Fatalidad de la fotograf¨ªa (y c¨®mo superarla)
La calidad de la obra de Ram¨®n Masats no garantiza el valor de una exposici¨®n. La que le dedica la Fundaci¨®n Foto Colectania no explica la singularidad de su aportaci¨®n, la estructura de su obra y sus condiciones de producci¨®n

En un ensayo de 1972, el culto y exc¨¦ntrico Hollis Frampton se preguntaba si la fotograf¨ªa estaba fatalmente destinada a luchar eternamente con sus males inmemoriales. Como si la cultura fotogr¨¢fica, tras a?os de historia, no hubiera producido un corpus de pensamiento sino de meros objetos preciosos que se diferenciaban de la masa de fotograf¨ªas producida por nuestra cultura. Esa vieja pregunta ha resonado en mi memoria ante la actual exposici¨®n, ya p¨®stuma, de Ram¨®n Masats en la Fundaci¨®n Foto Colectania.
Esta era una exposici¨®n muy esperada de uno de los grandes fot¨®grafos de la ¡°nueva vanguardia¡± espa?ola, esa breve d¨¦cada de oro que va de 1955 a 1965. Revestido del mito de ¡°el mejor¡± de su generaci¨®n, Masats no hab¨ªa sido a¨²n objeto de una retrospectiva propiamente dicha en los ¨²ltimos 20 a?os, que es el periodo en que estos fot¨®grafos han empezado por fin a mostrarse de manera adecuada. Sin embargo, esta muestra me parece decepcionante: la calidad de la obra no garantiza el valor de la exposici¨®n. ?Qu¨¦ ha fallado?

La muestra, aun partiendo de un criterio de fidelidad a la obra hist¨®rica existente (un logro reciente), no sirve para explicar lo fundamental de este autor: la singularidad de su aportaci¨®n, la estructura de su obra y sus condiciones de producci¨®n. Un fot¨®grafo no amateur es un tipo peculiar de artista, su obra est¨¢ determinada por la actividad profesional, est¨¢ hecha para la p¨¢gina impresa, no para la exposici¨®n. En el caso de Masats, entre 1957 y 1964, su producci¨®n estuvo sobre todo determinada por sus reportajes para Gaceta Ilustrada. Entre 1965 y 1980, su trabajo se orient¨® al cine y la televisi¨®n, durante algunos a?os en la plantilla de TVE. A destacar su filme con Chumy Ch¨²mez Topical Spanish. Entre 1981 y sus ¨²ltimos a?os, volvi¨® a la fotograf¨ªa, esta vez en color, y realiz¨® varios libros sobre Espa?a con Luis Carandell para la editorial Lunwerg. Lo esencial de este corpus es que hace de Masats uno de los fot¨®grafos fundamentales del siglo XX en la producci¨®n de una iconograf¨ªa de Espa?a, en la estela de Ortiz Echag¨¹e, Catal¨¤-Roca o Nicol¨¢s Muller.
En la fotograf¨ªa de Masats, el elemento ir¨®nico, ya presente en las est¨¦ticas neorrealistas de posguerra, acab¨® dominando sobre el testimonio de clase
Dentro de esa genealog¨ªa espa?ola, Masats aport¨® un giro espec¨ªfico: la imagen del mundo popular y de la vida rural, de las fiestas como los sanfermines o de los barrios, propia de la fotograf¨ªa humanista de la posguerra, se desplaz¨® hacia la s¨¢tira y la parodia, fruto de la influencia de la cultura del consumo, el turismo y la televisi¨®n. El elemento ir¨®nico, ya presente en las est¨¦ticas neorrealistas de posguerra, acab¨® dominando sobre el testimonio de clase. No solo en Espa?a. A lo largo de los sesenta, el mundo popular en Occidente se convert¨ªa en reclamo tur¨ªstico y la identidad nacional en estereotipo. Spain is (not really) different. Chumy Ch¨²mez, con sus dibujos sat¨ªricos para La Codorniz, y Carandell, con su Celtiberia Show, son ejemplos emblem¨¢ticos de esa resignificaci¨®n de la cultura nacional que se produjo durante la dictadura de Franco (y quiz¨¢, en parte, en su contra) y que gener¨® una imagen autopar¨®dica de Espa?a que sigue siendo muy determinante.
Este giro sat¨ªrico tiene varias posibles lecturas ideol¨®gicas, y anticipa un rasgo dominante del nuevo documental ¡°posmoderno¡± en color de los noventa, internacionalmente muy influido por la fotograf¨ªa brit¨¢nica y por el discutible Martin Parr en particular. Esto me parece fundamental para entender a Masats hist¨®ricamente.
Estos aspectos esenciales est¨¢n pobremente representados en la exposici¨®n, creando con ello una falsa imagen de que su trabajo es puramente art¨ªstico. De los m¨¢s de 100 reportajes publicados en Gaceta Ilustrada, una min¨²scula vitrina al final solo muestra dos. Su trabajo cinematogr¨¢fico y televisivo se documenta muy escuetamente en un breve audiovisual y su trabajo en color simplemente no se incluye. Es un lugar com¨²n entender que este trabajo tard¨ªo es malo, sin comparaci¨®n con el brillante primer periodo.
De modo que lo fundamental para entender la obra de Masats es lo que no est¨¢ en la exposici¨®n.
A estas alturas, semejante enfoque expositivo es insuficiente. Hay ejemplos recientes de buena historizaci¨®n de fot¨®grafos de esta generaci¨®n, como han sido las muestras de Paco G¨®mez en la misma Fundaci¨®n Foto Colectania, de Maspons en el MNAC, o de la Sala Aixel¨¢ en La Virreina. En ellas ha habido un trabajo de investigaci¨®n elaborado, se ha atendido a la vida p¨²blica de las obras, la circulaci¨®n en la p¨¢gina impresa, se han incluido documentos en vitrinas y se han abordado aspectos materiales e hist¨®ricos, las fuerzas que configuran una pr¨¢ctica fotogr¨¢fica con relaci¨®n a su ¨¦poca, fuera de localismos, idealizaciones y lugares comunes.

