Investigadores del sonido
La Fundaci¨®n Mussa lucha para que la musicoterapia cl¨ªnica se integre en el tejido sanitario espa?ol y se reconozca como categor¨ªa profesional
Que la m¨²sica tiene la capacidad de generar respuestas emocionales en el ser humano es un hecho indiscutible. La diferencia entre una actividad musical cualquiera y la musicoterapia es que esta ¨²ltima trabaja a partir de los sonidos del paciente, de su musicalidad y sus vivencias. As¨ª, el ritmo se asimila a lo biol¨®gico, la melod¨ªa a lo emocional y la armon¨ªa al intelecto y a la l¨®gica. Resulta complejo de explicar incluso para Aitor Loro?o, m¨¦dico home¨®pata y musicoterapeuta que lleva muchos a?os luchando para que esta disciplina se abra un hueco en el tejido sanitario espa?ol.
El ritmo es lo biol¨®gico, la melod¨ªa es lo emocional y la armon¨ªa, la l¨®gica
Aitor Loro?o toca piano, acorde¨®n, flauta, percusi¨®n y ¡°menos cantar¡±, lo que le echen. Viene de familia de m¨²sicos, estudi¨® Medicina y lleva toda su vida sintetizando los dos conceptos. Desde 1986 dirige el Centro de Investigaci¨®n Musicoterape¨²tica de Bilbao (CIM), uno de los primeros en ofrecer postgrados en musicoterapia, todos ellos t¨ªtulos propios no homologados. El ¨²nico m¨¢ster oficial en Espa?a se imparte en la Universidad Cat¨®lica de Valencia. La Fundaci¨®n Mussa, de la que Loro?o es vicepresidente, naci¨® hace un a?o precisamente por esa necesidad de contar con una entidad jur¨ªdica que gestionase las pr¨¢cticas y proyectos de los alumnos de Bilbao y de otros centros una vez finalizada su formaci¨®n.
¡°La naturaleza no verbal de la m¨²sica, facilita la comunicaci¨®n y estimula la capacidad de evocar¡±
La presentaci¨®n oficial de Mussa tuvo lugar el pasado jueves en el Conservatorio Superior de M¨²sica de Bilbao con la colaboraci¨®n del violonchelista de la Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi, Asier Polo. Sobre la mesa, dos objetivos claros: conseguir financiaci¨®n para los dos proyectos que tienen en marcha, Hathos y Euterpe, y avanzar hacia el reconocimiento de la profesi¨®n en toda Espa?a. Actualmente, solo C¨¢ceres reconoce la figura del musicoterapeuta como una categor¨ªa profesional. Uno de los responsables extreme?os de Sanidad impuls¨® la iniciativa despu¨¦s de que su hijo autista recibiese tratamiento con musicoterapia.
¡®Hathos¡¯, la m¨²sica que evade del olvido
Nadie indica cu¨¢ndo empezar y acabar. No hay pautas ni gui¨®n, solo la m¨²sica que fluye y transfigura los rostros de seis ancianos que, al menos por un rato, olvidan el limbo de olvido al que les ha condenado el Alzheimer.
Una vez por semana, el centro Sanitas Residencial de Barakaldo acoge sesiones de musicoterapia cl¨ªnica enmarcadas en el proyecto Hathos de la Fundaci¨®n Mussa. Trabajan en grupos de cuatro a seis personas y en sesiones de 40 minutos. Epi y Matilde, casi veteranas, aguardan sentadas e inquietas que comience la sesi¨®n de hoy. Para Celes, Dora, Consuelo y Valdo es el primer d¨ªa, y entran a la sala mirando los instrumentos musicales con recelo y curiosidad.
El musicoterapeuta a cargo de la sesi¨®n comienza pidi¨¦ndoles que cierren los ojos mientras toca una mansa melod¨ªa con su guitarra. Se acerca a cada participante tarareando su nombre al son de la m¨²sica y los ojos de los participantes se iluminan a trav¨¦s de la niebla que empa?a su memoria.
El tratamiento geri¨¢trico busca la acci¨®n activa-participativa, de ah¨ª que el siguiente paso sea repartirles instrumentos, la mayor¨ªa de percusi¨®n, para improvisar melod¨ªas. Los ancianos, muy apagados al inicio de la sesi¨®n, se incorporan en sus sillas y se implican en el ritmo. Cuando el musicoterapeuta toca los acordes del bolero B¨¦same mucho, Matilde se arranca a cantar y una l¨¢grima rueda por la tez arrugada de Dora. Epi, con una gran sonrisa, mueve sus dedos como si tocase el piano.
Todos son chequeados antes y despu¨¦s de cada sesi¨®n y todos salen m¨¢s relajados y animados, con sus constantes vitales mejoradas y la mente m¨¢s l¨²cida. El efecto les dura lo que dura la nieve sobre el asfalto ah¨ª fuera. Pero todos tienen ilusi¨®n por repetir la pr¨®xima semana.
La propia presidenta de Mussa, Mar¨ªa Jes¨²s del Olmo, se form¨® en el CIM y trabaj¨® duro para allanar el camino. Primero introdujo la musicoterapia en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, dentro de la facultad de Medicina, y despu¨¦s logr¨® un convenio de colaboraci¨®n con el madrile?o Hospital de la Paz. Su tesis doctoral vers¨® sobre el efecto de la m¨²sica en los reci¨¦n nacidos, y demostr¨® ante un tribunal cient¨ªfico que sus constantes vitales, cardiacas, de temperatura y oxigenaci¨®n mejoraban con la m¨²sica.
El germen del proyecto Hathos lo explica Carlos, un profesional con 20 a?os de experiencia en musicoterapia con ni?os autistas y ancianos con alzh¨¦imer y demencia senil: ¡°La naturaleza no verbal de la m¨²sica, ¨ªntimamente ligada a nuestro subconsciente, facilita la comunicaci¨®n y estimula la capacidad de evocar¡±. Diversas investigaciones cl¨ªnicas tambi¨¦n demuestran esta influencia beneficiosa sobre la salud f¨ªsica y psicol¨®gica de los pacientes con enfermedades cr¨®nicas como la fibromialgia, a quienes va dirigido el proyect o Euterpe, en colaboraci¨®n con el Hospital de Cruces.
La Fundaci¨®n Mussa ha presentado estudios que demuestran que la musicoterapia aumenta la tolerancia al dolor, disminuye el estr¨¦s y mejora la calidad de vida del paciente¡±, cuenta Loro?o: ¡°Hemos tratado de recabar financiaci¨®n p¨²blica, pero es complicado. La sociedad solo da dinero si quieres demostrar algo a nivel cient¨ªfico y eso deshumaniza la asistencia. Los pacientes est¨¢n por delante de la ciencia abanderada por la medicina convencional¡±.
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