Uno de los nuestros
El actor argentino pasea por el Madrid en el que se refugi¨® irrumpiendo con un Seat 127 en la plaza Mayor hace m¨¢s de 35 a?os y donde finalmente ha creado su hogar entre los suyos
1. La Plaza Mayor. Tuve la suerte de que me enviaron un dinerillo desde Argentina y pude comprar un Seat 127. Estoy hablando del a?o 1974. ?bamos emocionados y vimos un bonito arco y entramos. Llegamos dando tumbos hasta el caballo [la estatua ecuestre de Felipe III], content¨ªsimos, hasta que un guardia me agarr¨® de la oreja. Al ver que ¨¦ramos extranjeros nos dejaron ir. Es uno de los primeros recuerdos que tengo de Madrid.
2. El bar junto al Teatro de la Comedia. Era uno de los bares a los que yo iba a conseguir trabajo. Y lo consegu¨ª ah¨ª. Despu¨¦s ensayamos una obra de teatro que se llamaba Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga y despu¨¦s vino mi papel en El crimen de Cuenca, de Pilar Mir¨®. Fue all¨ª donde alguien me dijo una frase que ya no he vuelto a olvidar: ¡°H¨¦ctor, ya eres de los nuestros¡±.
3. La Parrilla del Gaucho. Es una cadena de restaurantes argentinos de asado. Hay uno en Gran V¨ªa, otro en F¨¦lix Boix, otro en la carrera de San Jer¨®nimo, en Hortaleza... Me los conozco todos, me encantan y en todos me conocen, pero mi preferido es La Parrilla del Gaucho, en el 34 de la calle de Tetu¨¢n, que fue el primero y mantiene su nombre originario.
4. El paseo del arte. Es uno de los paseos m¨¢s agradables de la ciudad: desde el Museo del Prado, hasta el Reina Sof¨ªa, pasando por el Thyssen. Es grato para la vista y est¨¢ enriquecido con buenas ofertas gastron¨®micas en el camino. Es donde nos pavoneamos cuando vienen argentinos y queremos mostrarles la ciudad.
5. El Caf¨¦ Gij¨®n. Fue donde yo conoc¨ª a la plana mayor de la escena espa?ola: Fernando Rey, Fernando Fern¨¢n G¨®mez... Aquello para m¨ª era una fiesta, poder tenerlos tan cerca en aquellas reuniones y tertulias, en las que yo no participaba, pero era un sitio en el que encontrar alguna oportunidad.
6. El hostal de la calle de Bravo Murillo. Fue adonde llegu¨¦ con mi familia, despu¨¦s de vagar por casas de amigos de Madrid cuando me amenazaron de muerte en mi pa¨ªs. Ese hostal de Bravo Murillo fue el lugar en el que mis miedos se agudizaron porque fue donde met¨ª a mi hijo con solo dos a?os y a mi hija con seis meses.
7. Pinar de Chamart¨ªn. Es donde nosotros (mi mujer y yo) tenemos nuestro refugio. Es una zona tranquila, silenciosa, en la que se puede encontrar de todo.
8. El Retiro. Me encanta ir a ese parque por la actividad que tienen los entretenedores, que se ganan la vida all¨ª y merecen que les vaya bien. Me recuerda a cuando iba con mis hijos cuando eran ni?os y ahora voy con mi nieta.
9. Teatro de La Latina. Es donde estoy ahora, pero para m¨ª siempre evoca a Lina Morgan. Siempre pienso que est¨¢ arriba en un piso, donde tiene un camerino y que cuando baje, el teatro estar¨¢ a reventar. Tambi¨¦n me hace pensar en lentejuelas.
10. Un palacete de Mar¨ªa de Molina. Fue donde rod¨¦ por primera vez en Madrid. Era una pel¨ªcula de Saura, Cr¨ªa cuervos. Me toc¨® hacer de muerto en la primera toma y no consegu¨ªa que no me temblaran los p¨¢rpados. Tuvimos que hacer 23 tomas en dos d¨ªas. Al final, el director de fotograf¨ªa le dijo a Saura que no dijera ¡°acci¨®n¡± porque se dio cuenta de que cuando yo estaba solo me sal¨ªa bien el muerto.
Sonrisas del tiempo
H¨¦ctor Alterio huy¨® amenazado de su Buenos Aires querido y lleva casi media vida en Madrid, donde le sonri¨® la suerte e hizo cine y teatro desde que aterriz¨®. A los 83 a?os llena el teatro de La Latina con La sonrisa etrusca. Hasta el 4 de marzo.
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