La deconstrucci¨®n del modelo sanitario catal¨¢n

El modelo sanitario catal¨¢n, basado en la optimizaci¨®n de todos los recursos, tanto p¨²blicos como privados, se basaba en la racionalidad y en la eficiencia asistencial y econ¨®mica.

El modelo de gesti¨®n empresarial ¡ªpropio de los centros sanitarios concertados¡ª, basado en la contabilidad anal¨ªtica, balances, cuentas de resultados y vinculaci¨®n laboral del personal, tiende a la eficiencia. El modelo de administraci¨®n p¨²blica ¡ªpor ejemplo el ICS¡ª basado en la contabilidad presupuestaria y en la vinculaci¨®n p¨²blica del personal se cre¨® para regular el orden social, no para prestar servicios personales complejos. Los Gobiernos deben regular, planificar, contratar, evaluar, sancionar¡­ pero deber¨ªan ceder la gesti¨®n de servicios (como los sanitarios) a estructuras ideadas para realizar esta funci¨®n con calidad y eficiencia.

El momento es oportuno para aportar rigor al debate que, partiendo de los ¡°recortes¡±, siembra el fantasma de la privatizaci¨®n, asoci¨¢ndola a la corrupci¨®n. Primeramente, no es bueno hablar de ¡°recortes¡± obviando su causa: la p¨¦sima gesti¨®n p¨²blica de los ¨²ltimos a?os. Segundo, asociar gesti¨®n empresarial con privatizaci¨®n/corrupci¨®n no es honesto. Lo que oculta este trinomio es el ansia de eternizar prebendas funcionariales de los trabajadores del ICS. Poco importa que la productividad estandarizada por facultativo de los centros concertados supere entre el 10% y el 15% la de los del ICS y que, adem¨¢s, sea un 6% m¨¢s cara.

El tripartito, lejos de aplicar el modelo sanitario catal¨¢n, evolucionando el ICS hacia el modelo concertado, ampli¨® el sector p¨²blico a costa del concertado

Los agentes acr¨ªticos de lo p¨²blico amagan que el tripartito, lejos de aplicar el modelo sanitario catal¨¢n, evolucionando el ICS hacia el modelo concertado, ampli¨® el sector p¨²blico a costa del concertado. La interpretaci¨®n que hizo entonces la Intervenci¨®n General de la Generalitat de una norma europea de 1995, el Sistema Europeo de Contabilidad, SEC-95, fue decisiva para limitar la autonom¨ªa de gesti¨®n de muchos centros concertados y extender, a pesar de los malos resultados, el modelo ICS al conjunto de empresas p¨²blicas y consorcios sanitarios. Todo ello a pesar de existir dict¨¢menes de destacados juristas contrarios a esta interpretaci¨®n. A partir de aqu¨ª algunas leyes, decretos y ¨®rdenes y muchos acuerdos del Gobierno, promovidos por la Intervenci¨®n General y la Funci¨®n P¨²blica de la Generalitat, extendieron los procedimientos p¨²blicos a centros que hasta entonces hab¨ªan aplicado la f¨®rmula que demostr¨® los mejores resultados: la gesti¨®n empresarial. Conclusi¨®n: entre 2006 y 2010 el presupuesto sanitario p¨²blico se increment¨® un 23%, mientras el PIB catal¨¢n crec¨ªa el 6,8%. A pesar de ello, las desviaciones presupuestarias siguieron creciendo hasta 2010, en que el gasto liquidado del Departamento de Salud se desvi¨® en 850 millones de euros. En 2011, los esfuerzos realizados han permitido mejorar el resultado.

Para atacar esta evidencia, se asocia la gesti¨®n empresarial a una ¡°artima?a¡± para evitar el control p¨²blico. Huelga decir que la Administraci¨®n debe regular, controlar y velar por la transparencia y el buen uso de los recursos p¨²blicos. Esta no es la cuesti¨®n. Lo que se cuestiona es la forma de hacerlo. La administraci¨®n burocr¨¢tica, ahogada por la intervenci¨®n previa y el control a posteriori, no consigue mejores resultados que la gesti¨®n empresarial con autonom¨ªa y las auditor¨ªas practicadas por empresas independientes. Si en lugar de la normativa inducida por la Funci¨®n P¨²blica y la Intervenci¨®n General, y de destinar 200 interventores a controlar el ICS, se hubiera transformado este instituto en un ente con autonom¨ªa de gesti¨®n, los resultados podr¨ªan haberse acercado a los del sector concertado.

El Gobierno de la Generalitat deber¨ªa ignorar el discurso interesado recortes/privatizaci¨®n/corrupci¨®n y recuperar el maltrecho modelo sanitario catal¨¢n. Los ajustes presupuestarios y una productividad ¨®ptima solo ser¨¢n posibles con autonom¨ªa de gesti¨®n e instrumentos de control que no la impidan. Esto requerir¨¢ modificaciones normativas. Es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica, de Gobierno, no de funcionarios de ¨¦lite que, como pas¨® con las tensiones internas del tripartito, acabaron determinando en exceso la acci¨®n pol¨ªtica.

Josep M. Via es presidente del Parc de Salut Mar de Barcelona.