El futuro era andaluz
La conquista del futuro de la que habla Arenas entra?a reformas para retrasar un siglo las relaciones entre empresarios y trabajadores por cuenta ajena
Sigo el congreso feliz del PP en Sevilla y leo la propaganda del PP, es decir, las 64 p¨¢ginas del Real Decreto ley 3/2012 de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, en un Bolet¨ªn Oficial del Estado atrasado, de hace una semana. El otro d¨ªa, Javier Arenas, aspirante popular a la presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa, le dec¨ªa a Isabel Pedrote en estas p¨¢ginas que su partido emprender¨¢ reformas de futuro, ¡°un proyecto para varias generaciones¡±. Pero, si me atengo al decreto ley 3/2012, la conquista del futuro de la que habla Arenas entra?a reformas que son restauraciones, saltos gigantes para retrasar un siglo el estado de las relaciones entre empresarios y trabajadores por cuenta ajena. Este valiente avance hacia el pasado merec¨ªa un gran texto publicitario, el decreto ley 3/2012, en el que coinciden proclama, programa y propaganda, y que irrumpe con un pre¨¢mbulo apocal¨ªptico, cuando el paro se vuelve desesperaci¨®n y "la gravedad de la crisis no tiene precedentes". Legislar por decreto responde, como manda la Constituci¨®n a "un estado de extraordinaria y urgente necesidad". De los contenidos del decreto ley se deduce que los culpables del paro y de la asfixia econ¨®mica son los derechos de los trabajadores, y que la soluci¨®n debe ser quir¨²rgica: acabar con el derecho laboral vigente. Los legisladores e ide¨®logos del PP han recurrido para condensar el fondo de su decreto ley a una palabra de dise?o, probablemente producto de los laboratorios de alguna agencia publicitaria: flexiseguridad. La introducci¨®n de f¨®rmulas y recursos de la publicidad en un texto legal es otro excelente hallazgo de futuro de los gobernantes populares, propio de la ciencia-ficci¨®n tipo Orwell y su 1984. Por flexiseguridad entiendo que los mecanismos de despido ser¨¢n flexibles, y que el patr¨®n dispondr¨¢ de flexibilidad para, seg¨²n su criterio o sus necesidades, cambiar los salarios y las condiciones de trabajo de sus empleados. Los trabajadores, por su parte, tendr¨¢n la seguridad de encontrar alg¨²n empleo si obedecen al imperio de los puros intereses empresariales. El decreto ley 3/2012 es, por decirlo as¨ª, un paso aplastante hacia el despido libre o hacia la desaparici¨®n del contrato laboral, y tiene el ingenio de aunar el rigor de la ley con el mundo feliz de la propaganda y el marketing. Pero la flexiseguridad no es un invento nuevo: funciona sin ley desde hace a?os en la econom¨ªa que mejor conozco por contacto directo, la andaluza de la costa, donde las relaciones laborales se parecen mucho a las que prev¨¦ el decreto ley 3/2012, e incluso superan sus arrolladoras medidas de reforma. Aqu¨ª han abundado y abundan los trabajadores sin contrato o con contratos falseados, los salarios y horarios flexibles a gusto del patr¨®n, y pr¨¢cticamente no existe el concepto de hora extra. Y, bajo esas condiciones, pero con dinero, en los a?os de oro incluso los ni?os dejaban el instituto para sumarse euf¨®ricos a la m¨¢quina de la flexiseguridad galopante. En Andaluc¨ªa se viv¨ªa en el futuro desde hace a?os. Lo que desde un punto de vista legal resultaba inaceptable y deforme, ahora ser¨¢ normal y, m¨¢s a¨²n, normativo. Lo que parec¨ªa coyuntural, de temporada, de econom¨ªa especializada en turismo, construcci¨®n y corruptelas, lo propio de las costas tur¨ªsticas de aqu¨ª a Chipre, se generaliza. Lo irregular se legaliza, se vuelve ¨¦tico, aunque ese modo de organizar la econom¨ªa llevara al paro masivo, a m¨¢s de un mill¨®n de parados en Andaluc¨ªa. Puesto que ahora la propaganda autoriza lo hasta hoy il¨ªcito apelando a lo extraordinario de la situaci¨®n, uno sospecha que el actual desorden econ¨®mico haya sido forzado para llegar a esta demolici¨®n de los derechos laborales, derribo que alegremente y sin ley hab¨ªa empezado aqu¨ª hace tiempo, bajo gobierno de la izquierda que a s¨ª misma se declaraba socialdem¨®crata.
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