Los pupitres vuelven al colegio embargado
Los operarios reponen los muebles retirados apenas 24 horas antes Los 160 alumnos, que vuelven el lunes a clase, se han quedado hoy en casa Un funcionario dice que ha habido ¡°cientos¡± de notificaciones y "al menos" un aviso de embargo
Apenas han pasado 24 horas en el almac¨¦n. Los muebles han regresado a medio d¨ªa al colegio privado Santa Illa, que fue embargado el jueves por orden judicial. El potro, los pupitres, las sillas, el ¨®rgano, las estanter¨ªas...han deshecho el camino andado. Los mismos elementos que se retiraron con los alumnos en clase han vuelto a las aulas con los ni?os en sus casas. En el acceso al centro, junto a la puerta, un cartel escrito con rotulador verde: "La direcci¨®n del centro comunica la reanudaci¨®n de las clases 27 de febrero".
El colegio Santa Illa tiene 160 alumnos de tres a 17 a?os. Sus padres pagan hasta 600 euros al mes incluido el precio del comedor. El centro arrastra una deuda con la Seguridad Social desde la d¨¦cada de los 90 del siglo pasado que asciende a 992.000 euros, casi un mill¨®n. ¡°Se le dio la oportunidad hasta ¨²ltima hora, pero no hab¨ªa voluntad¡±. Andr¨¦s Ruiz, funcionario de la Seguridad Social, ha sido el que ha dado explicaciones a pie de centro, con el mareo de operarios yendo y viniendo, la visita de algunos padres? y los ni?os de los colegios de alrededor asomados al patio.
Ruiz fue quien confirm¨® que hab¨ªa recibido una contraorden para paralizar el proceso. ¡°El embargo prosigue pero la retirada de muebles no¡±, se?ala. La deuda del colegio Santa Illa se produce por "no pagar los seguros sociales" de los trabajadores, seg¨²n Ruiz. La contraorden lleg¨® "evidentemente" por la alarma social de "autoridades por encima" de ¨¦l. La responsable de la Unidad de Recaudaci¨®n Ejecutiva (URE) decidi¨® el jueves entrar en el Santa Illa con los ni?os dentro, dice este funcionario. "Se han dado hasta el ¨²ltimo momento oportunidades", a?ade Ruiz, que recuerda "al menos" una notificaci¨®n previa de embargo. Antes de iniciar el procedimiento judicial acudieron a retirar los muebles y el director "se neg¨®", se?ala.?
El director del centro, I?aki Santa, ha atendido a los medios despu¨¦s de que descargaran los tres camiones de enseres. Habla de "actitudes salvajes" y de "atropello" por el embargo con los ni?os en las aulas.
A primera hora de la ma?ana, Santa (que regenta el negocio familiar inaugurado en 1959) no conoc¨ªa el acuerdo que alcanzaron a ¨²ltima hora del mi¨¦rcoles la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social para dejar a los alumnos en el centro hasta junio. Los muebles, que estaban custodiados en un almac¨¦n de Coslada, vuelven al colegio pero siguen embargados. Santa es el depositario del mobiliario.
Asegura que hab¨ªan previsto alquilar otros para volver a la actividad el lunes y que cuenta con el "99% de los padres" a su favor. Intenta explicar la raz¨®n de no avisar a los padres el mi¨¦rcoles, cuando lleg¨® el fax con la notificaci¨®n del embargo para primera hora del jueves, que previamente hab¨ªa se?alado (sin fecha fijada) un auto judicial. Lo recibi¨® "a las tres de la tarde". Intent¨® contactar con la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y con ACADE, la patronal de los centros privados, para que mediaran. "A las seis de la tarde ya no puedes decirle a los padres que no lleven a sus hijos a clase al d¨ªa siguiente", ha explicado.
"No tenemos intenci¨®n de que quiten la deuda". Arrastra impagos desde hace m¨¢s de 20 a?os. En 2009 se le ofreci¨® posibilidad de un acuerdo y pagos fraccionados. Seg¨²n Santa, "15.000 euros mensuales de deuda" y un adelanto "del 20% del total" que no pag¨® y que, seg¨²n sus c¨¢lculos, ascend¨ªa a 160.000 euros entonces.
La venezolana Mar¨ªa Corina Rivod¨®, que ha pasado esta ma?ana por delante de la puerta del centro para ir a su trabajo, ha dejado a su hija de cinco a?os con la ni?era. Dice que los padres van a denunciar porque se ha seguido un ¡°procedimiento fatal¡± con los alumnos en las clases. El jueves hubo una reuni¨®n de urgencia de los padres por la tarde y decidieron dos cosas: no llevarlos a clase el viernes y denunciar? la actuaci¨®n de la Seguridad Social.
Rivod¨® no conoc¨ªa la situaci¨®n econ¨®mica del centro, ni tampoco el vigilante Jacinto Romero, que lleva seis a?os cobrando puntualmente su n¨®mina en el colegio. Dice que es ¡°desoladora¡± la imagen de un colegio sin alumnos. Hay 32 trabajadores en el Santa Illa. Uno de ellos, el profesor de ingl¨¦s Jon Scott, acced¨ªa esta ma?ana emocionado por la peque?a verja verde por donde han vuelto a entrar los muebles embargados.
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