Pepe Serra descubre el MNAC profundo
El nuevo director del Museo Nacional de Arte de Catalu?a presenta exposici¨®n y anuncia los primeros cambios en su centro
Pepe Serra lleva apenas un mes al frente del Museo Nacional de Arte de Catalu?a tras dar el salto desde el Museo Picasso de Barcelona. Ayer realiz¨® su primera rueda de prensa para presentar una exposici¨®n en el museo de Montju?c. No se presentaba una antol¨®gica de un pintor ni un periodo determinado o una exposici¨®n de tesis sobre el rom¨¢nico o el g¨®tico, las dos joyas del MNAC, sino una sobre monedas griegas y romanas. Es un patrimonio, en apariencia menor, pero que refleja las relaciones de poder pol¨ªtico y econ¨®mico como ning¨²n otro.
Costaba ver a Serra entre monedas antiguas acu?adas por griegos y romanos acostumbrado a verlo entre pinturas del siglo XX. ¡°He cambiado el chip¡±, asegur¨® mientras iba de un lado a otro mostrando sus monedas favoritas. ¡°Estoy entusiasmado. Es un museo que vivir¨¢ un mal a?o, en el que se podr¨¢n ver las exposiciones programadas antes de mi llegada, pero del que espero dar noticias buenas antes de verano; mientras que en septiembre hablaremos de las exposiciones del a?o que viene, en las que vamos a intensificar la presencia internacional, nacional y la investigaci¨®n del museo¡±, explic¨® con el entusiasmo que le caracteriza.
En cierto sentido este museo es decimon¨®nico
Durante la presentaci¨®n asegur¨® que si hubiera aterrizado hace ocho meses en el museo, la exposici¨®n Dioses y mitos de la antig¨¹edad que presentaba no la habr¨ªa montado en la peque?a sala del segundo piso junto al Gabinete Numism¨¢tico, ¡°sino en medio del museo¡±, y a?adi¨® ante el regocijo de los especialistas en monedas del centro: ¡°Hay que buscar mayor visibilidad a la numism¨¢tica, ya que ahora est¨¢ muy aislada de la ruta. Es una colecci¨®n excepcional y tenemos que conseguir que est¨¦ m¨¢s presente en las salas, que dialogue con el resto de la colecci¨®n. En cierto sentido este museo es decimon¨®nico¡±, remach¨® Serra.
El nuevo director dijo que ten¨ªa muchas ideas sobre el nuevo museo. ¡°Trabajo media jornada cada d¨ªa, unas 13 horas¡±, confes¨® con humor. ¡°Me despierto por la noche con una nueva idea y me levanto para apuntarla¡±. Serra dijo que era una suerte contar con el equipo del museo formado por unas 150 personas, y resalt¨® a Josep Maria Carret¨¦, el nuevo gerente, al que asegur¨® conocer desde hace tiempo. ¡°Es un hombre de confianza plena, que domina no solo el tema econ¨®mico de gesti¨®n, sino tambi¨¦n el muse¨ªstico¡±, en referencia a que el responsable actual de las cuentas del MNAC fue director del Museo de Gav¨¤ y director general de Patrimonio. ¡°Podr¨ªa sustituirme en mi ausencia¡±, apostill¨®.
Serra sigui¨® con inter¨¦s las explicaciones de Marta Campo, conservadora y comisaria de la exposici¨®n, y apunt¨® futuros cambios para conseguir que la colecci¨®n de monedas gane en audiencia.
Durante la explicaci¨®n, tras descubrir en una de las vitrinas una moneda con la representaci¨®n del dios Melkart, el fenicio H¨¦rcules, que fue acu?ada entre los siglos III y I a. C. en C¨¢diz, Serra no pudo contenerse: ¡°Es como el rostro de Jaqueline, seguro que Picasso vio monedas como esta¡±.
El Olimpo est¨¢ en Montju?c
Zeus, Hera, Atenea, Apolo y Afrodita eran 6 de los 12 dioses que viv¨ªan, seg¨²n los griegos, en el Olimpo, la monta?a m¨¢s alta de Grecia. Desde ayer la monta?a de Montju?c, a semejanza de la cl¨¢sica, acoge un buen n¨²mero de dioses y h¨¦roes. Son los que aparecen acu?ados en las 230 monedas de la exposici¨®n Dioses y mitos de la Antig¨¹edad, un recorrido por la iconograf¨ªa de estos personajes legendarios en las monedas creadas en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica desde el siglo V a. C. hasta los visigodos, que estar¨¢ abierta en el MNAC durante todo un a?o.
Adem¨¢s de dioses ol¨ªmpicos, los peninsulares acu?aron esfinges, gorgonas y pegasos, divinidades fenicias como Melkart, que acabar¨ªa asimilado en H¨¦rcules y representaciones de mitos como el del rapto de Europa que se acu?¨® en la jienense ciudad de C¨¢stulo, y en el que se ve una doncella a lomos de un toro blanco que no es otro que Zeus, que la llev¨® a la playa medio enga?ada. Un mito que pese a no ser de los m¨¢s destacados acab¨® dando nombre a nuestro continente. En el ¨¢mbito romano, tambi¨¦n es f¨¢cil comprobar como el dominio imperial tambi¨¦n se reflej¨® en sus monedas, en las que el emperador de turno aparece deificado con atributos, siempre de poder.
Para Marta Campo est¨¢ claro que los pueblos iberos comenzaron a acu?ar por prestigio. "Les hac¨ªa libres e independientes". Peque?as pero enigm¨¢ticas, en las monedas confluyen el poder, la econom¨ªa y las creencias de la sociedad que las acu?¨® como en ning¨²n otro soporte. En todas hay algo de belleza. Por su importancia, ninguna supera a las dracmas ampuritanas de plata, las primeras monedas acu?adas en la Pen¨ªnsula.
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