diciendo que Los bajos fondos del coraz¨®n, el reci¨¦n editado ensayo de Eugenio Fuentes, donde el novelista habla mucho de libros, es uno de los que merece la pena ser le¨ªdo, no solo por los que escribimos, y no solo por los que cultivamos la novela negra. Porque Eugenio Fuentes no se limita a examinar textos, a recorrer la historia de las novelas de misterio y el da?o (los dos ingredientes imprescindibles para adscribir un relato al g¨¦nero, afirma el ensayista), sino que se vale de estos puntales, que por momentos parecen un pretexto, para realizar un recorrido por diversos caminos de la cultura ¡ªen todas sus manifestaciones¡ª que tributa al o participa directamente del g¨¦nero que hoy reconocemos como novela negra. Y en esa marcha, diacr¨®nica y sincr¨®nica, el ensayista va abriendo ventanas que nos asoman a otras ventanas, que revelan la existencia de otras ventanas y al final nos regala una obra de una motivadora erudici¨®n.
Como sugiere desde el t¨ªtulo de la obra, el creador del detective Ricardo Cupido (Las manos del pianista, Contrarreloj, Piedras negras, entre otras) no pretende historiar el g¨¦nero, pues lo que hace es revisarlo desde una perspectiva diferente, que permite una inmersi¨®n en el tema mucho m¨¢s sugerente que el habitual recorrido del historiador de la literatura.
La actual eclosi¨®n de la novela negra no ha sido acompa?ada de un desarrollo te¨®rico paralelo, asegura el estudioso y se lanza en busca de pistas para validar la existencia y la pertinencia del g¨¦nero y su arco va desde los juicios b¨ªblicos de Salom¨®n hasta sus propias novelas protagonizadas por Ricardo Cupido, deteni¨¦ndose en los hitos indispensables: Poe, Conan Doyle, Agatha Christie, y por supuesto, Hammett, Chandler y una larga lista de contempor¨¢neos. Pero mientras avanza, Eugenio Fuentes ¡ªasom¨¢ndose a las ventanas mencionadas¡ª se detiene lo mismo en obras de artes pl¨¢sticas que en productos cinematogr¨¢ficos que, de alg¨²n modo, complementan la pertinencia de sus apreciaciones sobre este g¨¦nero literario.
Quiz¨¢s la tesis central del ensayo est¨¦ enunciada con esta afirmaci¨®n: ¡°[...] La novela negra est¨¢ borrando los l¨ªmites que la separaban de otros g¨¦neros en un permanente trasvase de temas y estilemas, y ha dejado de ser un compartimento estanco¡±. A partir de ah¨ª, Fuentes examina distintos momentos y procesos que ata?en a esta novel¨ªstica, de los cuales, por una exigente cuesti¨®n de espacio, me centrar¨¦ en uno: el car¨¢cter social que hoy se le ha otorgado ¡ªy casi exigido¡ª a esta novel¨ªstica, una conexi¨®n con las realidades que puede desembocar en el compromiso.
¡°En primer lugar ¡ªafirma¡ª, planteo mi descuerdo sobre la repetida idea de que la novela negra es la portavoz responsable de denunciar los males sociales, la encargada (¡) de expresar el compromiso, una palabra que puede decir todo y puede no decir nada. (¡) Y en segundo lugar discrepo de la creencia de que el realismo es inmanente a la novela negra, cuando en m¨¢s de un aspecto es precisamente lo contrario¡±, como podr¨ªa demostrarlo casi toda la novela detectivesca anterior a Hammett y mucha de la posterior, incluida buena parte de esa exitosa novela negra n¨®rdica que en un solo libro puede tener m¨¢s cr¨ªmenes violentos que en todo un a?o de la realidad del pa¨ªs referido.
Y esto es as¨ª porque, fundamenta Fuentes, ¡°aunque la actual novela negra sea id¨®nea para expresar el malestar comunitario, para reflejar las inquietudes y temores de la sociedad y denunciar sus taras [¡], no puede limitarse a ese prop¨®sito. [¡] Pero si un texto solo es social, perder¨¢ su inter¨¦s cuando hayan desaparecido los intereses sociales que lo inspiraron y no tardar¨¢ en amarillear¡±.
Coincido con el colega Eugenio Fuentes en que, por fortuna, hay (y cada vez m¨¢s) escritores de novela negra a los que: ¡°M¨¢s que los bajos fondos de la sociedad, le interesan los bajos fondos del coraz¨®n y priorizan, antes que el mensaje ideol¨®gico, la solidez y coherencia de los personajes [¡] y la construcci¨®n de un relato que refleje la naturaleza humana desde sus m¨¢s profundas ra¨ªces y en todas sus dimensiones, con todos sus intereses [¡] y con todas sus inc¨®gnitas¡¡±.
Y al final concluye Eugenio Fuentes con una afirmaci¨®n que deber¨ªamos suscribir todos los artistas, incluidos, por supuesto, los que hemos escrito novela negra y pretendido reflejar los dramas de la condici¨®n humana en nuestras sociedades: ¡°Subordinarse a una doctrina es tratar de encerrar en un redil la inconmensurable riqueza de la novela, este prodigioso g¨¦nero literario que desde el siglo XIX nos ha dicho de todas las formas posibles, en todos los lugares, de qu¨¦ materia estamos hechos y ha mostrado, mejor que ning¨²n otro (discurso), la infinita variedad de motivos, pasiones, grandezas, debilidades, humillaciones, ofensas, amores, odios de un mill¨®n de personajes, las pasiones que todo el mundo conoce y ha sentido alguna vez y quiere saber lo que tambi¨¦n han sentido otros al sufrirlas¡±. Santa palabra, habr¨ªa dicho un trovador cubano. En fin, este es un libro no solo sobre libros que vale la pena distinguir en ese hormiguero de textos que hoy nos acechan.
Los bajos fondos del coraz¨®n. Las emociones en la novela negra
Tusquets, 2024
384 p¨¢ginas, 21 euros
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