Otro ejemplo actual: la exposici¨®n del archivo de Gabriel Cuallad¨® en el IVAM. Cuallad¨® fue un anti-Masats, nunca se profesionaliz¨® ni particip¨® del enfoque sat¨ªrico hacia la vida popular. Pero tambi¨¦n la muestra es antit¨¦tica a la anterior: ofrece una lectura original del archivo, del cual se presenta una trabajada selecci¨®n cronol¨®gica de papeles, publicaciones y documentos en una in¨¦?dita vitrina de 30 metros de largo. Tal selecci¨®n configura una historia visual de cuatro d¨¦cadas, tanto de la actividad del artista como de su recepci¨®n. Su evoluci¨®n aparece como reflejo dial¨¦ctico de las transformaciones en la cultura fotogr¨¢fica del periodo. Estamos ante uno de los acercamientos m¨¢s interesantes y productivos a un fot¨®grafo espa?ol de esta generaci¨®n. Basta con una buena selecci¨®n y ordenaci¨®n de objetos originales para que el relato hist¨®rico fluya de manera natural.
Siendo ambas exposiciones de escala comparable, m¨¢s bien modestas, adoptan enfoques antag¨®nicos. El espacio horizontal y relativamente desjerarquizado de la vitrina resulta el contrapunto necesario a la verticalidad hipercodificada de la obra enmarcada en pared, que convierte en monumento una pr¨¢ctica m¨¢s compleja y tambi¨¦n m¨¢s fr¨¢gil que la de ¡°hacer fotos¡±, por buenas que sean. En realidad, las fotos son buenas cuando constituyen un corpus. ?Acaso la misi¨®n de una exposici¨®n no es otra que desmonumentalizar y ayudar a entender hist¨®ricamente tales corpus?
Jorge Ribalta, artista y comisario independiente, es Premio Nacional de Fotograf¨ªa de 2024.
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