¡°Prefiero que los restos no sean de mi hijo. Significar¨ªa que sigue vivo¡±
Exhuman los restos de un posible beb¨¦ robado en el cementerio de M¨¢laga
Francisca S¨¢nchez, de 64 a?os, llora en silencio apoyada en un nicho del cementerio de M¨¢laga, mientras su hija Roc¨ªo, de 30, le da ¨¢nimos. Madre e hija est¨¢n de espaldas a un operario del camposanto que, agachado, retira una de las l¨¢pidas de la fila inferior del bloque de nichos. Solo se escucha el sonido de la sierra radial y, luego, una serie de martillazos que servir¨¢n para derribar el muro interior de la sepultura. Tras retirar los ladrillos, el operario saca del nicho una imagen de una virgen y, con cuidado, la pone a un lado.
La escena es contemplada por un grupo de forenses, auxiliares, polic¨ªas locales, y tambi¨¦n por la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 10 de M¨¢laga, que ha ordenado la exhumaci¨®n de los restos de la tumba en la investigaci¨®n de un posible caso de beb¨¦s robados.
En el nicho reposan, dentro de un mismo caj¨®n, los restos de los padres, la abuela materna y una t¨ªa abuela de Francisca. Sin embargo, lo que interesa a la magistrada y a los forenses son una serie de huesecillos de beb¨¦ presentes en el arc¨®n, dentro de un peque?o sudario. La investigaci¨®n trata de arrojar luz sobre si estos restos infantiles pertenecen al primer hijo de Francisca y de su esposo, Carlos Morales, que, seg¨²n les dijeron, falleci¨® tras el parto el 2 de marzo de 1973 en el Hospital Carlos Haya de M¨¢laga. O bien corresponden a otro ni?o, lo que indicar¨ªa que el hijo de la pareja pudo ser robado. El ADN tendr¨¢ la ¨²ltima palabra.
¡°Me gustar¨ªa que los restos no fueran de mi hijo. Eso significar¨ªa que todav¨ªa est¨¢ vivo¡±, comenta Carlos Morales, que ha asistido a la clasificaci¨®n forense de los restos en la parte trasera del columbario. La exhumaci¨®n de los huesecillos, que aparecen mezclados con otros de adultos, hace rememorar el duro episodio familiar.
El 2 de marzo de 1973, despu¨¦s de tres d¨ªas ingresada en el Carlos Haya porque no dilataba, Francisca, que entonces ten¨ªa 24 a?os, dio a luz a un ni?o, que pes¨® 5,5 kilos. Aunque no le practicaron una ces¨¢rea para el parto le aplicaron anestesia general, recuerda la madre. Al despertar, Francisca pregunt¨® a los sanitarios que actuaron en el parto si su hijo hab¨ªa tenido alg¨²n defecto. ¡°El ¨²nico problema que tiene es que es muy guapo¡±, le tranquilizaron. Sin embargo, al ser de noche, los m¨¦dicos no le dejaron ver al ni?o, recuerda.
A primera hora de la ma?ana siguiente, y mientras soportaba los dolores de los 28 puntos de sutura que le aplicaron tras el parto, Francisca recibi¨® la mala noticia: ¡°No acertaron a decirme qu¨¦ hab¨ªa pasado exactamente, me hablaron de un da?o cerebral. Para consolarme me dijeron que no me preocupara, que todav¨ªa era muy joven y podr¨ªa tener m¨¢s hijos¡±.
El marido y la hermana de Francisca recibieron de las autoridades del hospital una caja con los supuestos restos del reci¨¦n nacido. Ellos, sin llegar a abrirla, la enterraron en el cementerio de San Rafael, ya clausurado.
Mientras eso suced¨ªa en el cementerio, en el Hospital Carlos Haya, la madre era v¨ªctima de una macabra equivocaci¨®n: una enfermera de otro turno le entreg¨® un ni?o que llevaba escrito en el brazo el n¨²mero 25, el mismo que ella. Le dijeron que era de ella y unos minutos despu¨¦s le dijeron que se trataba de un error y se dieron a otra madre.
Tras la muerte del primog¨¦nito, la pareja tuvo otros cuatro hijos ¨C¡°ninguno en el Carlos Haya¡±, afirma la madre- . Hace 14 a?os, tras la clausura del cementerio de San Rafael, la familia exhum¨® los restos del ni?o y los llev¨® al Parque Cementerio de M¨¢laga. Curiosamente, cuando desenterraron los restos, la caja que los conten¨ªa ya no estaba y solo hab¨ªa huesos de adultos. ¡°Hice que el enterrador excavara m¨¢s profundo y aparecieron los huesecillos¡±, recuerda.
La aparici¨®n de otros casos de posibles beb¨¦s robados llev¨® a la familia a denunciar su historia ante la Fiscal¨ªa. En los archivos del hospital no consta ni el ingreso de la madre ni el fallecimiento del ni?o. El ¨²nico documento que han podido recabar, tanto los familiares como el juzgado de Instrucci¨®n, es el acta de defunci¨®n judicial del reci¨¦n nacido.
Los restos exhumados hoy viernes han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de M¨¢laga para el cotejo de su ADN con el material gen¨¦tico de la madre. De este an¨¢lisis depende que la familia cierre definitivamente la historia o abra un cap¨ªtulo nuevo.
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