Si Sagarra volviera a Madrid
A los 50 a?os de su muerte, la capital honra en el Ateneo al dramaturgo catal¨¢n
Si Josep Maria de Sagarra, el m¨¢s importante dramaturgo catal¨¢n del siglo XX, volviera ahora a Madrid se helar¨ªa de fr¨ªo en Arco de Cuchilleros, se horrorizar¨ªa de que ya no pudiera tomar el aperitivo en Chicote, pero disfrutar¨ªa de un cochinillo en Bot¨ªn, que est¨¢ ah¨ª, tan campante, desde el siglo XVIII¡
Eso dec¨ªa ayer su hijo, el escritor Joan de Sagarra, tom¨¢ndose un whisky de malta y rememorando a su padre en la capital de Espa?a, desde que el autor de La herida luminosa vino por primera vez, tras la primera guerra mundial, hasta los ¨²ltimos a?os de su vida, cuando ven¨ªa (siempre al hotel Palace) como representante catal¨¢n en la Sociedad de Autores.
Josep Maria de Sagarra, que fue periodista, narrador (Vida privada), poeta, memorialista y sobre todo dramaturgo, muri¨® en 1961, a los 67 a?os. Su hijo, que ha cultivado con mucha devoci¨®n sus gestos y su memoria, se asombr¨® el a?o pasado del nulo eco que ten¨ªa la fecha (cincuenta aniversario de la muerte del ilustre catal¨¢n) en la vida cultural de Catalunya; lo denunci¨® en La Vanguardia (donde escribe; fue articulista en Tele/eXpress y cr¨ªtico teatral en EL PA?S) y r¨¢pidamente se pusieron manos a la obras las fuerzas vivas¡
?Y por qu¨¦ no prolongar el recuerdo a Madrid, que fue una ciudad a la que, como Josep Pla, ¨¦l concurri¨® con tanta pasi¨®n como asiduidad? Y ayer noche se cumpli¨® ese deseo, en el Ateneo de Madrid, que fue el lugar en el que el Josep Mar¨ªa de Sagarra atene¨ªsta barcelon¨¦s pas¨® muchas de sus tardes madrile?as, cerca de Unamuno y Valle-Incl¨¢n, tropez¨¢ndose con Azor¨ªn y con Ortega¡ En ese recuerdo del atene¨ªsta barcelon¨¦s estuvieron el director de la Academia, Jos¨¦ Manuel Blecua, el bi¨®grafo de Sagarra, Llu¨ªs Permanyer, y el actor Mario Gas, director del Teatro Espa?ol.
En el Ateneo se encontraba Sagarra con aquellos personajes del 98 y con sus inmediatos herederos¡ Y en el Palace siempre se encontraba con Julio Camba, que dormitaba en el bar que ahora a?ora Joan de Sagarra. ¡°Mi padre me mandaba a despertar a Camba. ?Vete y despi¨¦rtalo, dile que eres el hijo de Sagarra`, me dec¨ªa, y Camba me pegaba un berrido. ??Ni?o, no ves que estoy durmiendo!... Camba le dec¨ªa a mi padre: ?Sagarra, ? no se case nunca!`Y casi le hace caso, porque se cas¨® a los 44 a?os. Era un poco mi abuelo; mi madre nos llamaba ?los ni?os` a mi padre y a mi¡±.
En aquella ¨¦poca, cuando Camba le ped¨ªa solter¨ªa, El Sol de Ortega y Gassett lo mand¨® a Berl¨ªn, de corresponsal. ¡°El director era Manuel Aznar, el abuelo del expresidente¡±. Y despu¨¦s de la guerra, Sagarra sigui¨® viniendo; iba a la tertulia del Lyon d?Or, donde hoy hay un pub en la calle Alcal¨¢, cerca de Cibeles¡ ¡°Hab¨ªa gente de derechas y gente de izquierdas, y a mi padre le gustaba esa atm¨®sfera. Iban Bardem, Sastre¡ Me llevaba a veces al cine Callao, a la granja California de la Gran V¨ªa; tom¨¢bamos las primeras tortillas que se hicieron ah¨ª, e ¨ªbamos a tomar el aperitivo a Chicote, entre generales viejos a los que lustraban los zapatos¡ Eso ya no existe. Ahora me han dicho que el Chicote s¨®lo abre por la tarde¡±.
?Se asombrar¨ªa si el azar lo trajera? No tanto, dice Blecua. ¡°Conoci¨® el Madrid agr¨ªcola de cuando estaban haciendo la Gran V¨ªa, y ven¨ªa de la Barcelona industrial. Aqu¨ª hab¨ªa bueyes por las calles¡ Pero volvi¨® cuando ya Madrid era otra cosa, as¨ª que no se asombrar¨ªa tanto de los cambios¡±. Y si hubiera que releerlo, o leerlo, ¨¦l aconsejar¨ªa ¡°las Memorias, sin duda; mil p¨¢ginas que contienen detalles extraordinarios para entender la vida cotidiana de su tiempo, para percibir qu¨¦ ambiente se viv¨ªa en el Ateneo de principios de siglo. Y aconsejar¨ªa su teatro, que es muy vivo¡±. Gas: ¡°Vida privada, que lean esa novela, y sus Memorias, claro, son geniales, un monumento. Y sus poemas marineros, son descomunales. ?Teatro? El caf¨¦ de la marina, Galatea¡¡± Se representaron, por cierto, en el teatro que dirige Mario Gas¡
?Y qu¨¦ dir¨ªa su padre, Joan, si volviera aqu¨ª? ¡°?Mejor que no dijera nada!¡±
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