Emoci¨®n y comunicaci¨®n

Un concierto del Golden Gate Quartet es siempre un acontecimiento. El cuarteto es una verdadera instituci¨®n, crearon un estilo de interpretar los espirituales negros en la d¨¦cada de 1930 que sigue tan vigente como entonces. El tiempo ha ido pasando y las voces se han renovado pero el Golden Gate Quartet sigue siendo id¨¦ntico a si mismo. El arreglo original del Shadrack procede de 1947, el viernes en el Palau el tema son¨® con la misma frescura, fuerza y profundidad, como si el tiempo no hubiera pasado; cerrando los ojos pod¨ªas imaginar un viejo disco de gramola sonando en algo m¨¢s que alta fidelidad. Una maravilla.

El cuarteto vocal asentado en Francia desde los a?os sesenta posee la clave para tratar la m¨²sica religiosa afro-americana con un respeto total y un sentido del espect¨¢culo serio pero eficaz que huye del trato hollywoodense de muchas formaciones de gospel y se centra en el poder de unas voces soberbias y de la profundidad de unos temas irrefutables. As¨ª fue, una vez m¨¢s, en el Palau. Comandados ahora por el incansable Clyde Wright, 83 a?os de edad y m¨¢s de medio siglo en el grupo, los Golden Gate repasaron con sabidur¨ªa lo m¨¢s popular de su repertorio ofreciendo versiones de cl¨¢sicos como Joshua fit the battle of Jericho, Saints go marching in, Swing Down, Chariot y de alg¨²n gospel m¨¢s reciente. Al final no evitaron el recuerdo a las inminentes celebraciones navide?as y le a?adieron una dosis apabullante de ritmo al Silent Night antes de acabar la velada de forma apote¨®sica ayudados por m¨¢s de un centenar de voces locales. Una lecci¨®n magistral de c¨®mo comunicar una profunda emoci¨®n.

Por si la sola presencia del Golden Gate Quartet no era suficiente, los responsables del festival El Grans del Gospel hab¨ªan querido darle a la velada un tono muy especial y lo consiguieron. El concierto se hab¨ªa abierto con dos formaciones barcelonesas. Primero fue el grupo Ol¡¯Green que, cargados de tics, no pasaron de convertir el escenario en una funci¨®n de fin de curso de primaria. Diferente fue la intervenci¨®n del numeros¨ªsimo grupo (reuni¨®n masiva de muchos otros grupos) Big Band Gospel que repartieron grandes dosis de entusiasmo contagioso. Al final la dos formaciones secundaron al cuarteto afro-americano en los inevitables Amen y Oh Happy Day. Un final feliz.

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