Flamenco y jazz, en la cuerda floja
Es un trotamundos. Toca en las cumbres pero venera el tugurio. El saxofonista Jorge Pardo vuelve a grabar con 'Huellas', su primer ¨¢lbum -f¨ªsico y virtual- en a?os
Reci¨¦n llegado de Ourense y Paraguay y Chile, Jorge Pardo ha querido aprovechar su noche libre para tocar ¡°con unos colegas¡± en el caf¨¦ Berl¨ªn de la calle de Jacometrezo. ¡°Antes era el lugar de cita de los m¨²sicos de jazz y flamenco, siempre pasaba algo¡±.
Hace una d¨¦cada, el saxofonista anunci¨® su negativa a seguir grabando discos como respuesta al trato vejatorio que, dice, recibe el artista por parte de las discogr¨¢ficas. Una negativa que ha roto con Huellas, su primer ¨¢lbum en a?os (en versi¨®n f¨ªsica y virtual, a trav¨¦s de su web), grabado en diferentes sesiones entre Dub¨¢i, Florida y Nueva York. Ha participado un nutrido grupo de estrellas del jazz y el flamenco. ¡°Huellas es el resultado de mis a?os viajando por carreteras y aeropuertos de todo el mundo con la flauta y el saxof¨®n¡±.
Su autor define la m¨²sica de Huellas como el resultado de combinar ¡°el fraseo del flamenco con la sonoridad del jazz¡±. ¡°Es como soy yo. Me siento flamenco, pero al mismo tiempo lo veo desde la perspectiva de quien toca con m¨²sicos de todos los lugares y estilos¡±. Ni jazz ni flamenco, sino todo lo contrario. Jorge Pardo constituye una categor¨ªa en s¨ª mismo: ¡°Mi m¨²sica es on¨ªrica, una fantas¨ªa, pero entroncada en lo m¨¢s terrenal del flamenco: el ritmo¡±. Cosa distinta ser¨¢ la respuesta de los puristas. ¡°Es la historia de mi vida. Yo he vivido siempre en la cuerda floja. Un artista debe sacar lo que lleva dentro. Si gusta, bien; si no, tambi¨¦n¡±.
Del Blue Note de Nueva York al m¨¢s rec¨®ndito de los tugurios. As¨ª es la vida de este trotamundos de la m¨²sica: ¡°Cualquier artista se muere por decir que ha tocado en el Blue Note o en el Carnegie Hall, pues yo digo que he tocado en el Aku Aku, en Moj¨¢car. En los otros sitios tambi¨¦n he tocado, pero, para m¨ª, no son m¨¢s importantes. Los mitos me dan igual. Despu¨¦s de a?os tocando con Camar¨®n o Paco de Luc¨ªa, estoy donde siempre so?¨¦, con un pie en el circuito de los grandes teatros y el otro fuera¡±.
En los ¨²ltimos meses ha tocado en Addis Abeba, acompa?ado por m¨²sicos del lugar, y en la fiesta del 70? cumplea?os de Chick Corea, en Nueva York: ¡°Fue alucinante, pero ah¨ª no se acaba el mundo. Los occidentales nos miramos el ombligo pensando que m¨¢s all¨¢ de Bach o Miles Davis no hay vida, pero son gotas de agua en el oc¨¦ano musical del mundo¡±. Coincidiendo con la edici¨®n de Huellas, ver¨¢ la luz un segundo disco del madrile?o grabado en Lima, en el que interpreta m¨²sica afroperuana. Una experiencia que termin¨® con el saxofonista perdido durante tres d¨ªas en medio del Amazonas: ¡°Estuve conviviendo con una tribu sin luz el¨¦ctrica. El ¨²ltimo d¨ªa dimos un concierto en un claro del bosque el jefe de la tribu y yo, ¨¦l con la flauta de ca?a, tocando mis fandangos y mi sole¨¢¡±.
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