¡®La tierra m¨¢s salvaje¡¯, un relato de frontera sin celebraciones testoster¨®nicas
Una mujer huye de un asentamiento ingl¨¦s en Virginia en el siglo XVII. La novela de Lauren Groff es una aventura ¨¦pica contra el hambre y el fr¨ªo, pero tambi¨¦n un alegato feminista, anticolonial y ecologista
Explica Lauren Groff que encontr¨® el germen de su ¨²ltima novela, La tierra m¨¢s salvaje, ojeando la revista Smithsonian en una sala de espera. El reportaje detallaba c¨®mo fue la vida en Jamestown, el primer asentamiento brit¨¢nico en el Nuevo Mundo. Construido en 1609 a orillas del r¨ªo James, en la actual Virginia, el fuerte fue un foco mortal de enfermedades sitiado constantemente por los nativos del lugar. Ya en los primeros a?os la asol¨® una hambruna que acab¨® con la mayor¨ªa de sus temerarios habitantes. Un detalle impresion¨® a la escritora y se qued¨® flotando en su subconsciente: un equipo de arque¨®logos encontr¨® all¨ª el cad¨¢ver de una chica de catorce a?os con signos inequ¨ªvocos de haber sido canibalizada.
Es de este fuerte siniestro de donde huye la protagonista en la primera p¨¢gina de la novela. Aunque ni el lugar ni la chica tienen nombre, y el bosque por donde corre despavorida podr¨ªa ser cualquiera lugar salvaje e indomesticado del planeta. Sabemos que es una criada, que vino en barco desde el viejo mundo y que mantiene febriles conversaciones con su consciencia, a la que identifica con la voz de Dios. La chica avanza sin pausa, asediada por horrores reales e imaginarios (la mayor¨ªa reales), como los soldados que sin duda la persiguen para castigar un enigm¨¢tico crimen, los ind¨ªgenas con la piel cubierta de arcilla que la ensartar¨ªan sin dudarlo, y, sobretodo, la naturaleza misma, ese misterio brutal e indiferente. Tiene el plan vago de dirigirse al norte, hacia las colonias francesas, donde espera refugiarse de la crueldad y la desesperaci¨®n de sus compatriotas. Lleva consigo tres o cuatro objetos robados del fuerte, que no incluyen un mapa a escala.
Un problema acuciante es el fr¨ªo: la chica avanza en el invierno absoluto que preced¨ªa a las ciudades, el asfalto y las emisiones de gas metano. El otro contratiempo es el hambre, que ya ven¨ªa acentuada por la hambruna en el fuerte. Esta combinaci¨®n de factores hacen que sea dif¨ªcil no pensar en La sociedad de la nieve, otra narraci¨®n ¨¦pica de supervivencia en condiciones g¨¦lidas y extremas. Un lector que conoce la distancia entre Virginia y Quebec sabe que la gesta que se propone la chica es tan improbable como volver vivo de doce semanas en los Andes. Ella misma no se hace ilusiones: ¡°sab¨ªa que el mundo era peor que salvaje, el mundo era impasible¡±. Y, sin embargo, el instinto de supervivencia puede m¨¢s que el miedo, y se traduce en una lucha repetitiva y extremadamente detallada por encender fuegos y conseguir refugio de los elementos. Tambi¨¦n agudiza su ingenio, y minimiza sus miramientos, a la hora de conseguir comida: beb¨¦s ardilla brutalmente decapitados, larvas, ostras, peces, bayas, miel robada directamente del panal.
Los relatos norteamericanos de frontera suelen ser celebraciones testoster¨®nicas del hombre solitario frente a la naturaleza. En La tierra m¨¢s salvaje la protagonista es femenina, lo que multiplica los potenciales peligros y convierte la novela en una met¨¢fora de lo que es ser mujer en el mundo. Gracias a sus enso?aciones y flashbacks, sabemos que la chica fue v¨ªctima de violencia sexual all¨¢ en la metr¨®poli. Su relaci¨®n con los hombres, a excepci¨®n de un amante que tuvo una muerte brutal, es de desconfianza y odio. La chica sabe que por mucho que anhele el calor de la comunidad, del amor conyugal y de la fe en Dios, solo se tiene a s¨ª misma. As¨ª es como esta Robinson Crusoe femenina del siglo XVII acaba encarnando una consciencia feminista ¡ªy, a medida que avanza su periplo, ecologista y anticolonial¡ª mucho m¨¢s propia de nuestros tiempos.
La tierra m¨¢s salvaje
Traducci¨®n de Ana Mata Buil
Lumen, 2024
264 p¨¢ginas. 18,91 euros
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