Girasol: el lado bueno (o las ventajas) de un aceite de usar y tirar
No cometas este error al fre¨ªr con ¨¦l
El aceite de girasol es el contenido oleoso de la semilla del girasol (Helianthus annuus), una planta que lleg¨® a Europa de la mano de los conquistadores espa?oles que la vieron bonita y decidieron usarla como decoraci¨®n. Hizo falta que pasaran varios siglos para alguien utilizara sus semillas como materia prima para producir aceite.
El proceso es algo m¨¢s complicado de lo que parece. Primero hay que descascarillar las pipas, o lo que es lo mismo, pelarlas. A continuaci¨®n, se tritura en molinos y se calienta para facilitar la extracci¨®n del aceite. Si la semilla contiene menos del 25% de aceite hay que incorporar un disolvente. De lo contrario, basta con prensar. Los siguientes procesos se van a encargar de eliminar muc¨ªlagos y otras part¨ªculas, as¨ª como de desacidificar para liberar los ¨¢cidos grasos libres que puede enranciar el aceite. El residuo que no se convierte en aceite, se usa como alimento para el ganado por su alto contenido en prote¨ªnas, restos de grasas y otros nutrientes.
Aunque el refinado es el proceso m¨¢s habitual, tambi¨¦n los hay simplemente prensados en fr¨ªo. De esta forma preservan mejor sus cualidades, pero tambi¨¦n son m¨¢s caros, acerc¨¢ndose al precio del de oliva.
El girasol se siembra en primavera y se cosecha al finalizar el verano. Ah¨ª se inicia el proceso de fabricaci¨®n del aceite. Al tratarse de un producto con una vida bastante larga, puedes encontrarlo sin problemas durante todo el a?o.
Frituras, s¨ª, pero pocas
Que el aceite de girasol dure bastante no significa que sea inmortal y si no lo almacenas adecuadamente puede echarse a perder. O, al menos, deteriorarse su sabor. Uno de sus mayores enemigos es el aire, en concreto el ox¨ªgeno, que lo oxida. Y ah¨ª comienza el desastre: las grasas se enrancian y adi¨®s aceite. En cuanto lo hayas acabado de usar, aseg¨²rate de cerrar bien la botella. La luz tampoco le hace mucho favor, as¨ª que gu¨¢rdalo en un lugar oscuro.
Si no se guarda adecuadamente se echa a perder o se deteriora su sabor: cierra bien la botella u gu¨¢rdalo en un lugar oscuro.
Queda el tercer jinete del Apocalipsis para este aceite: el calor. Lo lleva mal y, debido a su alto contenido en grasas poliinsaturadas, se deteriora con facilidad cuando se emplea para fre¨ªr. De ah¨ª que no se recomiende reutilizar el de las frituras. Otra opci¨®n si no te gusta el sabor del de oliva es apostar por los llamados ¡®aceites de girasol de alto oleico¡¯. Se obtienen a partir de semillas con un mayor porcentaje de ¨¢cido oleico, una composici¨®n que hace que el aceite resultante se aproxime m¨¢s al aceite de oliva y lo haga m¨¢s conveniente para fre¨ªr. Pero con un sabor menos intenso que el de aceituna.
Con una cucharada, basta
No hace falta ser un lince para imaginarse que casi el 100% de su composici¨®n son grasas (en concreto 99,9 gramos de cada 100). Con esto tenemos un producto altamente cal¨®rico (887 kilocalor¨ªas), aunque no hay que perder de vista que tambi¨¦n se trata de un producto cuyo uso recomendado no debe superar la cucharada sopera por plato. La mayor parte de sus l¨ªpidos se encuentran como triglic¨¦ridos, y los ¨¢cidos grasos que forman parte de ellos son mayoritariamente linoleico (omega 6).
No contiene minerales como el resto de aceites. A cambio, destaca la vitamina E, con capacidad antioxidante y que contribuye a la protecci¨®n de las c¨¦lulas del da?o oxidativo. Una cucharada de aceite de girasol aporta el 47% del valor de referencia de este nutriente para un adulto.
Saca partido a su sabor suave
Desde el punto de vista organol¨¦ptico, hay un lugar para cada aceite. Y al de girasol le van bien las preparaciones que piden un sabor m¨¢s suave. Si tu paladar no es amigo del punto intenso y ligeramente picante del de oliva, prueba a ali?ar tus ensaladas con uno de girasol. O ¨²salo para ligar salsas y mayonesas.
Tambi¨¦n est¨¢ indicado para platos ex¨®ticos o de cocina oriental. All¨ª la rotundidad de nuestro oliva resulta chocante. A falta de otros aceites en tu despensa, como el de s¨¦samo, un buen chorret¨®n de girasol puede resolver el plato con bastante acierto.
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